viernes, 22 de abril de 2016

ARTÍCULO: DEMASIADOS RUIDOS.


Se conoce por ruido a una sensación auditiva generalmente desagradable. En el mundo de la comunicación sonora se considera como ruido a aquel sonido no deseado que interfiere entre las personas o entre estas y sus actividades. Así pues, ruido no sólo es un sonido inarmónico y estridente, sino que una melodía preferida puede convertirse en tal si su volumen o intensidad se incrementa sensiblemente. El ruido más comúnmente reconocido es el medioambiental, aunque existen otros como por ejemplo el ruido de sables, el político, el estimulante, etc. etc.
El ruido de sables, mejor no tocarlo pues andamos por la cuarta legislatura continuada sin su presencia y las melodías democráticas se han restablecido, aunque habrá que incrementarles su volumen para ser más audibles y receptivas ante eventuales intentos totalitarios.
¿Se acuerdan del dicho:” Mucho ruido y pocas nueces”? , como es el caso de la última goleada de mi querido Barça, 0-8 al Deportivo de La Coruña, en partido intrascendente, donde daba lo mismo ganar por uno que por ocho. El dicho también es perfectamente aplicable al ruido político o a las múltiples promesas electorales que después se quedan en nada.  Ejemplo paradigmático: los 500 soles de Waldo. Pues bien, utilizamos esa frase cuando un político en campaña electoral nos dice bla, bla, bla, y después resulta que “si te he visto no me acuerdo”. O cuando se alardea de algo para luego no cumplirlo. Se hace mucho ruido pero con nulos resultados. Esta semana pasada hemos sido testigos del ruido político casi ensordecedor que han hecho los dos candidatos en segunda vuelta para indicarnos que sus propuestas son diferentes a pesar de su cercanía política. Y es que ambos llevan consigo más de lo mismo, el continuismo. Ambos practican una filosofía neoliberal más acentuada en el aspecto económico y quizá les diferencie el autoritarismo y la prepotencia tradicional de los ahora mayoría, en contraste con la bisoñez e inexperiencia de los segundos. Es risible oír parte del mensaje de la Fujimori, cuando haciendo referencia a la Sunat dice que deberá ser más “eficiente y amigable con el ciudadano…………..en lugar de sancionar y perseguir a los microempresarios". ¡Pues qué bien! ¡Los inspectores repartiendo besos y abrazos a los empresarios! En otros términos está diciendo que quiere convertir a la Sunat en “una hermanita de la caridad”. Yo, como Santo Tomás: si no lo veo no lo creo. Y mientras tanto el otro, Kuczynski, para no ser menos dice que “las comisarías y los colegios deberán tener wifi y paneles solares”, y que “necesitamos una Sunat dura pero justa”. ¿Acaso quiso decir que actualmente es blanda e injusta?. Creo que sí, que quería decir eso.
Pero para ruido, ruido, ruido, el realizado además de la Chacón con aquello de “la salida por la puerta grande” y el de Becerril con su “son primos hermanos de los terroristas”, el emitido por el futuro congresista Francesco Petrozzi diciendo que de su mayoría parlamentaria “van a salir leyes como por un tubo”. Sin duda resultado del empacho de votos.
Seguidamente haré referencia al ruido callejero o colectivero, al discotequero, y al fiestero, o sea al medioambiental. El próximo día 27, por ser el último miércoles del mes de Abril se celebrará el DÍA MUNDIAL DE LA VIDA SIN RUIDO, instaurado por la Liga para el Deficiente Auditivo de la ciudad de Nueva York. Ya en 1996, sin establecer fecha concreta se empezó a intentar sensibilizar a los ciudadanos y sus representantes de los daños que los ruidos medioambientales pueden originarles, sobre todo en las grandes ciudades. Según estudios médicos, exponerse a elevadas intensidades de ruidos puede provocar serias alteraciones en la salud de las personas. Alteraciones,  que pueden ser reversibles en unos casos y en otros no. Entre las primeras cabe citar las del sueño, irritabilidad, agresividad, depresión, estrés, presión alta, cambios hormonales y menstruales, e incluso impotencia sexual en el varón. Y entre las de carácter irreversible, la paulatina pérdida de audición y finalmente la pérdida total o sordera. Y es que estamos hablando de un contaminante invisible a diferencia de otros que puede haber en el agua, comida o aire. La importancia que se le ha venido dando es menor que la prestada a otros por los efectos crónicos y no agudos que produce. Cuando nos quemamos o asfixiamos el efecto agudo producido nos hace reaccionar, pero cuando el ruido ensordecedor de la discoteca nos afecta no le damos importancia y continuamos expuestos a él apareciendo sus efectos al cabo del tiempo. Para prevenir el ruido excesivo podemos utilizar protectores auditivos, que pueden ser en forma de tapones o de auriculares. El término db es la unidad de medida, que consiste en la décima parte de una expresión logarítmica llamada Belio.
Veamos orientativamente las diferentes intensidades sonoras en nuestra vida de relación: Susurro-10db; rumor de las hojas con el viento-20db; murmullo de las olas en la playa-30db; conversación normal-50db; oficina en horario de trabajo-60db; tráfico intenso en la ciudad-70db; en la de Chimbote-80 a 110db; camión pesado 80db; máquina fabril-90db;banda de rock-100db; claxon de un coche, petardos -110db;martillo neumático-125db; avión a reacción en despegue-150db;nave espacial en despegue:180db.  Partiendo de estas cifras debemos saber: que a partir de los 70db se producen efectos negativos en actividades que requieren atención; que entre 80-90db puede producirse cansancio o disfunciones del sueño; que los ruidos entre 110-120db pueden originar lesiones en el oído medio; y finalmente que los ruidos a partir de 120db se consideran insoportables y conducentes directamente a la sordera. (Datos obtenidos en Así Funciona). En conclusión: los entornos con más de 65db se consideran inaceptables, aunque la Organización Mundial de la Salud, más severa, dice que el oído humano puede tolerar hasta los 55db sin ningún daño a su salud. A partir de los 60db se originan molestias más o menos transitorias y es a partir de los 90db cuando aparecen las lesiones irreversibles que dependerán del tiempo de exposición y de la sensibilidad del individuo.
Y para finalizar tenemos el ruido estimulante, el que nos anima, nos hace sonreír y continuar en el día a día: el ruido provocado por esas hermosas agentes de tránsito con sus gorgoritos, que distendidamente y con la mejor intención del mundo fueron a pintarse el ojo en horario laboral, para estímulo del cansado conductor, sin ser muy conscientes de que no necesitan realzar la belleza natural que las adorna. ¡Guapas y ruidosas, si señor!
Moraleja: “Si el ruido no termina, termina con el ruido. Defiende tu salud”.
Así sea.

EL VIGÍA.     

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