sábado, 4 de noviembre de 2017

ARTÍCULO: DUDAS DEMOCRÁTICAS


Perplejidad e incredulidad es lo que están viviendo una gran cantidad de personas ante los hechos que se están desarrollando en Catalunya y que a su vez origina un mayúsculo estrés en los ciudadanos de aquella Nacionalidad Histórica. Los casos de ansiedad y angustia se han disparado. Y no es para menos. Han transcurrido más de 30 días desde aquel 1º de octubre en el que se celebró el Referendum sobre la Independencia de Catalunya, no reconocido por el Gobierno central, y en el que además de más de 800 heridos entre los pacíficos sufragantes, a manos de la brutalidad de la Policía Nacional, se obtuvo un resultado apabullante del 90% con el SI a la Independencia, sobre el 8% del No, con una participación del 43% del censo. Y desde entonces Catalunya se ha convertido en un sinvivir. Estos son los hechos: Declaración no declarada de la Independencia catalana; dígame SI la declaró o NO la declaró; léase lo que dije; no entiendo lo que dijo; que no la declaré; no le oigo, y si no convoca elecciones aplicaré el Art. 155 interviniendo Catalunya; bueno pues estoy dispuesto a convocar elecciones; pues ahora no quiero, no me da la gana y como aquí mando yo, se hará lo que yo diga; pues ahora mismito declaro la Independencia; pues ahorita, sin pérdida de tiempo por ser tan malos van a ir derechitos a la cárcel y yo convoco elecciones en Catalunya para el 21 de Diciembre. Este vodevil es una caricatura de lo que se está viviendo allí. En este momento en el que escribo estas líneas están como presos preventivos el Vicepresidente del Govern, y siete de sus ministros, más  el Presidente de la Asamblea Nacional de Catalunya y el Presidente de Omniun Cultural que ya llevan más de 17 días. El Molt Honorable President Puigdemón y cuatro de sus ministros que le acompañan se encuentran en Bruselas (Bélgica), capital de la Unión Europea, donde han recibido el pasado viernes tarde la orden de búsqueda y captura emitida por la jueza de la Audiencia Nacional (Juzgado especial para delitos de terrorismo y contra el Estado) acusados de Rebelión, Sedición, Malversación de fondos públicos, Prevaricación y Desobediencia. Casi nada, más de 50 años de cárcel. En síntesis, el Gobierno Central de Mariano Rajoy, lejos de hablar, dialogar y buscar el acercamiento, reclamado, buscado y solicitado por los independentistas, ha judicializado y reprimido todos los hechos, en vez de utilizar las alternativas políticas que ameritaban el caso. Todas las fuerzas moderadas le han estado solicitando a su partido, el Partido Popular, representante del conservadurismo más duro y reaccionario, como fiel heredero del Franquismo que es, que por el bien del País (España) buscara el acercamiento y el diálogo político. Pues no, nada de eso ha hecho. El independentismo, que cuando Rajoy asumió el poder representaba el 14% de la población catalana ya ha triplicado aquella cifra, o lo que es lo mismo, más de dos millones de catalanes. Cifras conseguidas por su actuación represiva, persecutoria y dictatorial. Ha cargado sobre las espaldas del Poder Judicial, con la excusa de la unidad de España y dada su ineptitud política, todo el peso y responsabilidad de la más que posible ruptura de una sociedad: la catalana. Y ahora con decir que la justicia es la justicia, pregúntenle a ella, se lava las manos y se queda tan ancho. ¿Qué democracia es esa en la que se pone en manos de una Juez (Carmen Lamela) el futuro político de un pacífico país con una más que posible fractura social y abocado a una probable desobediencia civil? ¿Qué tipo de elecciones son esas en las que el Viceministro y la mitad del Govern están en la cárcel y su President y resto de ministros en el exilio para evitarla? ¿Qué calidad democrática cabe atribuir al Presidente del Partido Popular en Catalunya Sr. García Albiol que ya anuncia que en caso de que en esas próximas elecciones salieran vencedores los independentistas, el resultado sería la intervención otra vez de Catalunya? Este tipo de actuación antidemocrática del Estado conduce al enfrentamiento y a la ruptura de España. Creer que España puede permanecer unida mediante la represión es ser un gran ignorante por no conocer la historia de este país. Han empezado los cortes de vías de tren y carreteras y las manifestaciones masivas en las plazas de pueblos y ciudades por los encarcelamientos. En el Palau Blaugrana durante el partido internacional jugado el pasado viernes se guardaron 5 largos minutos de silencio en recuerdo de los presos políticos. Y hay que recordar que el Barça, mi querido Barça “es mes que un club”, pues es el aglutinador del catalanismo histórico. El independentismo hasta hace poco con una representatividad muy escasa ha visto crecer sensiblemente su número, por una parte de la mano de la derecha burguesa catalana que siempre le empujó a ser soberanista, diferente a secesionista, y por otra, por la represión del Gobierno central con su “superpatriotismo” nacionalista españolista y excluyente. La gran paradoja de lo que está ocurriendo es que tanto unos, la burguesía catalana representada por el Sr. Más  y el Sr. Puigdemón, como otros,  el Sr. Rajoy con su Partido Popular y los advenedizos PSOE y Cidadanos, son de la misma filiación neoliberal. Filiación   que con sus políticas de reformas laborales y recortes del gasto público no han sido capaces de sacar a España de la crisis económica que continúa padeciendo. “Una vez más, las derechas que se presentan como las defensoras de la patria, han utilizado sus banderas para distraer a la ciudadanía y que esta se centre en los temas nacionales a costa de los sociales” palabras recientes del médico, sociólogo y catedrático de Ciencias Políticas y Sociales D. Vicens Navarro.
Cuando se dice que más de 2000 empresas se han ido de Catalunya, es totalmente falso, pues todas ellas continúan y continuarán allí con sus industrias y puestos de trabajo creados. Hay que matizar que lo que han hecho esas empresas es cambiar su domicilio social para prevenir los efectos jurídicos de una posible independencia, pero insisto,  sus centros de trabajo continuarán allí inamovibles y sus empleados también. Los viñedos no se cambian de ubicación ni las fábricas de coches ni los bancos. Por otra parte, los autos de prisión dictados ofrecen muchas dudas democráticas. Como muestra un botón: “La propia jueza reconoce que encarcela a Junqueras (Vicepresidente) y a los siete consellers (Ministros) para que no sigan pidiendo la independencia. Se les encarcela por hacer política. Solo por eso. Política pura”. D. Joaquín Urías  (profesor de Derecho Constitucional y ex letrado del Tribunal Constitucional).
Moraleja: La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Así sea. EL VIGÍA.

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