¡Cómo corren. Cómo disfrutan.
Cómo comparten. Cómo ponen todo su empeño en hacerlo bien. Cómo escuchan y
atienden. Cómo aprenden!. ¡Hay que verlo para creerlo! . Y ninguno supera los
seis años de edad. Cuando les ves trabajar a las ordenes de su profe Mildo
Talavera y su ayudante Marco Adriancen , es una auténtica delicia y nos sirve a
los mayores para disfrutar por una parte de las evoluciones de nuestros
pequeños y por otra evadirnos por algo más de una hora de nuestros problemas
diarios. Cuando digo disfrutar, lo digo en el sentido amplio y grande de la
palabra. Los espectadores, nosotros los papas y mamás, viendo las actuaciones
de los niños, relajamos nuestro sistema nervioso de las tribulaciones del día y
lo excitamos ante el éxito deportivo de nuestros pequeños. Pero no sólo somos
los adultos los que disfrutamos, sino que los actores principales, alumnos y
profes, son como buenos protagonistas de la fiesta los que mejor se lo pasan. Los
pequeños están deseosos de que lleguen las siete de la tarde para dar rienda
suelta a sus inquietudes deportivas que conllevan, ver a sus amigos, jugar y
compartir con ellos, atender las indicaciones de sus profesores, aprender cosas
nuevas, y sobre todo disfrutar a fondo, muy a fondo, de lo que se encargan sus
mentores antes aludidos y que a pesar de su juventud vienen demostrando una gran
madurez didáctica y pedagógica en sus acertadísimos entrenamientos. .
Esa hora y cuarto aproximada que
es lo que dura el divertimento para
actores principales y espectadores se puede dividir en dos partes. La
primera que responde a la actuación de los pequeños, dirigidos por sus
entrenadores, haciendo ejercicios de psico-motricidad en los que van desarrollándose
aspectos atléticos básicos que les forjarán como futuros adultos.
Estos aspectos básicos constan
de unas tandas de ejercicios motrices con o sin balón en los que se trabaja la
elasticidad, la velocidad, el equilibrio, la lateralidad y la ambidiestralidad,
y aspectos psicológicos como la atención, el respeto, la obediencia y el
compartir con sus colegas. En esta primera parte los papás estamos muy atentos
a las evoluciones de los peques y somos testigos en primer lugar de las
limitaciones de nuestros propios hijos, cosa que no debe agobiarnos en
absoluto, sino al contrario, estimularnos para que el aprendizaje del niño sea
sin complejos de ningún tipo. Cada niño es un mundo en el que sus habilidades
podrán ser potenciadas y desarrolladas con la práctica y eso es algo que él
debe saber. Debemos insistir en este aspecto, la perseverancia, como valor de
gran importancia en su formación pues en su futuro va a convertirse en
compañera inseparable. En segundo lugar somos testigos de la evolución positiva
que se observa en la cancha, donde empiezan a surgir valores socializantes. El
abrazo y felicitación al compañero y la ayuda al lesionado, son ejemplos claros
de lo que digo. Valores creados y potenciados en muchos casos por sus
preparadores.
La segunda parte de la
fiesta, porque de una auténtica fiesta se trata, consiste en el partido de
futbol que servirá para poner fin al festejo, y aunque ninguno de los papás lo
digamos, nuestro deseo sería continuar el encuentro un ratito más pues el
deambular de los aprendices de futbolistas por la cancha es digno de los
mejores encuentros que he podido presenciar. ¡Con lo pequeños que son y cómo
nos hacen vibrar! No nos hace falta Pujol pues allí está el potente, fuerte y completo André; ni al goleador Pedro
del Barça, pues tenemos a Pedro Walash peruano y español nacido en Barcelona a escasos metros del Camp
Nou, goleador como aquel y además habilidoso y fino estilista; tampoco echamos
en falta a Busquet pues disponemos del todoterreno, luchador infatigable, elegante con el balón y además goleador
Carlos; disponemos de un ágil Sergio que con su velocidad eclipsaría al propio
Alexis y es capaz de desarbolar a cualquier defensa pues el campo se le queda
pequeño; de los poderosos, combativos y aguerridos centrocampistas Pátrik y
Nagib; el auténtico motor y
desequilibrante del equipo contrario Adolfo que hace olvidar a Iniesta; y finalmente
el no va más en la portería, donde no necesitamos a Valdés ni a Casillas pues
el elástico arquero Jesús nos demuestra un día sí y otro también como aún
siendo tan pequeño de estatura puede ser tan grande en el marco. Su agilidad,
valentía, visión de la jugada y arriesgadas salidas le hacen acreedor a la
titularidad indiscutible. Y me dejo en el tintero a un montón más de compañeritos,
Fabio, Bruno, Rodrigo, el inquieto Mateo,
y no sé cuantos más, todos ellos repletos de ilusión y con muchas ganas de
aprender, que éste es el verdadero mérito de todos. Todos sin excepción son
unos campeones.
