Terminaba
mi artículo anterior haciendo referencia a la carrera de obstáculos en que se
han convertido estas elecciones presidenciales. ”Elecciones en las que se está
demostrando una vez más los muchísimos intereses, no siempre partidarios sino
fácticos, y tampoco confesables, que entran en liza y actúan por desgracia bajo
el tapete”. Repito entrecomillada la última frase del referido artículo, y me
ratifico en lo dicho. Y utilizo el entrecomillado para que nadie pueda decir
que me he plagiado a mí mismo. Aprovecharé
para decir que plagiar no es copiar sino apoderarse como autor de la
originalidad del texto.
Para
confirmar lo dicho al principio bastará que vean ustedes el accionar del
Registro de Organizaciones Políticas (ROP) declarando improcedente la inscripción
del Tribunal Nacional Electoral del partido Todos por el Perú, liderado por el
candidato presidencial Julio Guzmán, aupado por las encuestas al segundo lugar
en intención de voto. Y todo porque en la asamblea del partido Todos por el
Perú, celebrada el 10 de octubre del año pasado, se aprobaron una serie de
modificaciones a los estatutos de la agrupación política sin contar con el quórum
suficiente. O sea, al parecer, Todos por el Perú cometió un error de forma en
la elección de su Comité Ejecutivo Nacional que es lo que ahora, más de cuatro
meses después, el organismo oficial competente resuelve. Parece un poco tarde¿
verdad? De todas las maneras y ante el gran revuelo originado, ha tenido que
salir a la palestra el responsable del ROP, don Fernando Rodriguez para decir
que esta resolución no invalida ni tacha una candidatura. Entonces, parece ser
que esto, y lo ya comentado del “mareando la perdiz” es otra vez más, lo mismo.
Tratar de confundir reiteradamente. Y es que hay enorme interés en que el aire
renovador no penetre y llegue a insuflar suficientemente el velamen de la nave
de Julio Guzmán, empujándola a buen puerto,
al mismo tiempo que ese vendaval renueve esta atmósfera cargada y viciada en la que nos
movemos. “Están tratando de tumbar mi candidatura a la Presidencia”. Si señor,
acertó. Que si es un infiltrado, por su presencia en un acto del Partido
Nacionalista, que si sus fondos de campaña provienen de la DINI, que si la olla
de casa, que si es un violador, un corrupto, etc.etc. Exactamente igual que se
está haciendo con el aspirante Cesar Acuña, anterior congresista de la nación y
de negro recuerdo para el fujimorismo y el aprismo, alcalde de Trujillo,
Gobernador de la Libertad y brillante empresario por encima de todo, como lo
demuestran sus más de 10,000 puestos de trabajo creados en la Libertad. Y al
margen de todo esto las tres universidades por él fundadas, Cesar Vallejo,
Señor de Sipán y Autónoma de Lima. Y mientras tanto, nos dicen los “mareadores
de la perdiz”, el Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral que en tres
semanas nos darán el resultado de la “investigación doctoral” que llevarán a cabo con gran “objetividad”. Y añaden,
agarrémonos bien, que para ellos no vale lo que diga la Universidad Complutense
de Madrid. Universidad emisora del Doctorado y por lo tanto llamada a
esclarecer las anomalías, si existen, en la Tesis de Acuña. Pero, profundicemos
en qué es eso del Tribunal de Honor. Los tribunales de Honor eran unas
instituciones sin equivalente alguno en el Derecho Internacional, típicamente
españolas, elitistas, nacidas en el ámbito castrense para juzgar el
comportamiento de oficiales, nunca de suboficiales o tropa. En los años 20 del
siglo pasado se introdujo en el ámbito civil para determinar la “dignidad” o no
de los individuos en ocupar determinados puestos. La realidad de estos
tribunales era que no juzgaban hechos concretos sino conductas globales u
opiniones acerca de si fulanito o sotanito tenían la “dignidad” suficiente para
ostentar tal cargo. O sea, en realidad de lo que se trataba no era del honor
del enjuiciado sino de proteger el honor de la profesión aludida. Los
Tribunales de Honor no aparecen en el Derecho Internacional y actualmente están
PROHIBIDOS expresamente por la Constitución española vigente desde 1978, en su
artículo 26, que hace mención expresa a los ámbitos civil y profesional. Y
desde el 2005 también prohibidos en el ámbito castrense. Y haciendo referencia
al Tribunal de Honor aludido, peruano, dejar constancia que carece de
legitimidad para emitir sanciones y únicamente puede emitir opiniones acerca de
la “honorabilidad o dignidad” de las personas investigadas.
En
mi opinión, en pleno siglo XXI en que nos encontramos, instituciones de este
tipo están periclitadas ya que son los entes propiamente involucrados y en última
instancia los Tribunales de Justicia los llamados a esclarecer situaciones como
la presente. Las partes se están allanando a cumplir el rol asignado:
Complutense a investigar la intencionalidad del pretendido plagio y Doctor a prestar
toda su colaboración en la investigación. Y digo intencionalidad pues no basta
con que haya párrafos repetidos sino la comprobación y demostración de la intencionalidad de apropiación indebida de los
mismos. Además de verificar la actuación del Director de Tesis y los miembros
del Tribunal examinador, que no fueron unos invitados de piedra.
Al
aspirante Cesar Acuña, nadie le conoce por sus ingenierías y sus doctorados,
sino por su ingenio y diligencia para crear riqueza y puestos de trabajo a su
alrededor. Y salvo mejor opinión, todo ello dentro de la Ley. Que es por lo que
los electores deberán juzgar su elección como futuro Presidente. Ni creo
necesite conseguir doctorado alguno, pues ya anda lo suficientemente docto al mostrarnos
por una parte sus gratificantes experiencias vividas y por otra los numerosos
éxitos empresariales alcanzados. Ni Valle-Inclán, ni Neruda, ni Gabriel García
Márquez, ni Carlos Fuentes, o Camilo
José Cela, escritores profesionales involucrados en pretendidos plagios, vieron
tanto “rasgado de vestiduras” como vemos en este presunto caso. Y ya no digamos
el del reverendo Martín Luther King, que
nos enteramos, muchos años después de su asesinato, que en vida había plagiado
su tesis doctoral y muy a pesar de sus detractores continúa siendo un referente
de las libertades. Así que zapateros Guzmán y Acuña a vuestros zapatos, y tened
presente que “si ladran es que cabalgáis”, y por cierto bastante bien, yo diría
que a galope tendido.
Moraleja:
”Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien” (origen árabe)
Así
sea.
EL
VIGÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario