A
modo de recordatorio para aquellos seguidores de las aventuras del
Chapulín Colorado, haré referencia al capitán Alma Negra que según él era el
jefe de todos los corsarios de los siete mares. El capitán Alma Negra era
bastante malo pero algo torpe. Se caracterizaba por su disipada vida y por
poner en peligro la de sus tripulantes así como la de cualquier muchacha que no
quisiera casarse con él. Según el “Sabandija” había eliminado al Mar Muerto y
por lo tanto ya no eran siete los mares sino sólo seis.
Otro
relevante personaje era Flor Marina, cocinera de la tripulación de Alma Negra
que dejó en libertad al Chapulín y que con sus ricos sancochados, inteligencia,
sociabilidad y buen hacer se convirtió en aliada del Colorado y admirada por
todos.
Pues
bien, si la semana pasada hacía referencia al Chapulín Salas que con su
“Chipote Chillón” flageló repetidamente a la Fiscalía por su inoperancia, ahora
Flor Marina tras haberse tomado, haciendo honor a su nombre, una pastilla de
“Chiquitolina” proporcionada por el Chapulín Salas, confundió con su
aparentemente disminuido tamaño al malévolo capitán Alma Negra, que con su
característica torpeza metió la pata hasta el fondo. Dejo al libre albedrío del
lector la identificación del personaje Alma Negra en la vida real. Pero,
dejemos la ficción y volvamos a la vida actual.
Al
bueno de Martín parece ser que se le ha “fregado” su deseada Colaboración
Eficaz por la deficiente y chapucera, por llamarla prudentemente, actuación de
sus principales valedores. Aunque siempre le quedará acogerse a la Confesión
Sincera, con bastantes menos prerrogativas que la anhelada Colaboración. Del
mal el menos. A estas alturas de la película aparece la Fiscalía diciendo que desde
Agosto pasado Martín no califica para ser Colaborador Eficaz. Una de dos, diciendo
ahora lo que dicen o son unos oportunistas o son profesionales de efectos
retardados, que de todo hay en la viña del señor. Todos los indicios nos
conducen a pensar que el objetivo
marcado era el de salir incólume, libre de polvo y paja, de las supuestas
tropelías cometidas y celebrar abiertamente en su casita la Navidad que se
avecina. Y digo abiertamente aunque sin duda, igualmente puede hacerlo de forma
privada. Pero, mira por donde, la presencia de una diligente procuradora,
profesional como la copa de un pino, ha abortado la operación. Una vez oídos
los legales audios con reiteradas insinuaciones acerca de la incorporación del
prófugo como nuevo Colaborador eficaz, no queda duda alguna del desmedido
interés en el direccionamiento que se pretendía ejercer sobre la actuación de
la procuradora. Señora donde las haya, adornada de unas virtudes profesionales
que no políticas, que la hacen destacar muy positivamente en el desempeño de su
función. Función peliaguda y harto difícil de afrontar al estar en esos
momentos sola, sin su jefe Salas “renunciado” y sufriendo evidentes presiones a
modo de insinuaciones. Si la procuradora no llega a adoptar la postura
ejercida, a estas horas estaríamos sin saber nada de nada y con un Colaborador
Eficaz más, colado de rondón. O sea que felicidades señora pues nadie va a
poder demandarle lo que no hizo: asentir ante el atropello, a diferencia de
quién a partir de ahora deberá ir de puntillas ante las responsabilidades que
por su actuación tendrá que afrontar. Por todo ello, se ha ganado a todos los
efectos ser nombrada como Flor Marina Vilcatoma por los méritos contraídos en
defensa de la Democracia.
Llegados
hasta aquí, cabe señalar los cuatro aspectos más destacados:
1º)
Sin la decidida actuación de Flor Marina Vilcatoma, continuaríamos en el limbo
del conocimiento de la realidad.
2º)La
ausencia del Chapulín Salas y de Flor Marina Vilcatoma debilitan profundamente
la lucha contra la corrupción en general y la investigación de la Centralita en
particular.
3º)El
Estado peruano no puede permitirse en estos momentos decisivos de lucha contra
la corrupción perder a personas de esa talla y valía, que son un auténtico lujo
democrático.
4º)
Por todo lo anteriormente expresado, tanto uno como otra deberían ser recuperados y reincorporados a las
estructuras del Estado en los puestos de responsabilidad que nuevamente se les
asignen.
A
estas alturas no debe quedarse en el tintero la deplorable actuación de
personajes como al que se le supone responsable
de la captura de los numerosos prófugos de la justicia encabezados por Martín.
El disgusto que le ha proporcionado Flor ha sido monumental al desbaratar lo de
la Colaboración, hasta el extremo de hablar de “majaderías”, “reseteos” y
psicólogos. Unas dosis de buenos modales y educación no parecerían irle mal. En
lo que se refiere al Asesor Jurídico de la Presidencia, que no tiene un pelo de
tonto ni tampoco de listo, ha tratado infructuosamente de convencernos de que
nadie ha intentado presionar sino que todo consistió en una deficiente e
inadecuada interpretación de la procuradora. Ha utilizado una serie de
artimañas dialécticas que no han hecho otra cosa que enfangar y hundir más el
prestigio que se le suponía y que al parecer ha dilapidado a raudales. El
diputado Benítez, otro de los presuntos cabecillas de la red de la Centralita y
cuya inmunidad parlamentaria pende de un hilo ya va diciendo que tanto el
Chapulín Salas como Flor Vilcatoma se van porque no tienen pruebas, cuando
debería callar y guardar su falsa dialéctica pues pronto le va a hacer buena
falta. En lo que se refiere a la Sra Heredia, mi opinión es que queda mucho
mejor con la boquita cerrada pues abrirla para decir que “grabando y divulgando
conversaciones de trabajo se pone en riesgo una investigación tan importante”
equivale a desconocer la legalidad vigente de la Ley 29542 de Defensa del
Demandante. Repito, mejor calladita. Otra que tal fue la Primera Ministra que
haciendo gala de su altura política, similar a la de su talla, patentizó su
inquebrantable apoyo incondicional al manifiestamente errado colega, con su
impresentable toma de decisión televisiva, en la que por primera vez en la
historia, se procedió a despedir a un funcionario público por medio de la “caja
tonta”. Alucinante. Y finalmente recordarle al Sr. Presidente de la Nación que
en la vida a veces es necesario tomar medidas drásticas para atajar problemas
graves, como por ejemplo puede ser un “Locumbazo”saliendo en defensa del recto
ejercicio institucional, o también salvando las distancias, un “Figallazo” ante
la intromisión institucional y la lucha contra la corrupción imperante. La
magnanimidad junto a la inteligencia son dos virtudes que sin duda le
acompañan, Presidente. Por el bien del país haga uso de ellas. Los demócratas
se lo agradeceremos. Aquí y ahora independientemente de las mociones de censura
próximas huele intensamente a cadáver político.
Moraleja:
“El espíritu de cuerpo es uno de los peores espíritus para cualquier cuerpo”
Así
sea.
EL
VIGÍA.
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