Eran
las cuatro de la tarde del pasado jueves día nueve de Junio cuando el jefe de la
Oficina Nacional de Procesos Electorales, (ONPE), Mariano Cucho, dio a conocer
el resultado de la votación al 100% de las actas procesadas, que confirmó al
candidato Pedro Pablo Kuczynski (PPK) como ganador de las elecciones, aunque no
como nuevo Presidente de la República, según posterior y reiterada declaración
de toda la cúpula dirigente de Fuerza Popular. Después les explicaré más
ampliamente. Según los datos aportados Pedro Pablo obtuvo el 50,12% de los
votos, mientras Keiko el 49,88%. A favor de PPK votaron 8.580.474 personas
mientras a favor de la candidata de Fuerza Popular (FP) lo hicieron 8.539.036
personas, lo que dio lugar a una diferencia muy apretada de solo 41.438 votos
entre ambos contendientes, suficientes para superar en un 0,12% la barrera del
50%, o lo que es lo mismo, sobrarle a Kuczyinski unos 20.000 votos para
proclamarse vencedor y por lo tanto ser considerado a todos los efectos como ganador
de los comicios y a su vez virtual Presidente de la República.
Independientemente de esto, y a la espera quedaron, según el propio Cucho, 173
actas para ser observadas por anomalías. Este número de actas resultarían
intrascendentes en el cómputo final que no influiría para nada en el resultado
que adjudicaba la victoria a Kuczynski. De ahí que no se entendió las
reticencias e indefiniciones expresadas por dirigentes de FP inmediatamente
después de hechos públicos los resultados, cuando muy serios ellos, los ignoraron,
primero Spadaro: “Nadie debe cantar vitoria pues todavía no se conocen todas
las cifras”, y más tarde Chacón,
diciendo que, “Nadie sabe quién es el nuevo Presidente. No lo sabe Kuczynski
ni lo sabemos nosotros” a la espera del
pronunciamiento del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), ente oficial encargado
de la proclamación de resultados. Y lo decían cuando sabían que eso
previsiblemente tardaría varios días. Atención: Estas formas hacen recordar a
tiempos pasados y no precisamente muy gratos. Que tras una primera vuelta con
resultados arrolladores y una segunda, con previsiones a una semana del final
en la misma dirección, y el resultado final sea un fiasco, es costosamente digerible
para cualquiera, pero no es obstáculo para que a pesar de todo ello se respeten
las formas y fondo del resultado, pues en democracia se actúa así. Lo otro no
es más propio de quien se creía vencedor y superior por su trayectoria, sino
del mal perdedor egoísta, insolidario, maleducado y totalitario. Ya, el día
anterior miércoles, en la elección del nuevo Contralor de la Nación que por
cierto recayó en Edgar Alarcón, los representantes fujimoristas disconformes
con ese nombramiento, anunciaron la presentación de una denuncia constitucional
contra él. A continuación y en ese mismo hemiciclo Pedro Spadaro, vocero de
Keiko, dijo textualmente: “No tenemos Presidente, pero el Congreso ya sabemos
de quien es”, haciendo alusión a sus 73 diputados. Este gran disparate transparentó
una vez más el subconsciente de quien con sus palabras evidenció su pensamiento
totalitario. Esta formas resultan cuando menos impresentables en un demócrata,
pues si bien su bancada puede tener mayoría absoluta en el Congreso, no
justifican sus intolerantes palabras y dio
pie a que le recordaran que éste, el Congreso, es del pueblo peruano al que él
se debe y representa. Y mientras unos, los perdedores eran incapaces, como
digo, de asimilar democráticamente los resultados limpiamente obtenidos, con
una lideresa desaparecida, otros, como por ejemplo los Jefes de Estado de
numerosos países, en contraste, hacían llegar sus felicitaciones, como debe
ser, al nuevo y virtual mandatario. Mientras tanto, el vencedor, radiante y
acompañado de su esposa Doña Nancy Lange y vicepresidentes Vizcarra y Aráoz era
aclamado y vitoreado por sus fieles seguidores al trasladarse de su domicilio a
la próxima sede partidaria, donde pronunció sus primeras y prudentes palabras:
“Gracias Perú, es el momento de trabajar por el bien del país” para
seguidamente hacer un guiño a todas las fuerzas políticas: “Ofrezco mi mejor
voluntad para dialogar”. En su primera y breve alocución Pedro Pablo, sin duda informado de las
reticencias y ambigüedades de la cúpula dirigente del FP, utilizó la máxima
prudencia y concisión en el contenido de su discurso. Hasta aquí el desarrollo
de unos momentos inolvidables en la historia contemporánea de esta Nación.
