Hace un par de semanas,
justamente el veinticinco pasado les hablaba de Hipólita, familiarmente Poli, ya
una más de nuestra familia y que de tantos y tantos apuros nos saca su trabajo
cotidiano, sobre todo del cuidado de la casa y de nuestro pequeño hijo. Les
conté el plantón y conato de huelga que nos planteó como imitación al de los
jueces y fiscales. Consiguió su merecido aumento salarial y ahí quedo todo.
Pero ahora resulta que ante la movilización callejera de los jueces y fiscales,
los esquemas mentales de Poli se han visto removidos y nos ha salido con algo
nuevo: que quiere estudiar. El otro día vino y me dijo:” Vigía, quiero estudiar
y si le parece dejaré la cena hecha todos las tardes para a las siete ir a clase. Volveré a
las once. ¿Qué le parece?”. Me quedé sorprendido y pensativo y una vez repuesto
pregunté: “Oye Poli, y qué quieres estudiar?”. Muy suelta, me contestó: “Quiero
ser Fiscal, o mejor…. Juez”. “¿Cómo dices Poli?”. “ Lo que oye Vigía, lo que
oye, ahora tengo 21años, voy a continuar con 5º de secundaria, pues ahí lo
dejé, y seguidamente haré Derecho aquí al lado en la Universidad, para que una
vez que termine prepararme para ser Fiscal o mejor todavía, Juez. Puedo serlo
antes de los treinta años. ¿Qué me dice Vigía?”. Cuando conseguí reaccionar
ante el impacto sufrido por sus palabras
le pregunté: “¿Y por qué quieres ser Juez, Poli?”. Me dijo: “Mire, el
dinero que ganan ahora sin aumentos es un pastón y cuando yo llegue, el sueldo
estará por encima de los treinta mil al mes por lo menos, con lo que podré
ayudar de verdad a mis padres, hermanos, tíos y sobrinos, que les hace mucha
falta. Pero, créame si le digo que mi ilusión, mi gran ilusión sería ayudar a arreglar
un poco la justicia, como hace Doña Nancy, administrándola y repartiéndola como
debe ser, con rectitud, honestidad, esfuerzo y sacrificio y no como está ahora.
Hay mucha gente que la echa a faltar”.
Las palabras de una joven de
poco más de veinte años me dejaron boquiabierto.
Por supuesto que le di no
solo mi aprobación sino también mi
felicitación y apoyo más sincero. Ya está estudiando. ¡Qué injustos somos en muchas ocasiones con
nuestros jóvenes, cuando los creemos vacíos y superficiales y en verdad son
capaces de darnos auténticas lecciones como la que me ha dado una muchacha de
servicio como es Poli, nuestra querida Poli.
Y es que antes fueron los
sindicalistas, después los maestros, posteriormente los galenos y ahora son sus
señorías. La envidia es cosa muy
extendida. O vayan ustedes a saber, quizá sea contagio como les pasa a mis
vecinos que están todos pendientes de ver quién lleva la camioneta más grande.
El caso es que diversos colectivos andan manifestando de forma reiterada su
malestar por sus condiciones laborales, que se traduce en su reivindicación
salarial. Bueno todos no, no. Sus señorías, según dicen, no reclaman aumentos
de sueldo sino que se cumpla una sentencia de hace 20 años por la que se deben homologar
sus ingresos actuales de 8.000, 9.000 y 14.000 soles mensuales según nivel, con
los de los magistrados supremos, que cobran mínimos de 10.000,15.000 y 22.000 soles
mensuales. Coincido en que eso no es un simple aumento, que va, sino acceder a
un sueldazo. O sea, el no, no reivindicamos aumentos, es un auténtico SI, así
de grande. Lo que realmente piden en el fondo es un aumento de su retribución.
Con todos mis respetos, creo
que no se están dando cuenta de dos cosas. La primera que hay muchos
profesionales en este país también muy bien preparados como ellos, que o bien son
docentes, si, los enseñantes que cobran 1.500 soles al mes, o son ingenieros con 2.500 soles, otros muchos, médicos
con 3.500, y qué decir de los pensionistas con unos míseros 300 y otros con
unos vergonzantes 125 al mes. Lo que les confiere una situación de auténtico privilegio a pesar de tantos años transcurridos de reivindicación. Reflexionen
por favor, reflexionen.
Y la segunda, que son muy respetables aunque obviamente no
muy compartidas por la ciudadanía, sus
huelgas blancas, sus salas plenas, sus juntas plenas y sus plantones, pero eso
de salir a la calle a manifestar en la vía pública sus reivindicaciones
laborales y salariales, eso es otra cosa. ¿Han pensado por un momento en qué
hubiera ocurrido si la fuerza pública hubiera hecho acto de presencia al igual
que en otros casos anteriores también caracterizados por su pacifismo y
reivindicaciones similares a la de ustedes? Pueden dar las gracias a que la autoridad
policial, otras veces tan denigrada, obró con la máxima prudencia, pues pudieron
haberse originado hechos bochornosos.
Hubiera sido bastante hilarante ver a nuestra querida heroína la Fiscal Anticorrupción
y colegas correr con las faldas arremangadas por la Avda. Pardo, acosadas por
policías, o a sus señorías llorando como niños y dando grandes estornudos por
la picazón de los gases lacrimógenos que son tan proclives a lanzar nuestros
agentes. Sigan reflexionando y por el bien de todos no paren de hacerlo, queridas
señorías pues su imagen corporativa no debe deteriorarse más de lo que ya lo
está.
Lo que no conocen nuestros
respetados jueces y fiscales son los múltiples comentarios reprobatorios a que
dieron lugar en los corrillos de los viandantes presentes en su trayecto
reivindicativo, con estandartes y todo. Los comentarios desaprobatorios eran de
tal calibre que mi prudencia evita repetirlos públicamente para no dañar la
sensibilidad de los lectores.
Las últimas noticias que nos
llegan no son precisamente muy alentadoras para sus reivindicaciones pues de
los 3,471.000.000 (tres mil
cuatrocientos setenta y un millones) de
soles solicitados por el Poder Judicial, sólo les han concedido aproximadamente
la mitad.
Al día siguiente viene Poli y
me pregunta: “Oiga Vigía, ¿el estrés origina la calvicie?”. “Pues en bastantes
casos sí origina la caída del cabello. ¿Por qué me preguntas eso, Poli?”. “Pues
verá Vigía, el otro día en clase de biología el profe nos dijo que el estrés
originaba la calvicie y resulta que uno
de los jueces que iban en la manifestación dijo que ellos sufren de mucho
estrés en su trabajo”. “Bien, ¿y qué quieres decirme con eso Poli? “ No, pues nada,
que yo tenía mis dudas, porque en la manifestación había muy pocos calvos, y
ahora lo tengo bastante más claro” No pude evitar mi risa por las acertadas deducciones de nuestra querida Poli a la que
le auguro una excelente trayectoria profesional.
Para terminar les diré que si
alguien de ustedes, queridos lectores, se encuentra la Justicia que iban reclamando
por las calles nuestros siempre queridos
y respetados fiscales y jueces lo hagan saber a la mayor brevedad posible para
reintegrarla a su lugar habitual, de donde nunca debería haber salido: los
juzgados.
Moraleja: “Juicios tengas y
los ganes”
Así sea
EL VIGÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario