MARTÍN EL COLABORADOR
Ante las numerosas voces que le
solicitaban encarecidamente que vuelva a casa, entre las que destacaban las de
las máximas autoridades del país, incluidos como no, el Sr. Presidente y
esposa, el bueno de Martín hasta entonces aparentemente perdido parece haber
dicho: llevan razón, he pasado muchos meses ausente, cual náufrago sin barco y
huérfano sin hogar, cuando en realidad dispongo de excelentes amistades que me
echan en falta, y que me ayudarán en estos momentos de penuria, a pasar la
Navidad en casa junto a mis seres más queridos y amigos del alma.
Y
sin esperar como hizo su amigo Orellana a que el General Urresti saliera a su
encuentro se adelantará y defraudará a todos aquellos que esperábamos verle
llegar cogido de las orejas. No será así. Es muy posible que lo haga como un
pobre incomprendido al que han confundido con un chorizo, cuando su auténtica
intención siempre ha sido la de colaborar con la Justicia. Estamos todos
expectantes ante su próxima aparición, y digo próxima porque la Navidad está al
caer y su objetivo es ese, pasar las fiestas en el calor del hogar.
Es
muy posible que cuando vuelva a presentarse en sociedad, lo haga con todas las
bendiciones y absoluciones habidas y por haber al haberse convertido de la
noche a la mañana, quién lo iba a decir, en un eficacísimo Colaborador de la
Justicia. Quién te ha visto y quién te ve Martin, convertido en un santiamén de
un trapichero de medio pelo en un triunfador justiciero. Y uno se pregunta:
¿Cómo ha sido esto posible? ¿Qué poderes tan poderosos son los que han
conseguido tal cosa? ¿Con qué varita mágica ha sido tocado para convertirse de
lo que era en lo que ahora aparenta? Sin duda alguna preguntas no difíciles de
contestar pero sí prudentemente matizables.
A
la primera pregunta cabe contestarla diciendo que en Lima todo es posible,
desde arrancar la Centralita de su ubicación natural en la Caleta de Chimbote y
trasladarla al Centro de Lima, pasando por el “premio” con su alejamiento del
caso, al excelente juez Carhuancho, y terminando por “renunciar” nunca mejor
dicho al Chapulín Salas, excelentísimo procurador anticorrupción del Estado que
con su “chipote chillón” ha flagelado una y otra vez a la negligente Fiscalía
como si fuera el Chory, el Tripaseca, el Cuajinais y el Botija, todos ellos
juntos. Y de ahí el desencuentro.
Si
lo primero y segundo hacían prever el desinterés mostrado por la fiscalía en
agilizar sus actuaciones procesales, el final con la defenestración de
Christian Salas clama al cielo. El señor Salas Beteta, era el defensor del
Estado y como tal estaba actuando. Defendiendo al Estado en el caso Centralita,
por una parte de los delincuentes de cuello blanco y por otra de la desidia,
abandono y aparente negligencia de una fiscalía encarnada en el Sr. Huamán. El
que por cierto, se dirige y despide por escrito a sujetos que son presuntos
delincuentes, en términos de tal grado de cortesía y pleitesía que parecen
escritos dirigidos al mismísimo Presidente de la Nación. En lo que se refiere a
los poderosos poderes que han hecho posible tal cosa, cabe contestar que son
numerosos, ubicados en las grandes esferas del Estado, tales como Ministerio de
Justicia, Ministerio Público y Policía Nacional. Así vemos como el Ministro de
Justicia recibe al Fiscal Huamán y a su jefe para de forma insólita, escuchar
sus quejas sobre la profesional actuación del procurador Salas. Y en vez de
echarlos, los escucha, atiende y por lo que se ve, reprime al procurador. En lo que se refiere al Ministerio Público,
mientras siga dirigiéndolo quién hasta la fecha es seriamente cuestionado al
estar supuestamente involucrado en el caso Centralita, las cosas seguirán
funcionando mal. Escasa cintura política la de este señor que no es capaz de
dar un paso al costado ante el clamor que se lo solicita. Así vemos como a
estas alturas de proceso indagatorio,
tras muchos meses de trabajo? todavía no han rendido declaración alguna los
principales implicados, utilizando mil y una artimañas que no son desbaratadas
por la Fiscalía. Vergonzoso.
Y
menciono también a la Policía Nacional, que es a la que corresponde localizar y
detener a los prófugos justiciables que en varias decenas continúan al margen
de la Ley sin que su accionar se vea acompañado por el éxito.
La
última pregunta hace referencia a la varita mágica que hace posible que un
presunto delincuente que forma parte de una cúpula dirigente, sea tratado con
guante blanco, haciéndole pasar por subalterno y convirtiéndolo irregularmente en Colaborador Eficaz.
Esta
varita mágica parece llevarla el Ministro Figallo, ya que desmintió
públicamente a quién más tarde él “renunció” Y ¿en qué desmintió Figallo a
Salas? Pues simplemente en que este último aseveró que un presunto delincuente
perteneciente a la cúpula dirigente no podía tal y como dice la Ley acogerse al
beneficio de la Colaboración Eficaz. Figura que únicamente contempla a los
integrantes del segundo y tercer nivel delincuencial para que mediante su
declaración se pueda identificar a personas y acciones que estén fuera de la
Ley. A cambio, se les disminuye su pena pudiendo llegar a beneficiarse de la
exoneración total, pero como es lógico, tal figura jurídica no es aplicable a
los cabecillas funcionales. Pues bien Figallo lo desmentiría. Y para ello basta
con blandir la varita mágica y convertir al dirigente mafioso en delincuentillo
de medio pelo. Y en esas parece que estamos. De ahí el supuesto interés, ahora,
de que todos, Álvarez, Arroyo, Benítez, Crisólogo, Orellana y Burgos quieran
ser Colaboradores Eficaces o considerados como simples choricillos. Y si no, al tiempo. Pero
bueno, estábamos con lo de la varita mágica. Aquí lo importante es saber qué
hada maravillosa es la que ha traído la varita pues sin duda debe de ser un hada
dotada de mucho poder, tanto que hasta los Ministros la utilizan. Me refiero a
la varita y hasta podría ser que al hada también.
La
que parece estar muy molesta es Nadine Heredia porque dice que Martín ha
utilizado sin permiso su nombre y el de su esposo. Y es que este muchacho,
siempre amigo de sus amigos, no repara en estas cosas, que para él deben ser
pequeñeces.
En
varias ocasiones he dicho que el “motor” para la resolución del caso Centralita
era la Procuraduría Anticorrupción con Christian Salas al frente, y que su
ausencia haría peligrar la buena marcha y trayectoria del caso. Me reitero una
vez más en lo dicho, al mismo tiempo que amparándome en lo visto, ahora digo
que además de ralentizarse el caso, empieza a oler muy mal. Olor similar al de
la podredumbre.
Moralejas:
“No hay peor ciego que el que no quiere ver” y “El ladrón cree que todos son de
su condición”
Así
sea.
EL
VIGÍA.
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