martes, 17 de febrero de 2015

ARTÍCULO: EL DESPROPÓSITO "COLECTIVO"


Queda prácticamente un mes para el inicio del nuevo curso escolar y con ello la incorporación de los escolares  y universitarios a sus renovadas tareas. En el caso de los primeros ya están los papás haciendo frente a los gastos iniciales como son uniformes útiles y demás, solicitados por los respectivos colegios. En el caso de los futuros e inminentes universitarios están haciendo frente a matrículas, y exámenes de acceso. Y todavía queda por medio el mes de febrero. Antiguamente al hablar de las economías familiares se decía, “la cuesta de Enero”, haciendo referencia a ese mes como muy costoso, sobre todo por la resaca existente ante los suntuosos gastos efectuados en Diciembre con motivo de la Navidad y la llegada de Papá Noel. Actualmente “la cuesta” se ha extendido hasta Febrero incluso Marzo y si me apuran al resto de los meses del año, con gastos en muchos casos inasumibles para las familias. Y entre esos gastos obligatorios para cada familia, está el del transporte para que unos acudan a sus trabajos y otros, los escolares y universitarios asistan a sus clases. En el caso de estos últimos, los estudiantes, aquí la jornada es corrida y por lo tanto no son más que dos viajes diarios, pero con un coste elevado, demasiado elevado para la economía familiar.
Y es que los precios de los colectivos en su mayoría, continúan sin bajar, o mejor dicho, ajustar de acuerdo al menor coste que tienen que afrontar al adquirir su carburante, principal excusa en su día para la subida abusiva de sus tarifas. Y digo esto porque su carburante ha experimentado una bajada superior al 25% en un año, pues ha pasado de los aproximadamente 2 soles a los 1,49 soles o menos actuales, con una subida al mismo tiempo en su tarifa del 30% pasando el pasaje urbano de 1 sol a 1,30 soles y el interurbano a 2,30 soles. Digan ustedes si esto es asumible, permisible o tolerable. Esto no hay economía familiar que pueda resistirlo. Y además estas tarifas que paga el usuario hay que considerarlas que son uniformes, pues todas las líneas constituidas por empresas independientes cobran lo mismo. O sea, precios concertados, prohibidos expresamente por la Ley de la Competencia y por lo que tendrá que actuar Indecopi, levantando las consiguientes actas de infracción. Si estuviéramos hablando de un servicio, el prestado por los colectivos, de una notable excelencia caracterizado por su diligencia, educación y buen hacer cabría la posibilidad de entender mínimamente sus pretensiones pero lamentablemente estamos hablando, salvo rarísimas excepciones de un servicio sin excelencia alguna y que se caracteriza precisamente por su falta de diligencia, su mala educación, la ausencia de higiene en sus vehículos, ausencia de revisión técnica y encima le dicen al usuario que gaste de su economía particular en un llamada al 943 87 72 25 para quejarse del trato recibido, cuando deben ser ellos mismos los controladores. Alguien muy jocosamente me decía: “Yo me evito la llamada pues seguramente debe estar colapsado”. Y por si esto fuera poco recomiendan que nos dirijamos a los dueños de los grifos para solicitarles ajusten los precios de los combustibles. Auténticamente demencial. Desde luego que la desfachatez es mayúscula pues ni siquiera exhiben como es su obligación la tarifa vigente por la que se rigen. Aducen la libre competencia como justificación de su abuso, en vez de hablar claramente de la aplicación de la Ley de la Selva, que es lo que está ocurriendo.
El problema que viene acosando reiteradamente al usuario con esos precios es motivado como venimos denunciando hace más de un año, por  la inflación de licencias existentes. A que hay demasiados colectivos. O lo que es lo mismo pocos usuarios para tantos vehículos. La verdad es que la solución no está en incrementar el número potencial de usuarios, pues éstos son los que son, y la variable a modificar es el número de unidades circulantes. Mientras tanto los colectivos insisten en que su problema es el combustible y los repuestos. Falsedad más grande no cabe. La responsabilidad compartida debe recaer por una parte en la gestión municipal que otorgó un número excesivo de licencias y por otra parte en los afanes desmedidos de los colectivos.
Los gestores municipales actuales deberán ir “limpiando” las rutas y así aminorando el número de licencias. Para ello tienen en su mano la legislación vigente, como es la aplicación del Reglamento de Fiscalización del Servicio de Transporte Público de la Provincia del Santa. No hacerlo es una dejación de sus obligaciones contraídas en defensa del ciudadano. Mientras tanto nuestras autoridades pueden ir pensando, o mejor estudiando, otras alternativas como puede ser el trasporte masivo. Para ello  deberían retomarse las negociaciones de hace unos meses con la empresa especializada, para de una vez por todas solucionar el caos actual y del que difícilmente saldremos, por el empecinamiento de unos desaprensivos y la ausencia de sensibilidad de los responsables municipales.
Tanto Indecopi con su directora actual Judith Rodrigo, como Acurea con su presidente Julio Roncal son entidades que vienen mostrando su inquietud ante el caos reinante y propugnando reiteradamente la vuelta a la realidad de unos “colectivos” que están fuera de toda normalidad. Deben continuar con su ingrata tarea en la seguridad de que la ciudadanía está con ellos, confía en ellos y necesita y reclama su ayuda.
También parece que los jóvenes empiezan a sensibilizarse ante el problema y así vemos como el Colectivo Juvenil Chimbotano está dispuesto a mostrar su disconformidad con la situación actual. Bienvenidos sean y que su colaboración por el bien general dé los frutos deseados. Es necesario que mediante el diálogo transmitan a propietarios, conductores y munícipes su protesta pacífica  para que los derechos de los usuarios se respeten. Y entre esos derechos repito,  están el precio justo, la atención, educación, e higiene y condiciones técnicas del vehículo.
Y mientras tanto habrá que ir preparando la incorporación a principios de Marzo de escolares y universitarios a las clases. Los primeros en compañía de sus “papis” y los segundos con sus carnés universitarios en los bolsillos. Es de desear que el próximo artículo sobre el tema sea para felicitar a los “colectivos”  por su civismo y ejemplar comportamiento al iniciarse el período lectivo y no tengamos que recordar a nadie la aplicación obligatoria de la vigente Ley 26271, conocida como  “Ley de pases libres y pasajes diferenciados”.
Moraleja:”Quien siembra vientos recoge tempestades”.
Así sea.

EL VIGÍA

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