sábado, 26 de marzo de 2016

ARTÍCULO: SIN VIOLENCIA

SIN VIOLENCIA
Siempre ha sido deseable que cualquier proceso ciudadano se desarrolle por los márgenes de la sana convivencia y se margine todo atisbo de violencia. Sobre todo en las sociedades desarrolladas y civilizadas se  ha hecho causa común en que esa violencia esté ausente en todo acto ciudadano. Y esa no violencia hace referencia no solo  a las formas del desarrollo del proceso sino también  al fondo del mismo. Sin embargo estamos siendo testigos que no es de esa forma como se están realizando los procesos sociales que por su importancia y relevancia así deberían desarrollarse.  Vemos como en la campaña electoral actual, están proliferando los enfrentamientos físicos, entre los seguidores de los contendientes, a base de empujones, golpes y adjetivos hirientes, que no solo deslucen la contienda sino que la ensombrecen y la desvirtúan. El pasado miércoles en Tacna, cuando la candidata de Fuerza Popular, por la noche, salía del hotel, fue abordada por un grupo de manifestantes que lanzaron palos y botellas al vehículo en que ella viajaba, originándose un enfrentamiento entre fujimoristas y anti fujimoristas que acabó con los consiguientes heridos. Otros incidentes similares se produjeron  la semana anterior en Cuzco, y la anterior en Arequipa en sendos mítines del fujimorismo. El desarrollo de esa violencia parece ir creciendo: Ataques a huevazos, primero a César Acuña y posteriormente a Alán García, ataques a locales del Apra y el Frente Amplio, una amenaza de muerte al Presidente del Tribunal Nacional de Elecciones (TNE), una persona asesinada cuando participaba en una pintada en el Callao, y en fin, una serie de groserías verbales vertidas sin miramiento alguno al contrincante. Son los propios partidos políticos los que no solo deben lamentarse, sino que es su obligación prioritaria cortar de raíz esas expresiones violentas para evitar el riesgo creciente de un mayor derramamiento de sangre. Tienen que explicar a sus bases que los actos violentos, no solo desvirtúan la campaña sino que en política  sale peor parado el que practica la violencia que quien la sufre. Las manifestaciones, cuanto más pacíficas, mejores resultados obtienen. Por ejemplo las de la Plaza San Martín de Lima del pasado viernes y lunes contra Fuerza Popular, a diferencia de las de Tacna y Arequipa que se desarrollaron como ya queda dicho, con palos y golpes. Y esas agresiones verbales, violentas, pueden llegar a tener un efecto negativo muchísimo mayor como puede ser el caso recientemente acontecido de acusar de terroristas, sin pruebas, a personas que nunca lo fueron, y que su único pecado fue disentir de una esterilización no consentida o un genocidio planificado. Así de simple. Por lo tanto hay que mesurar actuaciones, para no hacerse uno mismo un “flaco favor”. Como también deben mesurar las fuerzas del orden, su actuación ante manifestaciones de ciudadanos que pretenden mostrar pacíficamente su disconformidad con tal o cual ideología partidaria. Hacer uso de la “fuerza preventiva” y ya no digamos de los gases lacrimógenos, ante pacíficos manifestantes dice muy poco en favor de esos efectivos y sobre todo de sus mandos. Mandos que no pueden ampararse en el estado de excepción vigente en Ancash para dar rienda suelta a su afán de orden y mando.
La actuación del JNE expulsando a Guzmán y a Acuña ha servido para que los movimientos sociales, hasta ahora a la expectativa y aparentemente ausentes hayan entrado en escena. En pocos días los anti socialistas y los anti conservadores han aparecido, avivando los enfrentamientos, hasta ahora únicamente mediáticos. El crecimiento en la intención de voto que se produce tras la salida de los candidatos expulsados, se acentúa en los casos de Alfredo Barnechea y Verónica Mendoza, coincidiendo con sus visitas al Cuzco y la Amazonía donde muestran respectivamente sus propuestas  de renegociación del gas el primero y Verónica  la anticontaminación ante el derrame petrolero. En el caso del fujimorismo parece radicalizar su discurso, volviendo al pasado, y alejándose de aquel elaborado discurso de Harvard en el que primaba la reconciliación, el reconocimiento de errores y el distanciamiento con las formas de Fujimori padre.
Por otra parte las misiones extranjeras destacadas en el país, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE), integradas por observadores neutrales, ya han mostrado su extrañeza ante la posibilidad de realizar tachas de candidatos a estas alturas en tan adelantado proceso, trasladando inseguridad a los votantes. Estos hechos, como es el caso de Guzmán y Acuña producen la sensación en los ciudadanos que el resultado final de las elecciones no es el que debió ser tras la eliminación de contendientes de envergadura. Sin duda que la decisión del JNE se atuvo estrictamente a aquello tan trasnochado de que “la Ley es la ley”, y que no queda otra alternativa de acatar el mandato. Como ocurre ahora, al no retirar a Fujimori de la contienda por repartir su partido dádivas públicamente en su presencia o el apartar parcialmente a su vicepresidente Bladimiro Huaroc, o vayan ustedes a saber cómo queda Kenji Fujimori. Claro que este Jurado quedará por siempre como sospechoso de inclinar la balanza en una sola dirección, la que protege y alienta a los partidos políticos que practican el neoliberalismo salvaje.
Estas y otras actuaciones que han enturbiado el proceso electoral han servido para movilizar a miles de jóvenes y exigir la igualdad de trato. La protesta se dirige principalmente hacia quien está siendo beneficiada descaradamente, Fujimori, con una serie de medidas de favor. Protesta  no solo por este hecho sino como precaución ante la posible restauración de un régimen dictatorial impregnado de nostalgia y pasado reciente delictivo.     
La violencia de todo tipo, tenga su origen donde lo tenga, sea de quien sea y aparezca donde aparezca debe ser detenida y erradicada a la mayor brevedad si no queremos ser testigos de una campaña electoral ensangrentada. Y eso es privativo de todos los partidos políticos, así como de las fuerzas del orden, que deben actuar siempre dentro del ordenamiento y mandato constitucional.
Moraleja: ”La alternativa a la violencia es el diálogo”( McLuhan)l
Así sea

EL VIGÍA    

No hay comentarios:

Publicar un comentario