martes, 24 de diciembre de 2013

ARTÍCULO: LAS REIVINDICACIONES DE SUS SEÑORÍAS.


     
Como recordarán los asiduos lectores de esta columna semanal de los lunes, recientemente les hablaba de Poli, la chica de servicio que nos ayuda en la casa, y que debido a su afecto y buen hacer se ha convertido en un miembro más de la familia. Primero nos sorprendió con su conato de huelga imitando a la que estaban realizando los jueces y fiscales, y que resolvimos amigablemente como no podía ser de otra manera, y después con su intención que ya ha iniciado de convertirse en un futuro en Fiscal o Juez, recibiendo nuestra más efusiva felicitación por la decisión adoptada. Como les decía, ya reinició sus clases de secundaria y lleva un seguimiento muy cercano de las vicisitudes por las que atraviesa el proceso reivindicativo de la Judicatura, leyendo todos los días la prensa local y nacional. Poli es una ferviente admiradora y seguidora de Dña. Nancy Moreno, Fiscal Anticorrupción, a la que en la distancia reverencia por su demostrada honestidad, valentía y profesionalidad. La admira por su donaire, en su forma de conducirse, en sus ademanes, en su cortesía, en su educación, en fin en todo. No pudiendo decir lo mismo en lo referente a otras personas integrantes de la Fiscalía, que no terminan de gustarle. A mi pregunta de por qué no le gustan, me contesta: “Pues simplemente Vigía, es que no me caen nada bien”. Y no consigo sacarle motivación alguna más. O sea que  nuestra querida Poli tiene muy claro a quién seguir y a quién no, aunque sólo sea por su muy desarrollado  instinto femenino. Ahora se han levantado algunas voces quejosas, unas en origen y otras en coro vergonzante, contra la correcta y profesional actitud de su admirada heroína y no vean ustedes como se ha puesto Poli. Los ha puesto a todos a caer de un burro que es lo mismo que decirles a los interfectos que no llevan razón y algo más.
Como recordarán, las motivaciones de la decisión de Poli de iniciar su preparación para llegar a ser “Fiscal o mejor…..Juez”  han sido el afán de colaborar en la mejora de la administración de la Justicia Social y así contribuir a la renovación de la imagen actualmente bastante deteriorada de la Judicatura. Además, al conocer las cuantías de las reivindicaciones salariales de sus señorías, se le abrieron los ojos como platos y terminó de decidirse por conseguir y ejercer esa profesión. Aunque hay que dejar claro que su afán principal es el de llegar a ser otra Nancy, aunque con algunos añitos menos y, lo del salario es para repartirlo con su larga y necesitada familia. Si no cambia, puedo asegurarles que dejará pequeña a su actual heroína.

Al enterarse del acuerdo inicial al que ha llegado el Poder Judicial con el Ejecutivo, por el cual no se cumplimentan totalmente las reivindicaciones del primero, pero sí se consigue unos aumentos retributivos sustanciosos, abandonando su posición de fuerza mostrada, dejando a un lado sus huelgas blancas, sus salas plenas, sus juntas plenas, sus plantones y sus marchas por las calles, pero pendientes de posiblemente acudir a instancias internacionales, Poli, al igual que sus colegas con las que coincide en el mercado, junto con sus compañeros de formación, más este Vigía que les escribe somos de la opinión de que hay que felicitar a sus señorías por lo conseguido, al mismo tiempo que con todo el respeto se les indica que han mostrado con su egoísmo lucrativo, sus “ausencias” laborales y, sus “marchas” por las calles una falta de sensibilidad social absoluta y total, dada la falta de reparto del bienestar que adolece la sociedad en la que todos vivimos.
Ustedes, como no, respetadísimas señorías, sabían perfectamente que sus reivindicaciones económicas eran imposibles de alcanzar en su totalidad, por lo que significaría en estos momentos la quiebra del Estado de Derecho, pues eran y son total y absolutamente inasumibles.
Y en un futuro la consecución de sus planteamientos económicos significará tener que detraer cantidades importantes en las asignaciones de los ministerios de Educación, Sanidad, Bienestar Social, Agricultura y otros. Y el país, mejor dicho sus hombres, mujeres y niños, no creo se merezcan esas disminuciones presupuestarias, sino más bien al contrario.
Es un auténtico clamor social de desaprobación la actuación de sus señorías cuando su función se ve ralentizada y con grandes lagunas en sus decisiones jurisdiccionales, pues todos deseamos mayor celeridad en los procesos, y castigos ejemplares a quienes se hagan acreedores a ellos.  

Por otra parte, todos conocemos que la Judicatura, como tercer Poder del Estado no contempla entablar contenciosos con los otros poderes y en especial con el Ejecutivo. Sabido es que ese tercer poder nace para “controlar” los desmanes y atropellos que el Ejecutivo  pudiera realizar en sus acciones, cosa que no ha lugar en el caso actual con la Ley Nº 30125 en la que el Ejecutivo trata de asumir en la medida de lo posible las reivindicaciones del Poder Judicial, sin duda ajustadas a la sentencia del Tribunal Constitucional, pero no asumibles en este momento por todo lo anteriormente expuesto. Tras ello  y de fuentes de toda solvencia (La República del 17/12/13)  el actual Presidente del Poder judicial tuvo que conminar por escrito a los titulares de las diversas Cortes del país “a adoptar las medidas necesarias destinadas a evitar cualquier acción que perturbe o impida el normal funcionamiento del servicio”. Escrito más tarde eliminado y trasladado verbalmente en la Sala Plena Ampliada de Lima.  

Sus señorías, con todos los respetos, son unos auténticos privilegiados económicos pues sus honorarios están junto a los de los señores congresistas y altos cargos de la Administración por las nubes, o mejor por la estratosfera, con relación a cualquier otro profesional mortal de este país. Aprovéchenlos y disfrútenlos largamente, pero por favor mejoren en todos los aspectos la administración de la Justicia, que es su trabajo y responsabilidad, en la seguridad que les quedaremos todos muy reconocidos y agradecidos.

Viene Poli y me dice: “Pues el sábado me comentaron en el mercado, que unos setecientos mil (700,000) productores pertenecientes a la Asociación Peruana  de productores de Arroz (APEAR) saldrán a las calles en señal de protesta en caso de que se confirme esa subida, según ellos, “aberrante e inconcebible”, ya que hay otros muchos sectores, entre otros el agrícola con grandes necesidades sin cumplimentar”.
Finalmente le pregunté: “¿Y tú qué opinas Poli?”. Contestó: “Yo soy una arrocera más”.
Moraleja: Antes se decía “ganas más que un Ministro”. Ahora ya no, pues ha cambiado.
Así sea.

EL VIGÍA

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