lunes, 23 de noviembre de 2015

ARTÍCULO: MALESTAR GENERAL


Que hay un malestar general es innegable. Y no solo por la inseguridad ante la proliferación de la delincuencia y el sicariato, sino por esa otra inseguridad que proporciona el que las diferentes instituciones del país  no funcionen. Vemos atónitos como trabajadores de instituciones educativas, postales, municipales, fiscales, y hasta judiciales manifiestan su descontento  y discrepancias con la forma en que son tratados. Su remuneración y  en algunos casos consideración jurídica parece no ser de recibo de los trabajadores de esas entidades. Todo ello origina, como digo al principio, no solo molestias e incomodidad en los ciudadanos por las huelgas efectuadas y/o anunciadas sino inquietud y desasosiego por lo que pudiera devenir. Independientemente de las actuaciones de esos trabajadores, algunas de las propias de la Corte Suprema y del Consejo Nacional de la Magistratura, también coadyuvan a incrementar la desconfianza y sobre todo el estupor del hombre de a pie. Comenzaré por aquí.
Hago referencia a la Corte Suprema  presidida por Villa Stein con la sentencia absolutoria y por lo tanto exculpatoria dictada al ex ministro Aurelio Pastor, en recurso de casación, ante las repetidas condenas a cuatro años por el delito de tráfico de influencias, luego de ser denunciado por la alcaldesa de Tocache, Corina de la Cruz, quien aseguró y mostró audios en los que a la promesa de Pastor de “utilizar sus influencias” para librarla de un proceso en el Jurado Nacional de Elecciones, añadió la solicitud del pago de  60,000 soles. Cuatro años de condena, se han convertido en la octava parte, escasos seis meses nada más. Ver para creer.
El caso del Consejo Nacional de la Magistratura, que como ustedes saben es el órgano constitucional autónomo y teóricamente independiente cuya función es fortalecer el sistema de administración de la Justicia, nombrando y ratificando o no, a jueces y fiscales, provistos de valores éticos y morales para garantizar los derechos de los ciudadanos. Pues bien, los miembros de este Consejo, agárrense, integrado por una enfermera, un ingeniero, dos profesores universitarios entre otros, están en boca de todos tras originar la dimisión voluntaria de su honesto presidente Pablo Talavera, ante la polémica actitud de confirmar en su puesto  al impresentable Consejero Alfredo Quispe Pariona. Más tarde consideraron  la destitución del mismo Consejero por su “incapacidad moral”. Y se sabe que la reconsideración del veredicto del Consejo se hizo a solicitud del Congreso de los Diputados. El tal Quispe Pariona había sido, como digo, previamente confirmado por sus colegas en su puesto, a pesar de los audios aparecidos donde decía “será inmoral, pero no es delito”, aludiendo a las negociaciones bajo la mesa que realizó con algunos alumnos/as para venderles ciertos beneficios. Docente apartado de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega por las  reiteradas acusaciones de presunto acoso sexual. Ya dirán ustedes que pinta en ese Consejo una enfermera, un ingeniero, o un profesor de la aparente catadura del tal Quispe Pariona. Y esa es la máxima autoridad que pone y quita fiscales y jueces en este país. Juzguen ustedes.
En otra situación, también decepcionante  se encuentran los administrativos de la Universidad del Santa que reciben un trato salarial discriminatorio en la escala a la que pertenecen y que han merecido la solidaridad de la mismísima Dirección de la Universidad. Siendo los paganos de siempre los estudiantes que no reciben el trato que se merecen. Lo mismo ocurre con  otros trabajadores administrativos de la municipalidad, o de los servicios postales como Serpost, o los médicos legistas pertenecientes al Ministerio Público. En fin una auténtica debacle cuyos efectos repercuten en la sociedad, que se ve sin los servicios mínimos que como ciudadanos deben recibir.
 He dejado para el final la huelga que afecta en gran medida a los trabajadores administrativos del  Poder Judicial y que hasta ahora, en sus trece días de desarrollo ha significado la realización de la cuarta parte de los litigios pendientes. Huelga motivada al parecer por la reivindicación al Gobierno de la Nación de la cumplimentación de su escala salarial, de la exclusión de la Ley Servir y finalmente el incremento del presupuesto asignado por parte del Congreso al Poder Judicial. Reivindicaciones, posiblemente muy ajustadas a razón y que están significando una paralización muy elevada (75%) del trabajo jurisdiccional. Al principio hacía referencia a la inquietud originada en la ciudadanía por las actitudes adoptadas en un principio y posteriormente matizadas y suavizadas por los huelguistas en lo referente a la realización de los casos emblemáticos, que han contado con la inteligente solidaridad de aquellos que laboran diariamente a su lado, cuales son Jueces y Presidente de la Corte del Santa. Estos funcionarios administrativos están dando, con su flexibilidad, un auténtico ejemplo de civismo y profesionalidad que para sí quisiera alguna Señoría que está en la mente de todos. Señoría, que recientemente, además de “pegársele las sábanas” en un caso emblemático, por ella programado, después de falsear su entrada al recinto de la Corte, ha intentado boicotearla con inadecuadas excusas, más propias de un aficionado que de un profesional. Y que la diligente  actuación de quienes tenían la obligación y responsabilidad de que todo transcurriera de acuerdo a Ley hizo que las aguas volvieran a su cauce. Felicitaciones a todos ellos. Es evidente que todos estamos expuestos a cometer errores, pero la deficiente, por no llamarla de otra manera más dura, actuación de su Señoría ha llamado poderosamente la atención de los ciudadanos, hoy más sensibilizados que nunca  por las continuas fallas en la administración de la Justicia. Fallas, a mi modo de ver como por ejemplo: que un juez suplente que ha ascendido a tal cargo, previa función de técnico, y más tarde de secretario, o sea por la tan ponderada meritocracia, con todas sus atribuciones intactas como debe ser, en un entorno determinado, debería ejercer su jurisdicción en otro hábitat diferente al de su origen, por razones obvias, y así evitar posibles suspicacias.  Hace muy bien el Presidente de la Corte recordando que los Jueces, incluidos los suplentes (esto lo digo yo), no están en huelga y que posponer  audiencias recargarían o quebrarían juicios que se hallan en su proceso final. Así de sencillo.
Moraleja: “Ningún vencido tiene Justicia si lo tiene que juzgar su vencedor” 
(Francisco de Quevedo)
Así sea.

