Había una vez, en un hermoso
país bañado por un inmenso océano, una ciudad muy próxima para unos y muy
lejana para otros en la que hace unos años las cosas iban más o menos
funcionando, pero de un tiempo a esta parte ya no es así, sino que cuando lo
hacen, lo hacen al revés y da la sensación que vamos hacia atrás al igual que
el cangrejo, como si el mundo, al menos el nuestro, girara al revés.
-Así vimos que emborracharse,
que siempre había sido un agravante, ahora era un atenuante y que además darle
un puñete, fracturándole el tabique nasal a un agente de la autoridad, se
consideraba como algo de menor importancia, cuando siempre había sido una seria
agresión a la autoridad con el agravante del alcoholismo, e ipso facto te ibas
“calentito” a la cárcel. Lo de atenuante y lo de menor importancia no lo digo
yo, lo dice un Sr. perteneciente a una institución pública que pagamos entre todos
y que no quiero empañar más su nombre pues
debería llamarse “Hermanitas de la Caridad” con mis respetos a las
monjitas. A la vista de lo visto si tú querido lector quieres darle un “buen
meneo” impunemente al agente de turno que te molesta pidiéndote tu brevete, no
tienes más que antes beberte unas cervecitas. El mundo al revés.
-Hasta hace poco los bomberos
llegaban rápidamente a los siniestros montados en sus camiones cisternas, pero
ahora llegan tarde tras sus vehículos que son por ellos empujados ante las
numerosas averías que padecen al menos
el 50% de sus unidades. Cuando oigan una sirena, asómense a la ventana y verán a
la dotación del camión empujándolo. Se ruega a la comunidad bajen y ayuden a
tan esforzados bomberos, pues el concejo no puede renovar la flota ya que tiene
unas deudas millonarias. El mundo al revés.
-Y los semáforos, ¡Ay los
semáforos!. Hasta no hace mucho los semáforos se utilizaban para regular el
tráfico y parece ser que eso ha quedado anticuado y superado pues el tráfico ya
se auto regula solito. Y así vemos como las atractivas guardias que parecen
actuar como suplentes de aquellos son brutalmente atropelladas y mandadas
directamente al hospital. Pobrecillas ellas y pobres los semáforos. ¡Algún día
volveréis! Os seguimos queriendo. A ellas por guapas y a vosotros por vuestros
colorines.
-Hasta ahora las motocicletas
lineales tenían además de dos ruedas, motor, asiento de dos plazas y dirección,
pero en breve los fabricantes podrán
ahorrarse el asiento de dos plazas y dejar uno sólo, (van a prohibir que yo
circule con mi mujer) utilizando el espacio vacío para colocar un cajoncillo
donde mejor guardar la pistola o metralleta. También si se lo proponen podrán eliminar
una de las dos ruedas para que no sean vehículos tan rápidos y peligrosos. Aquella
es la propuesta de un congresista apellidado Luna que haciendo honor a su
nombre, y copiando el fracaso de algunos pueblitos colombianos, parece estar
allí. En la Luna. Eso en el mundo de la información se llama “matar al
mensajero”, pues ni las motos ni más del 99,9% de sus usuarios son responsables
de hechos violentos.
-Si antes hablaba de las
“Hermanitas de la Caridad” ahora le toca el turno a los que están en el “Limbo”
haciendo que tantos y tantos litigios sigan
durmiendo el “Sueño de los Justos”,
y que con sus actuaciones lejos de cumplir con su función de aplicar la equidad
cometen errores (por llamarlo con benevolencia) de tal gravedad, que hacen que
los damnificados ya no sólo no crean en su labor sino que se alejen, desconfíen
y los denigren hablando mal de ellos. Es un auténtico clamor, el que hay en la
calle, ante tanto atropello con tan disparatadas sentencias, pues parecen no
enterarse de nada y estar al servicio de quien no deben. La Justicia siempre ha
sido otra cosa muy diferente a lo que algunos ineptos y cesados titulares vienen
haciendo gala últimamente. Por sus inhibiciones, actuaciones culposas y
lentitud, la percibimos al revés de cómo verdaderamente es. Éste si es un
auténtico mundo al revés.