Los
resultados finales inesperados, se fraguaron en la última semana, tras el
debate del pasado día 29 de mayo, en el que el hasta entonces pasivo e
indiferente Kuczynski renace tras aquel anterior y perdido debate, y propina
una alta dosis de su propia medicina a una Keiko que se ve desarbolada con
aquello de: “La que no has cambiado nada eres tú, pelona” en su hasta entonces bien
estudiada y elaborada imagen. Esto unido a la investigación de la DEA americana
por presunto lavado de activos del secretario general de Fuerza Popular, Sr.
Ramírez y personas de su entorno familiar, que le obligan a tener que apartarse
del partido, más el descomunal patinazo del vicepresidente Chlimper entregando
sendos usb presuntamente editados a un medio de comunicación para exonerar de
responsabilidad a Ramírez, hacen que el barco empiece a hacer aguas. Si a esto
se suma la marcha multitudinaria del NO a Keiko, y quizá en menor medida la definitiva inclinación por el No de
Verónica Mendoza, hacen que el resultado de las votaciones que ese día 29 tenían
una proyección de 4 a 5 puntos favorable a Keiko se conviertan una semana
después en un empate técnico. Empate que las encuestas sobre todo las de Ipsos acertaron
plenamente los días u horas previos a la votación y puestos previsiblemente en conocimiento
de ambos líderes cuando acudieron a las urnas. Acierto pleno que hay que
extender a los resultados de boca de urna.
No va a ser fácil para él gobernar con una
mayoría congresal como la de FP, a la que le queda la tarea de asimilar en este
mes y medio que falta para la investidura los resultados de estas elecciones.
Asimilación difícil y costosa para Keiko por el gran desgaste sufrido con tanto
trabajo y esfuerzo personal durante diez años para finalmente quedar a las
puertas por segunda vez del éxito. Aunque deberá reconfortarle el buen resultado
de la primera vuelta con su mayoría absoluta en el Congreso. Por otra parte en
futuras etapas electorales, si continúa, quizá deba cuidar algo más sus dispendios
económicos fácilmente confundibles con la captación de adeptos (dádivas) y por
lo que fue apeado su vicepresidente Huaroc, evitar líderes investigados por la
DEA o la fiscalía nacional y finalmente desterrar los “pardillos” que utilizan
usb trucados. Pero sobretodo insuflar de nuevos aires democráticos y
participativos a sus líderes, cosa aparentemente pretendida en su declaración
de Harvard, pero al parecer según los resultados obtenidos, insuficientes por
el momento. En la nueva legislatura que se avecina Fuerza Popular tiene a su
disposición una excelente oportunidad para confirmar a todo el país que esas
actitudes de compromiso democrático las conoce y practica, y no es el rodillo
arrollador, propietario exclusivo de la verdad absoluta, como ha delatado el
subconsciente de alguno de sus parlamentarios.
Como
digo PPK no va a tener nada fácil gobernar con lo que tiene enfrente, pero al
igual que aquellos, tiene también su gran oportunidad, basada en su capacidad de
diálogo, formación académica y larga experiencia para el acercamiento al resto
de bancadas y apoyarse en quienes le han dado el poder: la pluralidad
democrática. En síntesis, su gran oportunidad consiste en demostrar que
aparentando ser un político débil, es en realidad un gran estadista y para ello
le sobran cualidades. Su política no podrá basarse únicamente en hechos
economicistas sino en aspectos sociales, tales como seguridad, educación y
creación de puestos de trabajo. Es hora de abordar políticas en las que
destaquen las cifras microeconómicas sobre las macro, lo que será señal de que
la acción del gobierno está llegando a las bases de la sociedad, las familias.
Numerosas familias peruanas necesitan agua corriente, desagües, trabajo formal,
colegios y maestros formados, hospitales bien dotados, y por supuesto seguridad
en sus vidas y enseres. Tarea larga sin duda, pero que hay que iniciar a la
mayor brevedad y con la energía suficiente para que perdure en el tiempo y
encuentre la continuidad deseada en futuras legislaturas. Me da el pálpito de
que a pesar de las dificultades Don
Pedro Pablo Kuczynski Godard iniciará y potenciará el encargo recibido, según
él, el último de sus trabajos.
Moraleja:”
El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado o estalla”(E.Tierno
Galvan)
Así
sea
EL
VIGÍA
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