Son
tantos los despropósitos que acontecen día tras día, que esta semana he
decidido no comentar acerca de ninguno de ellos, rotundamente me niego. Así que
nada de asesinatos, violaciones, asaltos a mano armada, políticos de medio
pelo, corruptelas, agresiones a agentes, estafas a pensionistas, accidentes de
tráfico, etc. etc. ¡Ya está bien! Esta semana mi columna pretende ser mucho más
distendida, más edulcorada y por lo tanto mucho más digerible para el sufrido
lector, aunque me temo no conseguirlo. Y para ello qué mejor que rememorar la
celebración de ayer día 8 como Día Internacional de la Mujer, con la coletilla
de Trabajadora, ya que tanto en casa como fuera de ella lo que hace es eso,
trabajar.
Hemos
de reconocer que estamos rodeados de unos seres bastante más frágiles que
nosotros los hombres, y no me refiero a niños o ancianos, sino a las mujeres, a
las féminas. Y digo que son seres frágiles, que no débiles, pues están
adornadas de otras virtudes cuales son
la energía, el vigor, esfuerzo y capacidad de sufrimiento, entre otras. El
término “sexo débil”, usado para referirse a ellas con reiteración durante
siglos, ya cayó en desuso al entrar en una nueva era, la actual, la del
conocimiento, en la que dan muestras de carecer de esa debilidad tan mencionada
y que sólo se refería a la fuerza física. Fuerza que a lo largo de los siglos
han tenido que sufrir y afrontar con un estoicismo alucinante. Ya en la
antigüedad la historia de la mujer se ha visto sesgada por quienes la contaban:
los hombres. En la antigua Grecia, en el siglo V a.C. en la obra de
Aristófanes, “Lisístrata”, se narra la lucha de esa mujer que realiza una
huelga sexual contra los hombres para que estos acaben con sus guerras. O
también Hipatia de Alejandría , matemática y astrónoma, asesinada brutalmente y
ejemplo de mujer investigadora y libre que representó la libertad de
pensamiento y autonomía de la mujer.
Posteriormente
es durante la Revolución francesa cuando las mujeres parisinas de forma
colectiva toman conciencia de su situación de opresión y así lo muestran
marchando junto a los hombres hacia el palacio de Versalles bajo el lema de
”libertad, igualdad y fraternidad” reclamando por primera vez la igualdad social. “La Declaración de los Derechos
de la Mujer y de la Ciudadanía” de 1791, copiado del texto fundamental de la
Revolución francesa, es uno de los primeros documentos históricos que hacen
referencia a la emancipación femenina con la igualdad de derechos en relación a
los varones, incluido el derecho
femenino al voto.
Será
a finales del siglo XIX cuando los grupos feministas apoyándose en la obra
literaria de Friedrich Engels ”El origen de la familia, la propiedad privada y
el Estado” reivindican la diferencia entre sexualidad y reproducción, la
maternidad libre, la libertad sexual, la planificación familiar, el cuidado de
los niños, el uso de anticonceptivos y en fin la liberación femenina. Es en
1908, cuando unas 15.000 mujeres, trabajadoras del textil, marcharon por la
ciudad de Nueva York solicitando mejores salarios, mejores condiciones
laborales y derecho de voto. Un año más
tarde, también en Nueva York, se inició la “Huelga de las camiseras” también
conocida como el “Levantamiento de las 20,000”que fue apoyada por los principales
sindicatos de Estados Unidos.
Es
en 1910, en la ciudad de Copenhague cuando se volvió a reivindicar el sufragio
universal femenino, tras petición de Clara Zetkin y con la asistencia de más de
100 mujeres de 17 paises se proclamó el 8 de Marzo como el “Día Internacional
de la Mujer Trabajadora”. Fue al año siguiente, 1911, cuando se celebró por
primera vez en países como Alemania , Austria , Suiza y la propia Dinamarca el
acuerdo tomado en Copenhague. Escasos días después, el 25 de Marzo se incendió
la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York en el que 146 trabajadoras , en su
mayoría inmigrantes, murieron y otras 76 sufrieron graves quemaduras. Esto
originó grandes cambios en la legislación laboral americana. Han transcurrido
más de cien años y la lucha por la igualdad continúa.
Hasta
aquí una brevísima referencia histórica de lo que ha sido la reivindicación de
los derechos sociales y laborales de las mujeres hasta nuestros días, pero
¿cuál es la situación de la mujer peruana en la actualidad? pasemos a verlo
según datos del Ministerio de la Mujer, Ministerio Público y Ministerio de
Salud.
De
la población total del Perú , 30,814.175 habitantes la mitad son mujeres. De
ésas, el 53% son amas de casa, el 22% son amas de casa que compatibilizan con
un trabajo permanente, y el resto son amas de casa con trabajos eventuales. Y
dedican 9 horas más que los varones a la semana a sus tareas domésticas no
retribuidas. O sea, la mitad de la población del Perú, que son mujeres,
trabajan más horas que la otra mitad que
son hombres, y los ingresos promedio de la mujer son de 935 Soles y los del
varón 1.342 Soles. El 24% de los hogares peruanos es mono parenteral o sea que
la jefa es una mujer. Finalmente el trabajo doméstico no remunerado representa
el 25% del PBI peruano. Vayan sacando conclusiones. Y su promedio de esperanza
de vida es de 77 años. En el aspecto educativo las cosas pintan de forma
similar. En el área rural un 35%de las mujeres de 15 a 49 años no tienen acceso
o no han completado la educación primaria. Casi un 10% de las mujeres mayores
de 15 años son analfabetas o dicho de otra manera, 8 de cada 10 personas que no
saben leer ni escribir son mujeres. Actualmente 9 de cada 10 niñas acceden a la
Educación Primaria, cifra que baja a 8 en la Secundaria. En lo que se refiere a
la salud reproductiva el panorama es el siguiente: en el 2014 hubo 804 muertes
maternas, y un 14% de adolescentes están embarazadas o son madres. En los
establecimientos de salud se realizan 8 de cada 10 partos y en el área rural el
65% de los nacimientos fueron atendidos por profesionales de la salud. En lo
referente a la violencia sobre la mujer la situación es la siguiente: En los
últimos 6 años se han cometido 772 feminicidios, cometidos un 77% por la pareja
o expareja, un 12% por un familiar y un 6% por un conocido. Se trata de la
segunda tasa más alta de toda América Latina. De las mujeres que han sufrido
violencia un 35% ha sido física, de la cual un 8% ha sido sexual y un 65%
psicológica. Recordemos que en la legislación actual la violencia familiar no
es un delito, es una falta y como tal tienen un trámite civil. Hagan ustedes el
comentario. Como conclusión a todo lo expuesto cabe decir que el camino a
recorrer por la mujer peruana es bastante arduo, si bien el cambio de roles
sociales, entre los que se halla la incorporación de la mujer al mundo laboral,
están sirviendo para mostrar la auténtica y real valía de ellas. Valía y
profesionalidad que no tiene nada que envidiar a la de cualquier colega
masculino. De ahí que sus reivindicaciones laborales y sociales empiecen a ser
oídas y cumplimentadas que ya va siendo hora. ¡ Te deseo lo mejor mujer
trabajadora ¡
Moraleja:”
Sin la mujer la vida es pura prosa. (Rubén Darío)
Así
sea.
EL
VIGÍA
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