EL VIGÍA.

ARTÍCULO: BAILAR,CANTAR LEER E INTERPRETAR


Sabido es que las actividades físicas ayudan al desarrollo integral de las personas y sobre todo de los jóvenes, sin excluir a los  que no lo son tanto. Y en el caso concreto de las féminas, su práctica ayuda a disminuir los diversos malestares físicos que se producen acompasadamente por la llegada del ciclo menstrual en las jóvenes y de la menopausia en las mayores. Por una parte, correr, nadar, bailar y también montar en bicicleta sirven para fortalecer la musculatura pélvica y disponer de un organismo más preparado ante la visita mensual de la menstruación. Por otra parte, esos mismos ejercicios, más cantar y actuar, también sirven para fortalecer el estado anímico y reducir el estrés acumulado por el accionar del día a día. A la vista de todas esas bondades una marca líder en el mercado del cuidado intimo femenino , con el objeto de promoverlas e incentivarlas, organizó y celebro este sábado pasado día siete en Lima un festival denominado ”Baila con nosotras” en el que se congregaron más de cuatro mil alumnas de los principales centros escolares de la ciudad. El Parque de la Exposición sirvió de escenario para el festival en el que las integrantes de quince colegios finalistas demostraron sus habilidades mediante sus muy preparadas coreografías, bailes y cantos. Como no podía ser de otra manera el acto contó con la colaboración y apoyo de relevantes figuras del mundo del arte, que con su presencia realzaron el ya de por sí esperado, y por qué no decirlo, anhelado evento. Todo un éxito. Y es que la juventud necesita eso, ejercicio, actividad, movimiento, ocupación, actividades lúdicas, etc. etc.  para combatir el aburrimiento, el hastío, el inmovilismo, y el estrés de no hacer nada. Sobre todo necesitan sentirse partícipes de la vida actual. La inmensa mayoría se sienten relegados y marginados de la actividad social,  pues esa es su realidad. Digan ustedes que actividades lúdicas y/o recreativas puede desarrollar en nuestra ciudad un/a  joven por las tardes, que las tiene libres o los largos fines de semana en los que hasta la biblioteca está cerrada. No parece que pasear por el Bulevar, o por la Plaza de Armas, o sentarse en una cafetería y menos todavía pasar el rato en una discoteca, sea lo más recomendable para un adolescente o joven universitario. Y parece ser que eso es lo que les toca hacer: aburrirse como una ostra o “divertirse” de fea manera. Bueno, siempre les queda la opción de ver el ejemplarizante “Combate” o los menos irse al cine. O sentarse ante el televisor para adocenadamente tragarse un nuevo reálity para jóvenes que pronto invadirá nuestras pantallas y que ya están anunciando a bombo y platillo. O sea que al parecer “no hay tutía”. O lo que es lo mismo: no hay remedio. El término tutía (también se acepta separado), hacía referencia en la Edad media a un remedio a base de óxido de cinc para curar ciertas enfermedades, entre ellas algunas de los ojos. Por extensión se refiere a la carencia de solución de un problema. Por supuesto falta de solución por ahora, pues lógico es pensar que alguna se habilitará para evitar ese pertinaz ostracismo juvenil. Me tomo la licencia de apuntar el teatro, la interpretación, la coreografía, la lectura, el deporte y un sinfín( infinidad) más que ustedes quieran incluir, en lugar de la vulgar tele o la impresentable discoteca. Y son nuestros dirigentes sociales quienes deben involucrarse en resolver la insolvente situación actual que asola a nuestra juventud y no conduce más que a la pérdida de ilusiones y responsabilidad de quienes están llamados a ser el futuro próximo.
Y mientras nuestros jóvenes andan con la cabeza inclinada por el abatimiento o el aburrimiento, o sea cabizbajos, como reflejo de lo que ven en sus mayores, nosotros continuamos sin enterarnos de que nuestro ejemplo es decisivo en su actuación. Así, recientemente se nos ha estado diciendo que ante la ola de crímenes que acontecen había que sacar el ejército a las calles y declarar el estado de emergencia, como si una cosa y otra fueran dables como lo más normal del mundo, cuando de un estado de excepción se trataba, con la consiguiente pérdida de garantías y libertades individuales, de reunión, asociación, circulación y toque de queda incluido. Y además sin explicar a la población las consecuencias que podría acarrear la adopción de tales medidas, tales como abusos y desenfrenos.  Los más responsables y preparados intelectualmente como los integrantes del Ministerio Público, la Judicatura, la Policía Nacional y el Serenazgo, lo desaconsejaban por tratarse de un auténtico disparate y mostraron desde un principio su oposición a la adopción de dicha medida. Aun así, defensores y detractores de las medidas de excepción decidieron trasladarse en comitiva hasta la Capital para exponer sus reclamos ante el titular del Ministerio del Interior, que como no podía ser de otra manera mostró de educadas formas su negativa más completa a las medidas de excepción aludidas. Y volvieron tan felices y contentos, diciendo desvergonzadamente que había sido un éxito rotundo su viajecito a la Capital a pesar del monumental NO recibido. Ver para creer. Intentaron, digan lo que digan, “dárnosla con queso” término proveniente de la España medieval en la que los taberneros que se trasladaban a la Mancha para comprar los buenos vinos allí cosechados, tenían la buena costumbre de catar previamente los caldos que iban a comprar. Y los avispados vendedores, invitar a unos deliciosos y sabrosos quesos manchegos, para disimular los vinos picados o de mala calidad, que de todo había. O sea el engaño.  
Con ejemplos como este,  otros muchos similares, más los que se avecinan como los previsibles resultados de los juicios en que se encuentran involucradas nuestras máximas autoridades ediles, hacen que la moral de nuestros jóvenes no se hallen todo lo boyantes que deberían. Y si encima no se les habilitan válvulas de escape apropiadas obtendremos resultados catastróficos. Se me olvidaba. ¿Cómo va la actuación de Indecopi con los transportes que no respetan el medio pasaje de escolares y universitarios? Leo que en Lima se han multado a mil doscientos conductores por infringir la norma. La sanción es de 380 Soles. ¿Y aquí cuántas se han impuesto? Pues así va casi todo.
Moraleja: “No rechaces tus sueños, ¿sin la ilusión el mundo que sería?”  (Campoamor)
Así sea

