¿Quieren leer una odisea? Acompañenme un momento.
Nos encontramos en el centro de la ciudad, en una de las vías mas transitadas, exactamente en la Avda. José Pardo, en la esquina con el Jr. José Gálvez en dirección hacia la Plaza de Armas, ante el paso de peatones. Tenemos el semáforo en rojo y junto a él hay un policía de tráfico. Esperamos pacientemente para pasar. El movimiento de vehículos es muy intenso y es hora punta. Por fin el disco se pone verde. Iniciamos nuestro camino por el paso de peatones pero tenemos que detenernos inmediatamente porque por nuestra izquierda aparece repentinamente un colectivo ( con la P ) que procede de la Avda. Pardo e invade el paso y lo cruza rápidamente, con el consiguiente susto para nosotros; al reanudar otra vez nuestra marcha aparece otro vehículo de la misma procedencia, esta vez particular, que nos obliga también a pararnos en seco tras dedicarnos una sonora pitada por atrevernos a pasar cuando él quiere hacerlo. No salimos de nuestro asombro cuando al intentar llegar al centro de la calzada aparece otro colectivo ( también con la P) que además de rozarnos y pitarnos nos obsequia con un soez insulto. Atención amigos, todo esto está ocurriendo con el semáforo en verde para nosotros, los peatones.
Por fin estamos llegando al centro de la calle cuando ¡! Oh , Dios mio ¡! aparece un cuarto energúmeno que haciendo gala de sus buenos frenos y claxon los utiliza a fondo parando a escasos centímetros de nuestras piernas. Nuestros sudores, no sólo por el calor isufrible, se incrementan sensiblemente. Ahora si, hemos conseguido llegar a la mediana de la calle y respiramos profundamente: ya tenemos el camino libre hasta la vereda de enfrente pues los vehículos están parados ante su semáforo que está en rojo.!! Odisea ¡! ¡¡Hemos conseguido cruzar la calle intactos ( aunque con un pequeño roce ) ¡¡. Así que hemos ido de susto en susto y afrontando riesgos que no tienen razón de ser. Son centenares de peatones los que cruzan diariamente pasos de cebra señalizados y con semáforo en nuestra ciudad, afrontando esa situación .
Ni que decir tiene el incremento de riesgo que conlleva cruzar por los pasos señalizados pero sin semáforo. Entonces el riesgo es mayúsculo, no sòlo de ser rozado, pitado o insultado por el “Fittipaldi” de turno sino por la elevadísima posibilidad de acabar en el hospital.
Estos pésimos conductores ( por sus infracciones les conoceréis ) me da la sensación que son numerosos y parecen desconocer una serie de cosas básicas y fundamentales, como son: que los giros hay que hacerlos con precaución, por muy verde que esté su semáforo de salida y que los peatones en el paso señalizado o peatonal siempre, absolutamente siempre, tienen prioridad o preferencia de paso sobre los vehículos; que el claxon no puede utilizarse indiscriminadamente para anunciar su presencia y sólo debe usarse en caso de extrema necesidad; que está prohibido circular en “punto muerto” para aprovechar la inercia y ahorrar combustible y siempre obligatoriamente siempre, debe llevarse una marcha engranda para mayor seguridad y control del vehículo; que para ahorrar combustible además de un inflado de ruedas correcto deben utilizarse marchas largas o lo que es lo mismo: no apurarlas nunca. Que las paradas y estacionamiento deben hacerse siempre a la derecha de la marcha; y en fin, que la entrada y salida de los pasajeros en los vehículos también se hará siempre por la derecha.
Da la sensación que los brevetes han sido muy “breves” en su preparación, conocimiento y examen. Mas bien se diría que los reparten en rifas, ferias o tómbolas, Así que no es de extrañar que una gran cantidad de conductores de nuestra ciudad incumplan el código de la circulación y sean un auténtico peligro para los peatones. Aquí conviene recordar que los peatones también tienen sus obligaciones que deben cumplir aunque no suelen ser un peligro para los coches. Mas bien al revés. Que quede bien claro.
Se me olvidaba. Al principio he mencionado que junto al semáforo había un guardia de tráfico. Pues bien, como si no estuviera.Ni ordena, ni corrige esas infracciones, ni protege a los peatones como es su obligación. Permanece impasible y cuando nos dirijimos a él y recriminamos el poco civismo de los conductores, asiente, se encoge de hombros y dice:“No saben el código de la circulación ”. Eso es todo.
Estoy totalmente de acuerdo con él.Y ustedes lo estarán conmigo en que el que parece no saber su función es el guardia.
Ahora pacientes peatones no me queda mas que decirles que si quieren ser testigos directos de una aventura similar no tienen mas que dirigirse a esa esquina de la Avda Pardo y la verán y, si lo que les gustaría, les aseguro que con subida de adrenalina incluida, es ser actores principales de tal odisea lo único que tienen que hacer es intentar cruzar el mencionado paso de peatones ……………….. con guardia incluido.
Moraleja:!! Sálvese el que pueda y, el que no, al hospital !!.
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