Aunque el origen de su nombre
es de patricia romana tal como Domiciana o Diocleciana, en este caso ella, la
dama en cuestión no pertenece a tal
casta sino más bien a la plebeya por su humilde ascendencia, que no fue romana
sino chimbotana. Emerenciana es su nombre y con el diminutivo de Eme es
conocida por sus vecinos del asentamiento humano de San Miguel. “Hola Eme”,
“Buenos días Eme”, “¿Ya de vuelta Eme?”. Estos son los saludos que recibe
diariamente la buena de Emerenciana. Y es que se deja ver muy poco por el
vecindario. Cuando me acerco a su vivienda muy humilde de esteras y adobes, y pregunto
por ella, Pancracia, su vecina dice: “Ya
se ha ido. Sale muy temprano con su carrito a repartir al menudeo sus panes”.
Últimamente el saludo más
reiterado es: ¿Qué tal el negocio Eme?. Y es que Emerenciana se ha hecho famosa
ya que sus negocios parece que van “viento en popa y a toda vela” pues se ha
sabido que está facturando miles y miles y más miles de dólares, si digo bien,
dólares. Aunque vayan ustedes a saber, quizá sean millones de dólares. ¡Quién
lo iba a decir!. Que la Eme, una sencillísima y humilde mujer, bastante mayor,
de frágil apariencia y con residencia en una chabola, vendiendo y repartiendo
panecitos de casa en casa está moviendo sumas de dinero incalculables y
millonarias.
He acudido en varias
ocasiones a su domicilio para entrevistarla y que me contara el por qué del
éxito de sus negocio pero hasta ahora no he tenido la suerte de encontrarla. Si
he podido hablar con Pancracia que vive al lado y tiene su particular punto de vista. “Mire
señor, siempre le dije a mi marido, esto del pan es un buen negocio, y si no
mira a la Eme. Y es que señor, antes se decía: pan para hoy y hambre para
mañana, pero ahora ya se puede decir: pan para hoy y hartazgo para mañana”. Pancracia
se congestiona al hablar de su vecina, y me amplia: “ Mire amigo, a la vista de
lo visto, el márketing, la planificación, las estrategias, los estudios de
mercados y la dirección por objetivos son un auténtico camelo, son cuentos
chinos pues no hay más que ver los resultados que está obteniendo la Eme”. El
éxito de Eme es rotundo.
Y continúa: “Al parecer la
escuela de Cambio Puente en la que sabemos que estuvo durante unos cinco años y
posteriormente licenciada por el mismísimo Alán García fue donde se doctoró en
Dirección y Organización de Empresas. Allí el profesorado es amplio con
variadas y múltiples especialidades.Y la docencia contrastada y al alcance de
todos los allí matriculados. Eso sí, siempre e inexcusablemente en régimen de
internado.”
Hasta aquí lo que me comentó
Pancracia, la vecina de la exitosa Eme.
Pero hace unos días aparecen unas
noticias, que no son más que la confirmación de lo publicado el cuatro de
octubre pasado en este mismo periódico, en las que parece ponerse en tela de
juicio (en dudas) la veracidad y autenticidad tanto del negocio como de la
titularidad de Eme y sus actividades.
Así vemos que el Poder
Judicial ha declarado “complejo” el caso de la investigación del presunto
lavado de activos en contra de Emerenciana Ángeles Nolasco, nombre de la ya
mencionada Eme. Al parecer, poco después de que fuera amnistiada en el 2009,
creó una empresa de venta al mayor de alimentos, bebidas y tabaco para importar
y exportar, en la que ha movido varios
millones de dólares. La empresa se denomina Negocios e Inversiones Metal Perú
E. I. R. L. Aparentemente, aunque yo creo que es real, se trata de una pobre y
mísera anciana por los signos externos que muestra.
En enero del 2011, Emerenciana
nombró un apoderado con amplias facultades para diligenciar las importaciones
de mercancías? nacionalizadas en diversas intendencias aduaneras del país que
también son investigadas.
En las investigaciones
policiales aparece un entramado de personajes, nacionales y extranjeros así
como numerosas empresas relacionadas con Metal Perú que por supuesto deben
estar siendo analizadas. Se trataría de una banda extensa de mafia muy
organizada que utilizando la identidad de personas que se prestan a ello no
hacen frente a los impuestos correspondientes, defraudando millonariamente al
Estado, o sea, a ti, a mí y a todos los ciudadanos.
A la fecha han sido notificadas
para su presencia y posterior declaración varias personas, entre ellas como es
lógico la titular, Doña Emerenciana, sin que haya acudido nadie a las sucesivas
citaciones.
Al parecer el Fiscal D.
Norman Mendoza Garcia de la Segunda Fiscalía Provincial Penal, y al frente de
la investigación del caso ha dicho que
lo tiene bajo 10 ó 20 llaves por la reserva que merece y que continúan
avanzando en las diligencias, todas ellas de gran complejidad, ya que involucra
a muchas personas y posiblemente haga necesaria la creación de una fiscalía en
nuestra ciudad, especializada en el lavado de activos y el crimen organizado.
Sencillamente, el tema es muy gordo.
La conclusión inicial de
quien esto escribe es que nos encontramos ante una trama muy organizada, con
mucha gentuza chupando, con varios años de actuación, y con defraudaciones
elevadísimas. De todo lo descrito hay dos cosas que en mi opinión habría que
resolver a la mayor brevedad.
La primera es que el caso se denomine
“complejo” con lo que eso entraña de oscurantismo y falta de luz y taquígrafos
de lo que se lleva entre manos, de lo que se actúa, de quienes son los
implicados, y de los avances de la actuación de los diferentes poderes
actuantes. Es lógico y plausible el sigilo investigatorio pero la transparencia
en las averiguaciones debe ser rápida, amplia y total. La opinión pública lo
demanda.
Ante estas situaciones que la
judicatura denomina “complejas”, a mí personalmente me origina “complejo” de
inferioridad, pues significa que no voy a saber nada de nada, pero
absolutamente nada del caso hasta que se levante el “complejo”.
La segunda es cuando el Sr,
Mendoza García nos dice que “El caso lo tengo bajo 10 ó 20 llaves, por la
reserva que se merece”. Mi recomendación, apreciado Sr. Fiscal es que no
debería guardar el caso bajo tantas llaves pues imagine por un momento, como
nos quedaríamos todos, incluidos los presuntos delincuentes, si usted
involuntariamente extravía o pierde las llaves. Todos cantaríamos aquello de:
Donde están las llaves matarile-rile-rile, en el fondo del mar
matarile-rile-ron. Entonces el caso quedaría irremisiblemente archivado, cosa
que nadie desea.
Finalmente sólo me queda
dejar constancia de lo que tras comentar las últimas novedades, me dijeron ayer: “Vigía, no haga ni caso
amigo mío. Todo lo que se habla es pura envidia. Envidia pura y dura. En este
país cuando alguien triunfa siempre tratan de desacreditarlo. Amigo, el pan es
un buen negocio, se lo digo yo, Pancracia”.
Moraleja:” Tu futura fortuna
depende de lo que amases”.
Así sea.
EL VIGÍA.
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