EL VIGÍA.

lunes, 2 de noviembre de 2015

ARTÍCULO: EL DESENCANTO DE UNA SOCIEDAD.


Hace unas fechas veía un vídeo de las reacciones de unos niños de corta edad ante la presencia cercana de sus ídolos deportivos. Eran unas reacciones verdaderamente enternecedoras y al mismo tiempo aleccionadoras. Uno de los niños con la boca abierta, asombrado por tener tan cerca al ser de sus sueños; otro con los ojos fijos, abiertos como platos, e incrédulo ante su presencia; un tercero llorando a moco tendido con la emoción desbordada por la proximidad; un cuarto agarrándose la cabeza y exclamando: “no me lo puedo creer”, y finalmente, por no hacerlo más largo, arremolinándose para conseguir un autógrafo o una foto dedicada. Y lo mejor de todo, lo que viene después: los niños contando sus vivencias, su radiante satisfacción de haber estado con él, haberlo tocado e incluso abrazado y todos con un común denominador: derrochando felicidad, alegría y satisfacción. Orgullosos de él y al mismo tiempo de sí mismos. Y ¿saben por qué? Pues simplemente porque no vieron defraudadas sus expectativas y pudieron confirmar que aquellos seres eran de carne y hueso como ellos.  
A los niños en general les encantan las figuras públicas tales como deportistas, cantantes, bailarines, incluso algunos profesores( que ya es decir) etc, etc, pero no muestran simpatía alguna, sobre todo cuando crecen,  hacia otras figuras públicas tales como presidentes, alcaldes, regidores, jueces, fiscales, policías etc, etc, y no será por desconocimiento de ellos, pues aparecen en los medios de comunicación tanto o más que los primeros. ¿Por qué será?. Se aceptan todo tipo de opiniones. Voy a darles la mía. Es muy sencilla, simplemente por lo contrario a la respuesta anterior: porque esos niños agraciados, que recibieron casualmente un día, con jolgorio y alegría en sus colegios a esa  figura pública que nunca más volvió  (¡Mamá ha venido el Sr. Alcalde! ¡Papá hoy nos ha visitado el Sr. Juez! ¡La semana que viene vendrá un policía y nos contará como nos defiende, y la semana siguiente una fiscal! ) cuando fueron creciendo vieron, oyeron y/o sintieron  defraudadas sus expectativas. Y lo que vieron, oyeron y/o sintieron es lo que estamos viviendo nosotros actualmente: decepción y desilusión por todas partes. Y digo cuando fueron creciendo por no decir cuando eran pequeños. A veces nuestras respuestas no son las más apropiadas: “ Y qué os ha contado ese sinvergüenza” o “ Más  valdría meterlos a todos en la cárcel” o “ Para lo poco que trabajan” o  “ Son todos igual de golfos” y así de mal sucesivamente. Todo eso es lo que se tienen que chupar muchos pequeños, y el adulto que diga que no, es que no se entera, o que no quiere enterarse, o sencillamente miente. Comentarios propios de una sociedad desencantada como la nuestra que tiene que convivir con alto número de sinvergüenzas.
Y no estoy queriendo decir que esos comentarios sean desacertados sino inapropiados ante un niño que no tiene capacidad de discernimiento. Tanto si el comentario denigratorio es acertado como no, nunca puede verterse ante un menor que se halla en proceso de formación.
