lunes, 31 de agosto de 2015

ARTÍCULO: BAILAR CON LA MÁS FEA.


Recuerdo con nostalgia los años de juventud en los que participaba con mis colegas de correrías, diversiones y juegos. Uno de estas diversiones y pasatiempo era acudir a los bailes festivos de los pueblitos colindantes con la ciudad y en los que pasábamos, dependiendo de cómo se daba, sábados e incluso domingos. Y otro de los juegos era el de “tocar la China”. Les cuento.
En los frecuentes bailes a los que asistíamos, tras la agotadora semana se trabajo estudiantil (es un decir), las muchachas allí presentes en su mayoría hermosas, resultaban solicitadísimas y, o te andabas presto y listo para emparejarte con tu preferida o sencillamente te tocaba bailar con la más fea. Y tengo que reconocer que en más de una ocasión me tocó bailar con ella. Aunque la verdad es que quizá no era la más fea del lugar sino que al no ser mi preferida me parecía la más fea. Esa expresión muy extendida actualmente hace referencia  a la desgracia de tener que soportar lo más desagradable de una situación, tal y como ocurría en los bailes a los que he hecho referencia anteriormente en los que las muchachas más lindas habían sido sacadas a bailar e iban quedando las menos agraciadas. Así pues cuando nos encontramos en situaciones que no son de nuestro agrado pero que tenemos que admitirlas o mejor dicho soportarlas, unas veces por convencionalismos sociales y otras, por imperativo de la Ley,  decimos que nos ha tocado “bailar con la más fea”. Un ejemplo inocuo: En el sorteo del campeonato de copa, a nuestro modesto equipo local le ha tocado en suerte (mala), enfrentarse al todo poderoso vigente campeón. Entonces decimos que a nuestro equipo le ha tocado “bailar con la más fea”. Más tarde pondré otros ejemplos reales de la vida actual.
Otro de los juegos a los que hacía referencia anteriormente y que servía de introducción para iniciar otros, era el denominado “tocar la china” precursor del posterior “juego de los chinos”. Veámoslos.
La “china” es una piedra pequeñita que los muchachos utilizábamos para buscar la suerte. Consistía en meter en un puño una piedrita (china), para posteriormente mostrar las dos manos cerradas para que el compañero acierte donde no está la china. Al tiempo que se canta: “China, china, Capuchina, en esta mano, está la china”. Pierde el que señala la mano en la que está la china. Entonces se dice que le “tocó la china”. O sea, perdió. De ahí viene la frase “tocarle la china” ,que equivale a corresponderle a alguien por suerte (mala) algo desafortunado. Por ejemplo sufrir una seria enfermedad.
El “juego de los chinos” consistía en que dos o más jugadores con un máximo de tres chinas (o monedas) en el puño de cada uno de ellos, los mostraban cerrados a la vez que se cantaba el total de unidades ocultas. Ganaba el que adivinaba el montante total de chinas. El juego, al parecer es de origen español, datando del siglo XVIII y promovido por un pastor de la provincia de León, siendo claro que los chinos no tuvieron nada que ver en su creación. La extrema sencillez del juego, pues sólo hacen falta tres piedritas, monedas o palitos, hacen que se pueda extender con gran facilidad. La astucia de los contendientes es el determinante que servirá para la victoria final. Ha habido y al parecer continúa habiendo en Ancash grandes jugadores, alguno de ellos auténticos tahúres.
Pues bien, han pasado los años y aquellos dichos de “Bailar con la más fea” o el de “tocar la china” o el mismísimo juego de “los chinos” continúan en plena vigencia. Diariamente y desde hace ya tiempo venimos siendo sufridos y pacientes testigos de situaciones que acontecen a nuestro alrededor que dañan nuestra sensibilidad ciudadana y que nos conducen a tener que estar continuamente “bailando con la más fea” o “tocándonos la china”, e incluso conviviendo con tahúres del juego de “los chinos”. No me digan ustedes que no tenemos mala suerte, lo nuestro es de una gravedad supina. ¿O acaso no lo es haber tenido un Presidente Regional como el anterior que está dónde está gracias a sus muchas “obras”y “diezmos”? ¿Y del actual, qué podemos decir de sus antecedentes y sus promesas, incluida la de los 500 soles y la posterior colecta para su remisión judicial?¿y del anterior Decano de la Fiscalía del Santa, actualmente en prisión preventiva y con pie y medio fuera de la Fiscalía?¿y de su jefe el ex Fiscal de la Nación expectorado de su cargo por la “bondad” de su actuación entre otras, con nuestra región? ¿y de la proyección mediática desastrosa del anterior Presidente de la Corte del Santa, contestado reiteradamente por la sociedad civil ante sus al menos dudosas actuaciones cuando hacía gala de su “discrecionalidad” según decía, trayendo y quitando jueces en casos emblemáticos y actualmente investigado por la Ocma? ¿Y qué decir sobre la actuación de nuestra alcaldesa que va de juicio en juicio, y van cuatro, a cual de mayor gravedad, con visos de cárcel cierta y a punto de caer el quinto, que juzga como aberrantes las sentencias recibidas y presentándose a las pasadas elecciones sabiendo lo que se le venía encima?
 Creo que podemos afirmar, pues elementos de juicio así lo confirman, que estamos “bailando con la más fea” y no me refiero a Dña Vicky que continúa como siempre poderosa y de buen ver, sino al contenido amplio de la frase, así como también que “nos ha tocado la china”. Mala suerte la nuestra.
Aunque a decir verdad, alguna responsabilidad tenemos. Bueno, más que alguna es bastante. Nosotros somos bastante responsables de haber elegido mal, de que nuestro voto haya resultado fallido pues ha sido errado. Y es que aquí ha habido demasiado tahúr, demasiado ventajista de los “chinos”, demasiados lobos feroces disfrazados de tiernos corderitos, dispuestos a dar dentelladas, como así lo han hecho con el rebaño. En fin, todo hay que decirlo, también demasiados incautos e infelices ciudadanos manoseados, manipulados y maltratados en su inocencia por una cuadrilla de desaprensivos, avezados oportunistas, golfos sinvergüenzas que han considerado el medrar a costa de los demás como forma de vida. O sea, delincuentes. Así que sigamos destapando ese tupido manto de corrupción que todavía permanece bastante intacto en nuestra Región, para lo que la sociedad civil debe cohesionarse al máximo y los medios de comunicación al unísono con aquella, denunciar tal y como venimos haciendo los presuntos casos que vayan apareciendo. ¡Estamos cansados de seguir bailando con la más fea! ¡Es hora de que empecemos a bailar con la más guapa!
Moraleja : “Bien gobernar y no mucho bailar” (anónimo)
Así sea

EL VIGÍA.

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