Hace un par de sábados el
bueno de Carlos metió un par de golazos impresionantes. Tenían que haberle
visto levantar sus bracitos en señal de júbilo y su sonrisa de oreja a oreja
tras conseguir su hazaña. Estoy seguro que estos días en su casa han
desayunado, comido y cenado los goles de Carlos. Como la semana anterior
ocurrió en la mía, por los goles de mi pequeño. El ambiente creado por los
entrenadores es excelente y la colaboración de los padres y madres que acudimos
mayormente en silencio también. En síntesis puedo decir que el trabajo que se
realiza con los pequeños es de primera calidad, pues reina la alegría, el orden
y la felicidad. El otro día, al terminar la sesión Mildo me dijo: “Estoy
agotado, con un dolor de cabeza tremendo”. Le creo, pues no es para menos.
El pasado día 25, sábado,
fuimos invitados para al día siguiente, domingo, acudir al salón de actos del Concejo
donde se iba a desarrollar a partir de la once de la mañana y presidido por el
Sr. Alcalde, D. Luis Arroyo Rojas el acto de presentación
del proyecto GOL STAR PERÚ, que así se
denomina la entidad deportiva dirigida por los técnicos Roberto Arizola y el ya
mentado Mildo Talavera. Dimos prioridad absoluta a la asistencia.
A las once menos diez, las primeras
filas del salón estaban ocupadas, adivinen por quien. Los niños. Numerosos
niños, incluido el mío, estaban ávidos de las sorpresas prometidas que les
esperaban en forma de posibles regalos. Fueron pasando los minutos y cuando dieron
las doce campanadas del mediodía, como el Sr. Alcalde no aparecía, como
auténticos cenicientos nos tuvimos que ir para casa. El responsable de
comunicación muy circunspecto, tras oir por su teléfono, lo que yo interpreté
como ronquidos de su jefe, los tradujo en un comunicado verbal a los que allí
estábamos en el sentido de que una operación de azúcar en el muelle le
imposibilitaba acudir a compartir la jornada matinal con los niños y se
posponía el acto al día siguiente. Desconozco si era el alcalde, el muelle o
quién el del ataque diabético. Tan edulcorada artificialmente me resultó la
despedida que verdaderamente me indignó, pues no es de recibo que las
expectativas de un montón de niños sean vejadas, como lo fueron en esa mañana.
La actitud del Sr. Alcalde dice muy poco de su grandeza, no corporal que sí lo
es, sino de su sensibilidad y ética pues si no puede por lo que sea acudir a
una cita, en la que los niños son los anfitriones puede y debe delegar en
alguien para que le sustituya. Impresentable su actitud pues ha llegado a tal
punto el culto a la personalidad que tiene que ser él y sola y únicamente él
quien puede presidir un acto público benéfico infantil. Con todos los respetos que
se merece como servidor público que es, reciba la mayor indiferencia de cuántos
niños allí estuvieron pacientemente esperándole y quedaron defraudados así como
por supuesto mi desaprobación más absoluta. Al día siguiente trataron de “decir
digo, donde dije Diego”, pero esa argucia es demasiado vieja y conocida por los
que peinamos canas.
En cuanto a Gol Star Perú
felicitaciones por vuestro trabajo Roberto, Mildo, Marcos y colaboradores, que
sigáis por la senda establecida en la seguridad que continuaréis cosechando
muchos éxitos.
La cita es los martes, jueves
y sábados a las 7 de la tarde en la canchita situada en Laderas tras el Es
Salud III. A dos cuadras de su casa, Alcalde.
Moraleja: “El deporte es
grande por sí mismo y no por sus patrocinadores figurones”.
Así sea. EL VIGÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario