Parece ser que el invierno llegó a Lima con todo su
rigor. Y no como un invierno cualquiera, no, sino un crudo, crudísimo invierno.
Y si no que se lo pregunten a la Centralita que cuando tan confortable y
cálidamente se hallaba en su original ubicación de la Caleta en nuestro Puerto
decidieron bruscamente trasladarla con pueriles explicaciones a la capital, donde
se ha paralizado totalmente por las bajas temperaturas reinantes en aquellos
lares. De ella ya apenas nos llegan noticias y cuando llega alguna es
desalentadora. Como la del procurador anticorrupción Sr. Salas en el sentido de
que es muy inquietante su paralización, pues hace más de dos meses que solicitó
a la Fiscalía la ampliación de responsabilidades a nuevos encartados, tales
como Benítez, Crisólogo, Farro, Orellana y otros y el tiempo para la
investigación va corriendo inexorablemente. Y no escribo sus nombres de pila
pues todos sabemos de quiénes estamos hablando. Mientras, la Fiscalía ni se ha
dignado contestar a su solicitud. Feo, francamente muy feo.
También está pendiente el
dictado de las sentencias preventivas de unos cuantos encartados, entre los que
se encuentra la señora Milagros Asián esposa del principal acusado, y cuya
sentencia casualmente iba a pronunciarse cuando se decidió su traslado a Lima.
Muchísima casualidad sin duda. Y la dudas se acentúan cuando se observa todo el
proceso completamente paralizado. Como en Lima todo es posible, podría ser que
más de un presunto delincuente lo veamos completamente redimido e incorporado
legalmente a la sociedad como si aquí no hubiera pasado nada. Aunque el máximo
representante de esa Fiscalía, el Sr. Ramos Heredia ha dicho a los medios de
comunicación que no hacen más por carecer de medios y además de que “el pueblo
sabe que estamos trabajando”. Palabras
que lejos de tranquilizar y calmar los ánimos los enervan y desasosiegan más.
Entonces, ¿por qué y para qué se llevaron la Centralita de su lugar natural
cuando estaba funcionando el proceso perfecta y diligentemente bien?. Sin
dilaciones, con los tiempos bien definidos, marcados y cumplidos, con rectitud, orden, y sin tacha
alguna. Repito mi pregunta: ¿Por qué y para qué se la llevaron?. Mi
contestación es simple y lamentablemente que por intereses partidarios. Una vez
más surge el centralismo capitalino que pretende que todo gire a su alrededor
cual sol con sus planetas. Hasta nuestra admirada y respetada Dña. Nancy
Moreno, ¡que señora!, ha tenido que salir al paso de las excusas e inapropiadas
declaraciones, anteriormente citadas, de su jefe.
Como también nos deja
perplejo las declaraciones del actual Fiscal Supremo y ex Fiscal de la Nación,
Sr. Peláez Bardales, cuando dice que destituyeron (plural, repartiendo
responsabilidades) a los fiscales interventores de la Caleta para sabiendo de
su valía protegerlos y conservarlos. O sea que aquel dicho de “quién más te
quiere te hará llorar” o aquel otro de que “hay amores que matan”, el Sr.
Peláez, lamentablemente los hizo realidad con “sus muchachos”. Lo que tampoco
sabíamos, pues lo acaba de publicitar, es que el hasta no ha mucho Super Fiscal Dante Farro, según su criterio no debería
estar en el Ministerio Público. ¡A buenas horas, mangas verdes! (*). Lo que no
nos dice, y debería decirlo, es donde cree que debería estar, pues actualmente
allí continúa.
Mientras tanto el “inmunizado”
congresista Heriberto Benítez, desmiente al susodicho Peláez, otra vez él, en
el sentido de que sí fue asesorado personal y oficialmente por el Sr. Daniel
Ramsay Romero, que al mismo tiempo era
socio fundador de Coopex con Orellana, que por cierto continúa prófugo de la
Justicia. Que habrá hecho o dicho Peláez para que Benítez lo señale
públicamente.
Finalmente, que el muy
mentado Heriberto Benítez acaba de ser denunciado por la Procuraduría
Anticorrupción de la Nación por sus presuntos vínculos con la también presunta
red mafiosa de Orellana.
O sea, en pocas palabras, que
la “frigidez” de la Fiscalía en Lima se contrapone a la “calidez” de la vida
seudo política de allí. Porque todo de lo
que estamos hablando es una imitación a la política, hecha por quienes no saben
el terreno que pisan y de ahí sus continuos resbalones.
Y mientras todo eso acontece
en la gran ciudad, en provincias, aquí en Ancash los numerosísimos
pretendientes a cargos públicos, incluida Fiorela Nolasco, doncella de la que
hablaremos detenidamente sin tardar mucho tiempo, empiezan su carrera. Carrera
que a muchos de ellos a ninguna parte conducirá. Y son conscientes de ello,
pues saben que en nuestra circunscripción, de 19 quedarán fuera 18. De 23
quedarán eliminados 22. Y de otros 22 se irán a su casa 21. Y esos 18, 22 y 21 se
irán, repito, acompañados de toda su corte de futuribles consejeros y regidores
que son cientos. Entonces, ¿para qué se
presentan si saben de antemano que no tienen posibilidad alguna de ganar?
¿Acaso creen que esto es una competición más en la que hay que participar a ver
si suena la flauta? No. Rotundamente no creo sea debido a nada de eso. La
realidad es que resulta muy interesante para los que financian (sean ONGs o
particulares) y viceversa, esas participaciones públicas que no tienen otro
objetivo que publicitarse y medrar. No cabe otra explicación.
Algunos están iniciando su
guerra particular, tratando de deslegitimar a quienes no son de su agrado;
otros con unos programas bastante etéreos y sin cuantificar sus objetivos, que
carecen de valor si no son medibles; otros, pertenecientes al movimiento
político recientemente defenestrado, que incorporándose a otro movimiento
similar en el fondo, los acoge, por su cercanía y simpatía ideológica; también
los hay camuflados que amparándose en el tirón de sus cargos, bien sean
institucionales, empresariales o sociales quieren llegar al poder. Y
finalmente, prácticamente todos ellos incumpliendo su obligación de rellenar de
forma verídica y/o completa las hojas de inscripción.
Pero todos ellos, si son
aceptados por el Jurado de Elecciones tienen legítimo derecho a participar en
los comicios. Somos nosotros los electores los responsables de su elección y
por lo tanto debemos hilar muy fino. Debemos ver y analizar detenidamente sus
respectivos programas, que sean creíbles y medibles además de ser sustentados
por personas serias, formadas, fiables y sobre todo honradas y por lo tanto con
una limpia trayectoria. Programas en los que se haga directa referencia de Stop
al culto a la persona, al diezmo, a la coima y a la corrupción y se dé vía
libre al desarrollo social e industrial basado en la honradez, transparencia, cultura,
profesionalidad, laboriosidad, e innovación.
Estamos ya curtidos de tanto
contratiempo y de nosotros depende no reincidir en situaciones que revertirán
negativamente en nuestra sociedad. Por el contrario, tenemos ante nosotros la
gran oportunidad de elegir de entre esas dos, tres o como mucho cuatro opciones
que se nos presentan como más serias por parte de nuestros futuros servidores
públicos. Y termino así para recordarles a éstos, que su función es la de
servir a la sociedad. No como lo que vergonzosamente se ha venido haciendo, que
ha sido precisamente lo contrario.
Moraleja: Dime por quién
simpatizas y te diré lo que quieres.
Así sea.
EL VIGÍA.
(*) “A buenas horas, mangas
verdes” es un término utilizado para hacer referencia a que ya es demasiado
tarde para encontrar solución a algún problema. Los “mangas verdes” eran los
integrantes de un cuerpo medieval de seguridad, encargado de dar auxilio en las
emergencias rurales. Se caracterizaban por su impuntualidad, pues siempre
llegaban tarde y también por las mangas verdes de sus uniformadas camisas.
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