Hoy lunes, si no hay
contraorden por la extensión de la epidemia gripal, deben
reanudarse las clases en los colegios después de tres semanas de vacaciones. Las
dos primeras previamente programadas y la tercera motivada por causa de fuerza
mayor como es la ya mentada epidemia de gripe que azota a la región y
particularmente a nuestra ciudad. La medida, adoptada por las autoridades locales,
ampliando una semana el período vacacional y con obligado cumplimiento para
todas las entidades educativas, tanto públicas como privadas desde la etapa
Inicial a la Secundaria ambas inclusive, es a todas luces acertada y merecedora
del general reconocimiento por lo que tiene de prevencionista ante el avance de
la enfermedad, en esta ocasión de gran virulencia si nos atenemos a los
numerosos casos tetectados y los decesos ocurridos.
Sabido es que los niños/as junto con los
integrantes de la tercera edad son los más vulnerables ante esa enfermedad epidémica, por lo que la
medida preventiva adoptada inicialmente para los centros públicos se amplió con
toda lógica a los privados, o sea a todos los centros o mejor dicho a todos los
niños/as de la zona ya que la “influenza” (a pesar de su nombre) no establece distinciones
entre unos y otros a la hora de atacar.
Así que al aplicar aquello de
“rectificar es de sabios”, aunque haya podido ser entre otras cosas a instancias
del editorial “Pilatos educativo” del 7/8/13 de este
diario, hace que la rectificación de la Dirección Regional de Educación sea
aplaudida con todo merecimiento. Como también lo son las inspecciones
realizadas el pasado lunes a los colegios para verificar el cumplimiento de la
norma establecida y corregir los incumplimientos de aquellos pocos centros que trataron
de saltarse con justificaciones injustificadas lo establecido por la autoridad
competente. Felicitaciones a la UGEL local por su finalmente decidida y
expeditiva actuación.
A los centros, en este caso
privados no hará falta recordarles que por encima de su imagen y prestigio
corporativo, de sus propias economías, de la educación que imparten e incluso
de las presiones de los padres, está la
salud y bienestar de sus alumnos como cosa fundamental y básica a la hora de
establecer sus prioridades de actuación. Y ésta ha sido una ocasión en la que
han tenido la oportunidad de demostrar, como así han hecho, su integridad y
altura de miras.
A los padres y madres (sin
olvidar a los abuelos) hay que felicitarlos por su comprensión y paciencia,
desarrollada durante estas largas vacaciones en las que ha sido puesto a prueba
su aguante paterno filial. Es comprensible el deseo de papás y mamás de que sus
adorados y a veces “pesados” hijitos se incorporen cuanto antes a sus
respectivas aulas pero deben entender y seguro que así es, que en casos como el
que nos ocupa el hogar, el dulce hogar, es el mejor y más adecuado hábitat para
los pequeños y también los no tan pequeños. Aunque aquellos, paradójicamente no
siempre así lo aceptan. Así, mi pequeño de cuatro años no hace más que
preguntar un día sí y otro también que cuando empieza el colegio, que tiene muchas
ganas de ver a sus misses, a sus amiguitos Carlos, Francesca, André, Lady
Luciana, Matías, Nagib, Sergio, Jimena y un montón más y que ya está bien de
tanta vacación y que necesita ir al “cole”. ¿Por qué será? ¿Qué le dan para que
diga eso? En cambio mi hija, de secundaria no se manifiesta pero sus amiguitas
sí y lo que dicen más o menos es: ¡Viva la gripe! y ¡Qué pesadez de colegio! Y
vuelvo a preguntarme: ¿Por qué será? ¿Qué no les dan para que digan eso? Éstas
son interrogantes que sería conveniente despejar y saber los por qué.
De todas las maneras sigamos
alerta y no nos asustemos si hubiera que prolongar las vacaciones ante la
persistencia de la enfermedad.
El causante de todo este desasosiego es el
virus de la influenza o gripe del tipo A
(AH1N1) muy virulenta y potenciada por
una parte por la época fría del año y por
nuestro medio ambiente caracterizado por su elevada contaminación atmosférica y
su ausencia de lluvias, aunque podemos dar gracias a la humedad y vientos
reinantes, y por otra parte por las
características personales según los casos, de dolencias crónicas subyacentes
que incrementan el riesgo de complicar y desequilibrar las defensas del
organismo. La automedicación no es aconsejable ya que los antibióticos no
funcionan ante los virus, por lo que los antivirales serán la elección a tomar.
Lo mejor será acudir a su médico, si lo encuentra y si no a cualquier otro,
para que diagnostique y prescriba el tratamiento. Digo si lo encuentra pues al
parecer últimamente gran parte de ellos están desaparecidos y parecen haber
perdido su brújula, con tanta huelga y manifestación.
En su día estas epidemias
eran combatidas con vacunas antigripales como medida profiláctica de elección,
aunque aquí y ahora por el desabastecimiento y desatención que se observa parece
que ya han debido caer en desuso. Quizá sea que me he quedado desfasado o
anticuado y ahora con tanto adelanto los tratamientos modernos se hagan por
Internet y por lo tanto estén en la “nube”. Todo podría ser.
Sin duda alguna los ancashinos
debemos ser de otra pasta, pues aguantamos y soportamos como los mejores. ¡Titanes!
¡Ánimo amigos, que con esta Ministra de
Sanidad, con tanta huelga sanitaria y, si esto sigue así pronto podremos vernos
todos………visitando a San Pedrito!
Auténticamente bochornoso, vergonzoso
y tercermundista lo que está ocurriendo.
Se me olvidaba: Enhorabuena
por el aumento de sueldo. Nos debéis un cebichito. Mixto, con camarones y
cervecita negra.
Moraleja:” Desde la cuna se
utilizaba la vacuna pero sin tratamiento y seguimiento caeremos a ciento
y……………. no miento”.
Así sea.
EL VIGÍA.
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