viernes, 23 de septiembre de 2016

ARTÍCULO: EDUCACIÓN, INSTRUCCIÓN, ALIMENTACIÓN Y OTRAS COSAS (II)


En el artículo anterior, del pasado día 12 con este mismo título, y ahora a modo de recordatorio, comentaba las diferencias existentes entre Educación e Instrucción, entendiendo por la primera, desarrollar de forma exitosa los sentimientos, convicciones, voluntad y carácter del alumno, siempre respetando su individualidad y libertad como persona, y por la segunda la adecuada transmisión de conocimientos del profesor y la adquisición de esos conocimientos por el alumno. En síntesis, recordemos, educar consiste en formar personas para la vida en sociedad, e instruir, en adquirir habilidades para una posterior vida profesional. Así pues podemos tener personas muy instruidas pero poco educadas. Una persona puede ser, como hay bastantes casos, un reconocido profesional muy instruido pero al mismo tiempo muy “rata” por  su falta de respeto a los horarios y por lo tanto a sus congéneres que le convierte en un maleducado. O el funcionario que ordena grandes obras pero a su vez se aprovecha de su privilegiado puesto para cobrar diezmos a los empresarios, es un corrupto que carece de escrúpulos y por lo tanto de educación. O el mismo empresario anterior que resulta estar tan instruido en lo de la coima  que carece de moralidad, léase educación, para rechazar y denunciar el intento de soborno.
Pues bien, nuestros hijos van al cole, además de para ser instruidos en las diferentes disciplinas académicas, para que sus profesores colaboren, como ellos saben, en su educación con el modelaje de los sentimientos, convicciones, voluntad y carácter de los alumnos, contando con el origen de la familia, que en muchos, demasiados casos, carecen de los conocimientos mínimos a transmitir a la prole, cuando no su mal ejemplo a imitar. Así pues, el rol de la escuela, insisto, no solo es sacar gente bien instruida sino también que sea educada en valores para convivir en sociedad.
Llegados aquí debemos plantearnos como invierten el tiempo nuestros hijos, cuál es su jornada lectiva. Veámoslo.
Los alumnos de primaria, a partir de los seis años, inician su jornada muy de mañana, tan de mañana que hasta muchas de las calles están sin regar, cosa que, aunque parezca una tontería no lo es, pues debe hacerse por razones obvias, contaminación, antes de la aparición de los pequeños. Empiezan antes de las 7,30h am y terminan sobre las 15h pm. O sea, cosa bárbara, están siete horas más media de recreo en su actividad, prácticamente lo mismo que la jornada laboral de un adulto, cuando con cinco tendrían suficiente. Con la diferencia a favor del adulto de que cuando vuelve a su casa tras su jornada de trabajo no lleva bajo el brazo las múltiples tareas que llevan sus hijos con la excusa de que son para reforzar. ¿Y qué van a reforzar? Simplemente lo que deben aprender en el cole ¿Y quién va a reforzarles?, Sus papás, cuando el que debe hacerlo es el profesional preparado con sus técnicas pedagógicas y no los papás que no están preparados para transmitir conocimientos. Lo que si se conseguirá es que los mayores pierdan la paciencia y el niño pague los platos rotos y termine harto. Además el estrés acumulado o transmitido a un pequeño puede conducirle al agotamiento temprano. Por estas razones las tareas domiciliarias escolares en Inicial y Primaria no están recomendadas y además prohibidas por Ley. Otra cosa son los intereses del colegio, en el que suele primar el afán de destacar y ser los mejores. Hemos dicho que empiezan muy temprano a las 7,30h am. Me limitaré a la opinión de un profesional : ”A primera hora es cuando más alumnos somnolientos hay, y con mayor dificultad de concentración, un estado que mejora al final de la mañana y durante la tarde, lo que puede orientar hacia como se debería organizar el calendario escolar”. Todo esto nos lo dice el doctor González Pin, jefe de la Unidad del Sueño de Valencia (España) que además “pide retrasar una hora la entrada a los centros, como ya han hecho Alemania y EEUU, y recomienda programar actividades físicas a primera hora para que desaparezca la melatonina, que favorece el sueño, y aparezca la adrenalina”. Demoledor. Y cuando pide retrasar una hora hay que tener en cuenta que allí la jornada empezaba entre las 8 y las 9h am. ¿Y por qué se empieza tan temprano una jornada tan larga? Simplemente por intereses laborales del colegio, o de los profesores, que de esa manera disponen de la tarde libre. Intereses gremiales y muy posiblemente económicos. No existe estudio pedagógico alguno que indique beneficios para el alumno por tener jornada continuada. Al contrario, se ha detectado estados estresantes al final de esa jornada continuada. La jornada continuada tuvo su justificación, nunca pedagógica, sino administrativa, en la década de los noventa al haber un número deficitario de aulas escolares y tener que utilizar las existentes en dos turnos diferenciados para poder dar cabida a todos, el de mañana para unos y el de tarde para otros. Necesidad inexistente actualmente. Se pueden citar un sin número de opiniones de profesionales, como por ejemplo la de Doña Elena Martín Ortega, Doctora en Psicología y Profesora Titular en la Facultad de Psicología de la Universidad  Autónoma de Madrid. “¿Es aconsejable que los alumnos tengan todas las clases de la jornada seguidas, sin un corte de comida y descanso? Hay argumentos claros para contestar que no a estas preguntas. Los tiempos y los ritmos influyen siempre en el aprendizaje, pero a determinadas edades esto es más importante. Los niños y niñas de 3 a 11 años necesitan momentos de cambio y ruptura que les permitan descansar y recuperar la atención. Y esos cortes en las actividades lectivas no pueden ser excesivamente breves. La comida es también un elemento necesario, por lo que significa de cambio de actividad y descanso”. Así como el tiempo de recreo, indispensable y muy aprovechable como tiempo educativo en el amplio sentido de la palabra y nunca como tiempo de comedor de los alumnos o descanso del profesorado.
En síntesis, un horario inadecuado para los niños y niñas, tanto por su hora de inicio, como su larga duración, que rompe los ritmos infantiles y los hábitos familiares. Y en cuanto a los niños y niñas habría que decirles: ¡Sois unos auténticos TITANES!.
En un próximo capítulo hablaremos de dos aspectos también muy relevantes. La comida en el colegio y la utilización de los recreos. Ambos tienen una función mucho más amplia y educadora de lo que normalmente creemos.
Moraleja:” Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”(Confucio)
Así sea.

El Vigía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario