Recuerdo
con nostalgia los años de juventud en los que participaba con mis colegas de
correrías, diversiones y juegos. Uno de estas diversiones y pasatiempo era
acudir a los bailes festivos de los pueblitos colindantes con la ciudad y en
los que pasábamos, dependiendo de cómo se daba, sábados e incluso domingos. Y
otro de los juegos era el de “tocar la China”. Les cuento.
En
los frecuentes bailes a los que asistíamos, tras la agotadora semana se trabajo
estudiantil (es un decir), las muchachas allí presentes en su mayoría hermosas,
resultaban solicitadísimas y, o te andabas presto y listo para emparejarte con
tu preferida o sencillamente te tocaba bailar con la más fea. Y tengo que
reconocer que en más de una ocasión me tocó bailar con ella. Aunque la verdad
es que quizá no era la más fea del lugar sino que al no ser mi preferida me
parecía la más fea. Esa expresión muy extendida actualmente hace
referencia a la desgracia de tener que
soportar lo más desagradable de una situación, tal y como ocurría en los bailes
a los que he hecho referencia anteriormente en los que las muchachas más lindas
habían sido sacadas a bailar e iban quedando las menos agraciadas. Así pues
cuando nos encontramos en situaciones que no son de nuestro agrado pero que
tenemos que admitirlas o mejor dicho soportarlas, unas veces por
convencionalismos sociales y otras, por imperativo de la Ley, decimos que nos ha tocado “bailar con la más
fea”. Un ejemplo inocuo: En el sorteo del campeonato de copa, a nuestro modesto
equipo local le ha tocado en suerte (mala), enfrentarse al todo poderoso
vigente campeón. Entonces decimos que a nuestro equipo le ha tocado “bailar con
la más fea”. Más tarde pondré otros ejemplos reales de la vida actual.
Otro
de los juegos a los que hacía referencia anteriormente y que servía de
introducción para iniciar otros, era el denominado “tocar la china” precursor
del posterior “juego de los chinos”. Veámoslos.
La
“china” es una piedra pequeñita que los muchachos utilizábamos para buscar la
suerte. Consistía en meter en un puño una piedrita (china), para posteriormente
mostrar las dos manos cerradas para que el compañero acierte donde no está la
china. Al tiempo que se canta: “China, china, Capuchina, en esta mano, está la
china”. Pierde el que señala la mano en la que está la china. Entonces se dice
que le “tocó la china”. O sea, perdió. De ahí viene la frase “tocarle la china”
,que equivale a corresponderle a alguien por suerte (mala) algo desafortunado.
Por ejemplo sufrir una seria enfermedad.
El
“juego de los chinos” consistía en que dos o más jugadores con un máximo de
tres chinas (o monedas) en el puño de cada uno de ellos, los mostraban cerrados
a la vez que se cantaba el total de unidades ocultas. Ganaba el que adivinaba
el montante total de chinas. El juego, al parecer es de origen español, datando
del siglo XVIII y promovido por un pastor de la provincia de León, siendo claro
que los chinos no tuvieron nada que ver en su creación. La extrema sencillez
del juego, pues sólo hacen falta tres piedritas, monedas o palitos, hacen que
se pueda extender con gran facilidad. La astucia de los contendientes es el
determinante que servirá para la victoria final. Ha habido y al parecer
continúa habiendo en Ancash grandes jugadores, alguno de ellos auténticos
tahúres.
Pues
bien, han pasado los años y aquellos dichos de “Bailar con la más fea” o el de
“tocar la china” o el mismísimo juego de “los chinos” continúan en plena
vigencia. Diariamente y desde hace ya tiempo venimos siendo sufridos y
pacientes testigos de situaciones que acontecen a nuestro alrededor que dañan
nuestra sensibilidad ciudadana y que nos conducen a tener que estar
continuamente “bailando con la más fea” o “tocándonos la china”, e incluso conviviendo
con tahúres del juego de “los chinos”. No me digan ustedes que no tenemos mala
suerte, lo nuestro es de una gravedad supina. ¿O acaso no lo es haber tenido un
Presidente Regional como el anterior que está dónde está gracias a sus muchas
“obras”y “diezmos”? ¿Y del actual, qué podemos decir de sus antecedentes y sus
promesas, incluida la de los 500 soles y la posterior colecta para su remisión
judicial?¿y del anterior Decano de la Fiscalía del Santa, actualmente en
prisión preventiva y con pie y medio fuera de la Fiscalía?¿y de su jefe el ex Fiscal
de la Nación expectorado de su cargo por la “bondad” de su actuación entre
otras, con nuestra región? ¿y de la proyección mediática desastrosa del
anterior Presidente de la Corte del Santa, contestado reiteradamente por la
sociedad civil ante sus al menos dudosas actuaciones cuando hacía gala de su “discrecionalidad”
según decía, trayendo y quitando jueces en casos emblemáticos y actualmente
investigado por la Ocma? ¿Y qué decir sobre la actuación de nuestra alcaldesa
que va de juicio en juicio, y van cuatro, a cual de mayor gravedad, con visos
de cárcel cierta y a punto de caer el quinto, que juzga como aberrantes las
sentencias recibidas y presentándose a las pasadas elecciones sabiendo lo que
se le venía encima?
Creo que podemos afirmar, pues elementos de
juicio así lo confirman, que estamos “bailando con la más fea” y no me refiero
a Dña Vicky que continúa como siempre poderosa y de buen ver, sino al contenido
amplio de la frase, así como también que “nos ha tocado la china”. Mala suerte
la nuestra.
Aunque
a decir verdad, alguna responsabilidad tenemos. Bueno, más que alguna es
bastante. Nosotros somos bastante responsables de haber elegido mal, de que
nuestro voto haya resultado fallido pues ha sido errado. Y es que aquí ha
habido demasiado tahúr, demasiado ventajista de los “chinos”, demasiados lobos
feroces disfrazados de tiernos corderitos, dispuestos a dar dentelladas, como
así lo han hecho con el rebaño. En fin, todo hay que decirlo, también demasiados
incautos e infelices ciudadanos manoseados, manipulados y maltratados en su
inocencia por una cuadrilla de desaprensivos, avezados oportunistas, golfos
sinvergüenzas que han considerado el medrar a costa de los demás como forma de
vida. O sea, delincuentes. Así que sigamos destapando ese tupido manto de
corrupción que todavía permanece bastante intacto en nuestra Región, para lo
que la sociedad civil debe cohesionarse al máximo y los medios de comunicación
al unísono con aquella, denunciar tal y como venimos haciendo los presuntos
casos que vayan apareciendo. ¡Estamos cansados de seguir bailando con la más
fea! ¡Es hora de que empecemos a bailar con la más guapa!
Moraleja
: “Bien gobernar y no mucho bailar” (anónimo)
Así
sea
EL
VIGÍA.
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