Hace
unos días, el pequeño de mis hijos, Pedro, de seis años de edad, vino corriendo
con un periódico en las manos y gritando: “¡Mira papá,mira, este señor es
igualito que Don Quijote de la Mancha! ”. Miré la fotografía del periódico y
era la del actual Gobernador de la Región Ancash. “Hijito: ¿de donde sacas tú
que es igualito a Don Quijote?”. Salió corriendo para dirigirse a su habitación
y volver con un libro en sus manos: la novela “Don Quijote de la Mancha”.
“¡Mira, mira papá, lo ves cómo es igualito!”. Miré detenidamente las imágenes
del libro representativas de Don Quijote y en verdad que había un gran
semejanza. Le aclaré al niño que sí, que había un gran parecido pero que aquel
personaje del libro era de ficción, inventado, pues se trataba de una novela
escrita hace muchos años y en cambio el Gobernador Don Waldo Ríos estaba en
carne (poca) y huesos, vivo y entre nosotros. El pequeño se quedó dubitativo al
tiempo que me preguntaba: ”¿Entonces papá no tiene caballo, ni armadura, ni
lanza, ni siquiera escudo y espada?. Tengo que confesarles que estallé en
risas, mientras el pequeño me miraba desorientado. ”No hijo, no tiene nada de
eso, pues no lo necesita”.
Muchas
veces las conversaciones con nuestros hijos son de una riqueza y belleza
extraordinaria pues nos sirven para recapacitar y profundizar en bastantes de
las cosas y acontecimientos de nuestra vida diaria. La breve conversación
mantenida con Pedro me dejó pensativo y me hizo reflexionar sobre su afirmación
acerca del parecido de los dos personajes. Resulta que mi hijo llevaba mucha
razón pues los dos son de una semejanza sin par. Veámoslo.
Así,
en el capítulo I de la primera parte de la novela “Don Quijote de la Mancha” se
dice acerca de él: “Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los 50 años. Era de
complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro” para en el capítulo XV de
la segunda parte, el Bachiller Sansón Carrasco lo describe como “ Hombre alto
de cuerpo, seco de rostro, estirado y avellanado de miembros, entrecano (aunque
sin coleta), la nariz aguileña y algo corva, de bigotes grandes, negros y
caídos. Campea bajo el nombre de “Caballero de la Triste Figura” y lleva por
escudero a un labrador llamado Sancho Panza. Va a lomos de un famoso caballo
llamado Rocinante, ……” . El apodo de “Caballero de la Triste Figura” se lo
proporcionó Sancho en el capítulo XIX de
la primera parte de la novela después de mirarlo en la semioscuridad y decirle:
“ Verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que
jamás he visto, y debe haberlo causado, o ya el cansancio de este combate o ya
la falta de muelas y dientes”. Más tarde en el capítulo XVII de la Segunda
parte, el mismo Don Quijote se hará llamar “El Caballero de los Leones” tras su
valerosa actuación en la hazaña con los leones. Esto en cuanto a su descripción
física, que resulta bastante coincidente con la que puede hacerse de nuestro
actual Gobernador. Así vemos que se trata de alguien que ya está en la madurez(
me refiero a la edad), pues el próximo 27 de Septbre cumple 60 años, estirado de cuerpo, de pocas carnes, de largos
miembros, de nariz aguileña, y cara huesuda con bigote y barba rala, para
finalmente dar el aspecto confirmado de delicado y frágil. Realidad esta que le hace muy parecido a la
figura de aquel Don Quijote, visionado en el libro de mi hijo.
En
el aspecto Psicológico, que como es lógico y debido a su edad todavía no he
podido compartir con Pedro, los perfiles de ambos a mi parecer se distancian
bastante. El perfil Psicológico de Don
Quijote está mucho más cerca de un visionario que de un loco, pues aunque sufre
de alucinaciones con frecuencia tiene otros momentos de lucidez en los que nos
habla de cosas muy sensatas. Se puede afirmar que su aparente locura no es más
grande que las de otros personajes que pasan por calificarse de normales. Lo
más importante es que está dotado de una grandísima imaginación que utiliza
para cambiar la realidad a su libre albedrío y así poder hacer realidad su sueño
de ser un gran caballero andante, pues éste es su auténtico y verdadero deseo.
Él quiere ser el desfacedor de entuertos, confunde prostitutas con doncellas,
molinos de viento con gigantes, rebaños de ovejas con ejércitos, botos de vino
con ladrones, y así sucesivamente. Aquí el héroe, Don Quijote, se convierte en
antihéroe, personaje de ficción, que en su aparente locura se transforma en un
gran idealista, que por una parte es necio y por otra sabio. Digo que es
antihéroe pues él vive guiándose por su propia moralidad, desarrollando sus
propios valores a veces opuestos a los de la sociedad en la que vive. En
aquella sociedad repleta de injusticias e hipocresía aparece la figura de un
Don Quijote repleto de sus propias virtudes morales que provocan la risa de los
lectores. En la ficción actual el antihéroe protagoniza actos que se considera
han sido realizados por un héroe pero
que sus formas y sus intenciones no son tales, sino todo lo contrario.
En
el caso de nuestro actual Gobernador, ahora ya no personaje de ficción sino
real, es por su acciones de antihéroe no como persona sino como autoridad, lo
que me permite realizar este juicio crítico con el mejor ánimo constructivo. Él
también muestra su alto idealismo-oportunismo demagógico, cuando indica a principios
de campaña que va a regalar 500 soles por familia ancashina, más tarde negado y
matizado. De imaginación cuando habla también en campaña de la creación de
grifos que más tarde se hacen humo. Del nombramiento de un vicepresidente, a
modo de Sancho que posteriormente le da la espalda. De la creación de unos
Bingos que más tarde, fallidamente por la acción de la Justicia, pretendía
convertirlos en fuente de financiación para su rehabilitación. Del pago de su
fianza judicial por unos empresarios, que todavía no sabemos con exactitud cuántos
y quiénes son. De unas acciones orquestadas con el objeto de denigrar y atacar
a periodistas, y en fin y aunque se niegue, de soliviantar y encrespar, según
testigos presenciales, a una portátil indeseada que llegó a intentar agredir
nada menos que al Jefe del Estado. No resulta aceptable confundir una agresiva
“portátil” con todo un pacífico pueblo. Ante todos estos desvaríos, caprichosos
nombramiento y ceses de altos cargos en momentos críticos de la Región, el Consejo
Regional está demandando y ahora va en serio un plan real de Gobierno. Al igual
que el Frente de Organizaciones Agrarias
de la Provincia del Santa (FOAPS) que va más allá y cabe la posibilidad
que llegue a solicitar el cese por incapacidad. Después de todo lo dicho no me
queda sino confirmar lo que afirmaba mi pequeño: el gran parecido físico de ambos
“Caballeros de la Triste Figura” y en un futuro “Caballeros de los Leones”.
Moraleja:
“Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro”.(Don
Quijote de la Mancha)
Así
sea
EL
VIGÍA.
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