Sabido es que las actividades
físicas ayudan al desarrollo integral de las personas y sobre todo de los
jóvenes, sin excluir a los que no lo son
tanto. Y en el caso concreto de las féminas, su práctica ayuda a disminuir los
diversos malestares físicos que se producen acompasadamente por la llegada del
ciclo menstrual en las jóvenes y de la menopausia en las mayores. Por una
parte, correr, nadar, bailar y también montar en bicicleta sirven para
fortalecer la musculatura pélvica y disponer de un organismo más preparado ante
la visita mensual de la menstruación. Por otra parte, esos mismos ejercicios,
más cantar y actuar, también sirven para fortalecer el estado anímico y reducir
el estrés acumulado por el accionar del día a día. A la vista de todas esas
bondades una marca líder en el mercado del cuidado intimo femenino , con el
objeto de promoverlas e incentivarlas, organizó y celebro este sábado pasado
día siete en Lima un festival denominado ”Baila con nosotras” en el que se
congregaron más de cuatro mil alumnas de los principales centros escolares de
la ciudad. El Parque de la Exposición sirvió de escenario para el festival en
el que las integrantes de quince colegios finalistas demostraron sus
habilidades mediante sus muy preparadas coreografías, bailes y cantos. Como no
podía ser de otra manera el acto contó con la colaboración y apoyo de
relevantes figuras del mundo del arte, que con su presencia realzaron el ya de
por sí esperado, y por qué no decirlo, anhelado evento. Todo un éxito. Y es que
la juventud necesita eso, ejercicio, actividad, movimiento, ocupación, actividades
lúdicas, etc. etc. para combatir el
aburrimiento, el hastío, el inmovilismo, y el estrés de no hacer nada. Sobre
todo necesitan sentirse partícipes de la vida actual. La inmensa mayoría se
sienten relegados y marginados de la actividad social, pues esa es su realidad. Digan ustedes que
actividades lúdicas y/o recreativas puede desarrollar en nuestra ciudad un/a joven por las tardes, que las tiene libres o
los largos fines de semana en los que hasta la biblioteca está cerrada. No
parece que pasear por el Bulevar, o por la Plaza de Armas, o sentarse en una
cafetería y menos todavía pasar el rato en una discoteca, sea lo más
recomendable para un adolescente o joven universitario. Y parece ser que eso es
lo que les toca hacer: aburrirse como una ostra o “divertirse” de fea manera.
Bueno, siempre les queda la opción de ver el ejemplarizante “Combate” o los
menos irse al cine. O sentarse ante el televisor para adocenadamente tragarse
un nuevo reálity para jóvenes que pronto invadirá nuestras pantallas y que ya
están anunciando a bombo y platillo. O sea que al parecer “no hay tutía”. O lo
que es lo mismo: no hay remedio. El término tutía (también se acepta separado),
hacía referencia en la Edad media a un remedio a base de óxido de cinc para
curar ciertas enfermedades, entre ellas algunas de los ojos. Por extensión se
refiere a la carencia de solución de un problema. Por supuesto falta de
solución por ahora, pues lógico es pensar que alguna se habilitará para evitar
ese pertinaz ostracismo juvenil. Me tomo la licencia de apuntar el teatro, la
interpretación, la coreografía, la lectura, el deporte y un sinfín( infinidad)
más que ustedes quieran incluir, en lugar de la vulgar tele o la impresentable discoteca.
Y son nuestros dirigentes sociales quienes deben involucrarse en resolver la
insolvente situación actual que asola a nuestra juventud y no conduce más que a
la pérdida de ilusiones y responsabilidad de quienes están llamados a ser el
futuro próximo.
Y mientras nuestros jóvenes andan con la cabeza
inclinada por el abatimiento o el aburrimiento, o sea cabizbajos, como reflejo
de lo que ven en sus mayores, nosotros continuamos sin enterarnos de que
nuestro ejemplo es decisivo en su actuación. Así, recientemente se nos ha
estado diciendo que ante la ola de crímenes que acontecen había que sacar el
ejército a las calles y declarar el estado de emergencia, como si una cosa y
otra fueran dables como lo más normal del mundo, cuando de un estado de
excepción se trataba, con la consiguiente pérdida de garantías y libertades
individuales, de reunión, asociación, circulación y toque de queda incluido. Y
además sin explicar a la población las consecuencias que podría acarrear la
adopción de tales medidas, tales como abusos y desenfrenos. Los más responsables y preparados
intelectualmente como los integrantes del Ministerio Público, la Judicatura, la
Policía Nacional y el Serenazgo, lo desaconsejaban por tratarse de un auténtico
disparate y mostraron desde un principio su oposición a la adopción de dicha
medida. Aun así, defensores y detractores de las medidas de excepción
decidieron trasladarse en comitiva hasta la Capital para exponer sus reclamos
ante el titular del Ministerio del Interior, que como no podía ser de otra
manera mostró de educadas formas su negativa más completa a las medidas de
excepción aludidas. Y volvieron tan felices y contentos, diciendo desvergonzadamente
que había sido un éxito rotundo su viajecito a la Capital a pesar del
monumental NO recibido. Ver para creer. Intentaron, digan lo que digan,
“dárnosla con queso” término proveniente de la España medieval en la que los
taberneros que se trasladaban a la Mancha para comprar los buenos vinos allí
cosechados, tenían la buena costumbre de catar previamente los caldos que iban
a comprar. Y los avispados vendedores, invitar a unos deliciosos y sabrosos
quesos manchegos, para disimular los vinos picados o de mala calidad, que de
todo había. O sea el engaño.
Con ejemplos como este, otros muchos similares, más los que se avecinan
como los previsibles resultados de los juicios en que se encuentran
involucradas nuestras máximas autoridades ediles, hacen que la moral de
nuestros jóvenes no se hallen todo lo boyantes que deberían. Y si encima no se
les habilitan válvulas de escape apropiadas obtendremos resultados
catastróficos. Se me olvidaba. ¿Cómo va la actuación de Indecopi con los transportes
que no respetan el medio pasaje de escolares y universitarios? Leo que en Lima
se han multado a mil doscientos conductores por infringir la norma. La sanción
es de 380 Soles. ¿Y aquí cuántas se han impuesto? Pues así va casi todo.
Moraleja: “No rechaces tus sueños, ¿sin la ilusión
el mundo que sería?” (Campoamor)
Así sea
EL VIGÍA.
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