Estamos viendo el resultado de todo ese proceso que les narro en la realidad actual. Nuestros jóvenes, tanto de secundaria como sobre todo universitarios, muestran un pasotismo e indiferencia grande ante los retos sociales que vivimos. Aquellos niños que vibraban, y mostraban su inconformismo y múltiples inquietudes, han dado paso a unos muchachos que parecen ausentes, con unas responsabilidades muy limitadas y sin conciencia social alguna.  Algunos parecen estar a la “sopa boba”, término de la Edad Media, que hace referencia a la sopa que se servía en los conventos, en forma de beneficencia, a los mendigos que no tenían para comer y a la que también  se apuntaban estudiantes necesitados y holgazanes. Se llamaba boba o bien por la boca abierta con la que la tomaban los mendigos y el aspecto de bobalicón que aparentaban o por la falta de esfuerzo de las personas que la tomaban. Como digo, esta juventud parece cansada, aburrida y hastiada, sin ganas ni fuerzas para ayudar, ni de enfrentarse a los retos sociales que nos acucian. No se dan cuenta de que sin su esfuerzo, trabajo y sacrificio no conseguirán nada. Y somos nosotros los adultos los responsables de esa situación. Unas veces por la “blandura” que les proporcionamos con nuestras pautas paternalistas y protectoras y otras, las más, por el mal ejemplo que día tras día reciben de los acontecimientos que se van sucediendo y no somos capaces de cortar. Corrupción por doquier, barbarie sin igual, ausencia de valores y desprotección total ante el crimen, con unas autoridades, las más, desbordadas, y las menos, desautorizadas. ¡Sálvese el que pueda! parece oírse, al solicitar la presencia del ejército en las calles, cuando su lugar natural son los cuarteles, y pedir el estado de emergencia, para el que no se reúnen condiciones. Pregunto: ¿Qué formación policial urbana tienen nuestros soldados?. Absolutamente ninguna. ¿ O acaso alguien cree que apostando un soldadito en cada esquina evitaremos la delincuencia de cuello blanco y el sicariato, el uno origen del otro? No se conseguiría nada, absolutamente nada. La solución, bastante compleja y complicada, por lo mucho que se ha extendido la delincuencia, requiere de entrada no solo el incremento del número de efectivos policiales, no militares, en la ciudad, sino la presencia de efectivos de investigación, inteligencia y contrainteligencia policial con ganas de trabajar. Recalco, con ganas de trabajar. Así como la acción profesional en su máxima expresión de la Fiscalía, sin cuya participación decidida y diligente será imposible avanzar en la lucha contra el crimen. Esto desde el punto de vista punitivo, pero si queremos ir al fondo del asunto y resolver el gravísimo  entuerto en el que nos hallamos deberemos afrontarlo con otras armas. Que habrá que utilizar durante larguísimo tiempo. Armas como  la del conocimiento, la formación en valores, la del reparto de la riqueza, la del trabajo, la del ser y no la del tener, la de elegir con prudencia, y en fin, controlar de cerca la gestión de nuestros dirigentes estableciendo castigos ejemplares para los que se desmanden.
Por otra parte, padres, tutores, profesores y autoridades, somos quienes debemos sacar a nuestros jóvenes del ostracismo y desencanto en que se encuentran, responsabilizándolos y haciéndoles ver la realidad en la que ellos tienen un rol importante a cumplir: ser los protagonistas
 del futuro próximo. Y en lo que se refiere a nuestros pequeños, aprovechemos su genuina inocencia y bondad para proporcionarles un mañana mejor exento de la podredumbre y miserias del presente.
Moraleja: ”La violencia sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso ( Jean Paul Sartre )
Así sea.

EL VIGÍA.