Si mis amigos de la fábrica
de General Motors, propietaria de la marca Chevrolet, de Figueruelas en
Zaragoza (España) vieran como trata algún concesionario de esa marca en ésta
localidad peruana a sus potenciales clientes se echarían las manos a la cabeza
y no les extrañaría en absoluto el bajón de ventas de esos vehículos en el
mercado europeo, a pesar de que allí el trato con el cliente es exquisito. El bajón
de ventas ha sido tal que ha llevado a la dirección de General Motors a anunciar
públicamente la eliminación de la venta de los Chevrolet en aquel continente a
partir de finales del 2015, centrándose exclusivamente en la venta de Opel y
Vauxall. Otro día les explicaré a fondo los motivos de tal decisión.
“¡Chicos, ya he cerrado el
acuerdo de la compra del coche!, y mañana iré a probarlo con el vendedor” les
anuncié a mis hijos el jueves 5 de éste
mes. Éstas fueron mis primeras palabras, iluso de mí, al llegar a casa al
mediodía. “¿Y qué coche has comprado papá?” preguntó mi pequeño de cinco años.
“Uno muy bonito, que te gustará hijo” Y continuó: ¿Es grande y tiene de todo
papá?”. “Si hijo, es grande y tiene de todo pues es Full Equipe”.
El día anterior miércoles 4,
había pasado con mi mujer por el concesionario y ante la ausencia del vendedor
de costumbre fuimos atendidos por otro conocido que nos lanzó una muy buena
oferta que mostrándonosla acababa de
llegarle. La oferta era tentadora pues significaba el ahorro de unos 1,390 $
que para cómo están los tiempos era muy interesante. Como el modelo estaba en
exposición, tanto mi mujer como yo le dimos el visto bueno pues nos gustó y
quedamos en pasar al día siguiente por la mañana para ver y concretar con el
vendedor que siempre me había atendido con anterioridad.
Al día siguiente por la
mañana, reunido con el vendedor de siempre confirmó y emitió una proforma con
su nombre por valor del importe anunciado el día anterior, o sea con el ahorro
de unos 1390 $. Resulta que por fin había salido la super oferta esperada de
Diciembre. A mi pregunta de si necesitaban algo más, pues el pago lo haría al
contado, se me dijo que les ingresara una cantidad de 1000$, como señal de
compromiso para la adquisición, que sería cerrada una vez yo hubiera probado el
vehículo. Ingresé inmediatamente los 1000$ en la cuenta que me dieron y les
llevé el correspondiente voucher o comprobante, del que tuve la precaución de
hacerme una fotocopia. Me fui a casa y anuncié lo que ya les he contado
anteriormente
Al día siguiente, viernes 6,
pasé para probar el vehículo, cosa al parecer extraordinaria y que no se
concede a nadie, eso sí, pagando de mi bolsillo los taxis de ida y vuelta al
depósito que está algo lejos. O sea, fui un auténtico privilegiado ante las
costumbres imperantes en el lugar.
Una vez de vuelta a sus
instalaciones al ir a concretar la entrega del importe total del vehículo el
vendedor me dice: “Hay un pequeño problema”. “¿Y cuál es?” pregunté.”Pues que
el Gerente de la empresa no autoriza el p”. Ahí, corté la conversación, cogí al
vendedor del brazo y lo introduje en el despacho de la Gerente de Ventas, que
ante mi solicitud de aclaración de qué ocurría me confirmó que “la Gerencia no
les autorizaba el precio dado”. Que el precio real era unos 1390$ más y que
tratarían de rebajarme todo lo que pudieran. Mi reacción fue rápida:”O aceptan
el precio pactado, o me devuelven los 1,000$ depositados, inmediatamente”. La
contestación de la gerente fue: El precio real no era el ofrecido y en lo
referente a la devolución del adelanto ingresado sí, podían devolvérmelo pero
que tenía que entender que ellos son una empresa muy grande e importante y que esas
devoluciones requieren tiempo. Como finalmente así ha sido. Han tardado quince
días en devolverme parte de los 1,000$ adelantados.
Al lunes siguiente, día 9,
pasé acompañado por mi buen amigo y mejor abogado Julio Roncal, responsable de
ACUREA que como saben ustedes es una entidad defensora de los intereses de los
consumidores y que les recomiendo, pues además de gratuita es muy profesional. Muy
amablemente se ofreció a acompañarme, a título personal.
En su presencia reiteré mi
solicitud del precio pactado o la
devolución del adelanto efectuado mostrando la proforma. La Gerente de ventas,
optó por la devolución, cuando pudieran, del adelanto y procedí a firmar una
carta de solicitud de la devolución de 1000$. Solicité que la devolución la
ingresaran en mi cuenta y ante su negativa, que corrieran ellos con los gastos.
La entrevista fue tensa y desagradable por la actitud de quien debía suavizarla
y evitar el enfrentamiento, teniendo por mi parte, que llamar al vendedor para
que desmintiera a la gerente que intentaba desvirtuar la realidad, como así
hizo el muchacho.
A todo esto mis hijos seguían
preguntando, que pasaba con el coche, que no terminaba de llegar a casa.”Oye
papá, ¿lo del coche es de verdad o es de mentiras?” me preguntaba el pequeño.
Nueve días después, el 18,
recibí una llamada del vendedor, solicitándome si quería el retorno del
adelanto o podía aprovechar el ofrecimiento del Sr. Gerente en el sentido de
quedarme el coche al precio inicialmente ofertado y no me hacían el talón, pero
tenía que decidir inmediatamente pues era una oportunidad única ya que el
Gerente se iba de vacaciones al día siguiente y si no la perdería. Mi rápida contestación
fue que me devolvieran mi dinero, y que posteriormente seguiríamos hablando de
otros modelos. Cuanto les vengo relatando además de risible, demencial,
desvergonzada, e impresentable actuación es rigurosamente cierto en todos y
cada uno de los extremos.
Al día siguiente, jueves 19,
pasé por sus instalaciones y se me entregó un talón nominativo que al cobrarlo
en su banco tuvo unos gastos de 5$ que tuve que asumir. Cobrando finalmente
995$. Y por supuesto volvió a ofrecérseme la “ganga” ya totalmente desvirtuada
y fuera de lugar, de acuerdo con lo que les narro a continuación.
Como resulta que no me ha
gustado nunca defraudar a mis pequeños y el día 5 les había dicho lo que
ustedes ya saben, a los pocos días, concretamente el día 14 sábado les llevé a
mis hijos el nuevo vehículo que adquirí, más potente y amplio, de otra marca y
concesionario, claro está que sin decirles nada a quienes me defraudaron y
todavía no me han devuelto totalmente lo mío, pues me continúan faltando 5$,
que al cambio son cerca de 14 soles o lo que es lo mismo un buen “cebichito”,
mas el tiempo perdido, más las expectativas creadas, que todo sumado es
bastante.
Así que estimados lectores,
ya supondrán ustedes que jamás recomendaré que en semejante lugar se negocie
algo pues igual que a mi pueden intentar tomarles el pelo a ustedes.
Moraleja: Si los demás
concesionarios de Chevrolet actúan como
Neomotor conmigo, es muy posible que aunque por diferentes causas, ocurra lo
mismo que en Europa: Que aquí tampoco se venda ni un solo coche de esa marca.
Así sea y feliz Año Nuevo a
todos.
EL VIGÍA.
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