lunes, 22 de julio de 2013

ARTÍCULO: ESCASEZ DE VALORES


Un día tras otro estamos siendo testigos de hechos noticiables cada vez más alarmantes y bochornosos. Uno se levanta por la mañana pensando en qué hecho novedoso aparecerá en primera página de los periódicos locales: nuevo asesinato; caso de corrupción destapado o denunciado; robo, atraco o asalto en la vivienda, calle o carretera; estafa denunciada; violación; enriquecimiento ilícito; delincuentes detenidos y seguidamente liberados; amenazas y chantajes; contaminación ambiental; fuerzas del orden atacando a pacíficos manifestantes; inoperancia de la fiscalía, etc. etc. Verdaderamente escandaloso y sobrecogedor.
Estamos viendo cómo una sociedad, la nuestra, está entrando en una fase de descomposición de la convivencia ciudadana seria y profunda y por lo tanto muy preocupante. Todas las alarmas se han encendido y empieza a oírse el grito de ¡sálvese el que pueda! Es una  demostración de insolvencia tan presente y arraigada en nuestra sociedad que llega a su máxima expresión con la propuesta de decretar el estado de excepción sacando el ejército a la calle. Cómo si este hecho sirviese para revertir la situación y evitar la corrupción, el chantaje, las violaciones, la insolidaridad social o la contaminación. Nada de ésto se evitaría con tal medida. Significaría un totalitarismo impropio de una sociedad “democrática, social, independiente y soberana” como la nuestra, que así es definida en el Art.43 de la Constitución. Haré referencia a lo de “democrática y social”. Es ”democrática” en tanto que el pueblo debe ejercer su soberanía y también pretende ser “social” dedicando su preocupación principal al bienestar de sus ciudadanos como indica el Art. 1º de su Constitución: “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la Sociedad y del Estado” .
Que estemos preocupados, mejor dicho, seria y profundamente preocupados es lógico, pero no podemos bajar los brazos y resignarnos ante tanta ignominia. No podemos permitir que el desánimo, la desilusión y la desesperanza se enseñoreen en nuestra sociedad.
Sociedad en la que la situación que atraviesa en los diferentes ámbitos económico, político y social deben ser analizados para tratar de vislumbrar la realidad. Veamos.
LA SITUACIÓN ECONOMICA nacional es muy buena y saneada en el aspecto macroeconómico y continúa siendo muy deficiente y por lo tanto muy mala en el aspecto microeconómico dado el nefasto reparto de esa riqueza entre su población. Primer factor y muy importante, negativamente desequilibrado.
LA SITUACIÓN POLÍTICA nacional es muy deficiente, con unos PODERES del Estado seriamente “tocados” por el flagelo de la corrupción (véase actual investigación a ex presidentes anteriores recientes y altos cargos)  tanto en el PODER EJECUTIVO nacional, regional o local, como en el LEGISLATIVO en el que obtener un curull parece ser la solución ideal para medrar y enriquecerse a base de relaciones espúreas. Causas judiciales contra instituciones locales, municipales, regionales y nacionales son continuas. Son escasos los nombres de los congresistas actuales que podrían referenciarse como hombres de estado o auténticos “Padres de la Patria”. En la práctica son sucedáneos. Esta situación, repito, es francamente deficitaria y difícilmente digerible por el hombre de la calle pues la corrupción significa la ruptura del juego democrático. El noble arte de la POLÍTICA  se está convirtiendo en un auténtico circo, no de payasos sino de fieras. Con mis respetos para las fieras de cuatro patas que sin duda serían pasto fácil de éstas nuevas jaurías, que como digo anteriormente siempre tienen alguna excepción.
El tercer PODER, EL JUDICIAL, se halla en una situación o período transitorio de adaptación, con la aplicación de la nueva Ley Procesal Penal y los consiguientes balbuceos y lógicas contradicciones del Ministerio Público en sus inicios procesales. Aparte están las  inaceptables ingerencias y connotaciones políticas con los otros PODERES. Produce una gran pena ver como EL PODER  JUDICIAL, se ha distanciado tanto del ciudadano que hace que éste se sienta huérfano y desprotegido.
LA SITUACIÓN SOCIAL se puede sintetizar en una sociedad desestructurada y deficientemente educada en la que el problema principal es la AUSENCIA TOTAL DE  VALORES, tanto personales como sociales. Valores personales como el respeto, la tolerancia, la lealtad, la responsabilidad, la honestidad, el trabajo, la solidaridad, la dignidad,  la sinceridad y la puntualidad brillan por su ausencia.
Por otra parte los valores sociales, tales como el bien, la verdad, la belleza, la felicidad y la virtud apenas son conocidos y carecen de relevancia y prestigio. En cambio los valores de carácter económico como son la riqueza, el éxito, la prosperidad, el prestigio y la autoridad son en principio la panacea, y el objetivo principal a conseguir por la mayoría de los actores sociales actuales. A cualquier precio y sea como sea. Aquí es donde se encuentra el origen y fermento de esas convulsiones que viene padeciendo nuestra sociedad, en la que “tanto tienes, tanto vales” y en la que es más importante “tener propiedades ” que “ser persona” y en la que también se suele oir “¡es un triunfador!” o “yo tengo mucho porque soy muy listo y tu poco porque eres tonto”. Y cuanto más grande sea su ostentación y su camioneta, mejor. Así nos luce el pelo. A esta propuesta se la conoce como NEOLIBERALISMO SALVAJE, en el fondo responsable de gran parte de lo que está ocurriendo.
En toda democracia que se precie de tal, el PODER  emana del pueblo y mientras éste no disponga de los medios económicos suficientes para subsistir y los medios formativos adecuados para desarrollarse, así como de una JUSTICIA SOCIAL en el amplio concepto de la palabra, no evolucionará en sentido positivo alguno, por mucha meritocracia que se intente aplicar. Por cierto, otro día hablaremos detenidamente de ella y a lo mejor nos llevamos alguna sorpresa.
Nuestros problemas principales no se arreglan con parches o ejércitos en la calle, sino con la HONRADEZ y el TRABAJO de la clase dirigente por una parte y con la EDUCACIÓN EN AUTÉNTICOS VALORES de nuetras gentes por otra. ¿Conseguible? Por supuesto que sí, aunque más fácilmente lo segundo que lo primero. Así que papás, mamás, niños, niñas, jóvenes, profes de inicial, de primaria, secundaria y universidad, medios de comunicación, entidades sociales y morales, todos a trabajar y a potenciar esos VALORES PERSONALES Y SOCIALES POSITIVOS  anteriormente citados que  son el fundamento del bienestar futuro de nuestra sociedad.
La situación que estamos viviendo es de una auténtica crisis social que como vemos abarca a todos sus estamentos y conviene recordar que cuando una sociedad se empecina en no cultivar sus VALORES está abocada al riesgo elevadísimo de caer en el precipicio de la desidia o peor aún el abismo del deshonor.
Nuestros hijos necesitan que nos enfrentemos con todos nuestros medios de convicción con quién pueda representar y propiciar el mal, el atraso, la pobreza y la incultura.

Moraleja:” Cultiva tus valores personales abonándolos con la práctica,  regándolos con tu dedicación  y recogerás una buena cosecha”       
 Así sea

EL VIGÍA

No hay comentarios:

Publicar un comentario