-Hace unos días un Sr. Fiscal
que goza de buen prestigio profesional, al parecer retuvo a un empleado de la
Fiscalía en su propio despacho, al mismo tiempo que llamaba a la policía y a una
Fiscal Anticorrupción, alegando una actuación impropia del empleado. Ante tal
hecho su jefe, otro Fiscal, sintiéndose aludido, indicó que el primero estaba
sometido a un fuerte estrés (stress), como si él fuera psicólogo, sin
percatarse que cuando un empleado llega a esos extremos límites suele ser
debido a la inadecuada carga de trabajo o presiones que sufre y de las que también
suele ser responsable el jefe, o sea él. No es aceptable la explicación de que
pronto tenía que pasar una evaluación y era el factor detonante de tal
explosión emotiva. No puede despacharse así de sencillamente un caso como el
aludido en el que el que quien tiene que estar tranquilo, sosegado y
templado para perseguir el delito se
sienta por el contrario intranquilo, desasosegado y destemplado. El mundo al
revés. Investíguese el caso por el Órgano de Control Interno de la Fiscalía sin
esperar denuncia de parte y adóptense las medidas cautelares y disciplinarias
oportunas ante la elevada alarma social creada.
-Los profesores estaban tan
acostumbrados a examinar a sus alumnos que ahora resulta que al tener que
examinarse ellos y haberles postergado las fechas propuestas en principio para
realizar los exámenes, protestan cual alumnos indisciplinados, deseosos de
sufrir la pruebas. Otro caso del mundo al revés.
-Antes, los sicarios y
delincuentes dificultaban la acción policial con sus actuaciones fuera de la
Ley enfrentándose a las fuerzas del orden, y los policías defendían y protegían
a los ciudadanos, pero últimamente vemos como los sicarios y sus secuaces facilitan
la tarea y colaboran activamente eliminándose entre ellos, cosa que no está del todo mal según
dicen los veteranos de sienes plateadas, mis vecinos, que añaden, deben seguir
perseverando en sus intentos. Mientras, los policías en sus puestos, contemplan
estupefactos las contundentes actuaciones de autoliquidación gansteril. Otro
mundo al revés, aunque muy aceptable lo de la autoeliminación.
-Hasta
hace poco los bancos adornaban las veredas realizando una hermosa labor social
cual era proveer de descanso y sombra, junto a los árboles, a los esforzados
peatones que transitaban por las principales avenidas de la ciudad. En cambio
ahora han sido sustituidos por esos grandes edificios que han usurpado su
nombre, junto a los vigilantes de turno y no realizan prácticamente ninguna
función social sino al contrario, vivir de nuestros dineros que tanto sudor
cuestan ganarlos, cuando no de la cercana usura que practican. ¡Que vuelvan los
bancos de antes, por favor!
-Antiguamente se hablaba en
la familia de las deudas que si no teníamos cuidado podíamos contraer, y eso
era materia prioritaria en todas las casas honradas. Ahora ya no se habla de
las personas sino de las instituciones y sus “forados”; que si el del Gobierno
Regional es de 150 millones, que si el del Concejo es de 70 millones y así
sucesivamente. Y es que ya no somos nada. Con lo que a ti y a mí, amigo lector,
nos gustaría endeudarnos aunque sólo
fuera en 500 milloncetes de nada. Pues no hay manera que nos dejen. El mundo al
revés.
-Finalmente, fíjense ustedes
si todo va al revés en esta ciudad, que hasta la edición de este periódico del
lunes pasado, para no diferenciarnos del resto del mundo salió del revés. Y es que todo es puro
contagio.
Y ya no queda más que decir
que cualquier parecido de cuanto has leído, con la realidad será pura
coincidencia, pues esto es un cuento y los cuentos, cuentos son, por lo que
nadie debe darse por aludido.
Moraleja:”El mundo está en
las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir
sus propios sueños”(Paulo Coelho)
Así sea
EL VIGÍA.
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