El
pasado día 13 se celebró el Día Internacional del Beso para conmemorar el beso
más largo de la historia, protagonizado por una pareja de tailandeses que
mantuvieron unidos sus labios durante 58 horas, 35 minutos y 58 segundos sin
descansar, sentarse o dormir, e incluso en los momento de ir al baño. Y miren
por dónde, casualmente ese mismo día se publicaba una fotografía de los
candidatos vencedores de los comicios presidenciales peruanos, ella y él, ya no
en competición sino dándose un beso a modo de saludo. Creo que más que aplaudir
las expresiones bastante extendidas entre la población de ¡que se besen, que se
besen¡ por aquello de su afinidad ideológico-económica conocida, deberíamos
acudir a la poetisa Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura en 1945 y leer
su poema BESOS, en el que se hace una magnífica referencia a los diferentes
tipos de besos existentes. Desde los perfumados a los traicioneros, pasando por
los problemáticos o los de desvarío. El poema empieza así: “Hay besos que
pronuncian por sí solos, la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se
dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria” . Les recomiendo su
lectura, no se la pierdan, pues allí quizá encuentren las características
del que se dieron ambos contendientes. Ese
mismo día, habían transcurrido tres desde el final de las elecciones, y la
Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) seguía sin dar los datos
definitivos del proceso. Y es que en el país del “más o menos” con saber que tal
y como estaba previsto por las encuestas, una, ella, la que fue primera dama
del país a los 19 años, ha ganado de largo y el segundo, él, a pesar de su
excelente inglés americano, con sus supuestas lumbalgias se ha quedado bastante
por detrás, es suficiente. La tercera, con nombre de lance torero, adelantando por
la izquierda, como debe ser, y con una remontada impresionante casi pilla al
anterior. El cuarto, por culpa de los “chicharrones” rechazados entre otras
inexperiencias, patinó y quedó muy descolgado. El quinto, a pesar de su peso y
volumen pasó la valla electoral con la “ayuda” que se negó a otros, y su
coalición continuó inscrita. El sexto con sus cadenas a cuestas, casi salta la valla y obstaculizó el paso de
la que remontaba, que si no es por eso, ésta hubiera llegado a la meta en
segunda posición, y así sucesivamente pasando por el de la escoba, el amazónico
del terno de pasarela, el “cholito” viajero, y un dignísimo y “ordenado” Antero Flores Aráoz. Con eso, como
digo, queda todo muy claro en lo referente a la disputa por la Presidencia de
la Nación que tendrá que dilucidarse en una segunda vuelta. En lo que se
refiere a la composición del Congreso, una mayoría absoluta y aplastante de un
partido con antecedentes históricos recientes de intransigencia, autoritarismo,
y despotismo, nada convenientes en democracia, pero que la misma grandeza de
ésta lo recibe y acepta en su propio seno, a pesar del recelo justificado que
sienten los demócratas con memoria. Han
tenido que pasar muchos días, una semana, para continuar sin saber las cifras
exactas de los resultados obtenidos. Aunque eso sí, ” más o menos” estuvimos
informados por el ente responsable. Y así, todo.
Pues
bien, ante la aproximación del escrutinio final cabe hacer una serie de
reflexiones acerca de lo acontecido. En primer lugar hay que felicitar a las
encuestadoras por su acierto en los datos facilitados durante el proceso, que
han sido confirmados hasta la fecha. Eso implica un trabajo serio y concienzudo
de unos profesionales puestos en cuestión continuamente. Así que felicitaciones
para ellos. Como también la merece la correctísima actuación de los principales
actores de la jornada del pasado día 10,
los más de diecisiete millones de peruanos, que pacíficamente, y en muchos
casos estoicamente, dieron un auténtico ejemplo de civismo al acercarse a las
urnas a cumplir con su deber ciudadano, a diferencia del fuerte ausentismo,
votos en blanco y viciados que suman más que lo obtenido incluso por la propia
vencedora y que evidencian la falta de sintonía existente entre la clase
política y la ciudadanía. Continuaremos con los observadores internacionales
que han presenciado el desarrollo electoral y han dictaminado que el proceso ha
sido democrático y sin fraude si bien advirtieron que fue “un proceso atípico” ya que se
registraron exclusiones de varios candidatos, que “originaron inquietud y
confusión”. Recomendaron “sutilmente” reformar la Ley Electoral y de Partidos
Políticos, que no es poco. Sin duda muy diplomáticos y benevolentes tanto los
de la OEA como los de la UE a los que incluimos en nuestras plegarias a Santa
Lucía para que les potencie la vista.
Las
primeras reacciones al conocerse los datos a boca de urna fueron en el área
económica, con gran euforia empresarial que se tradujo en la subida disparada
de la bolsa, y la depreciación del dólar. El Índice General de la Bolsa subió
en un solo día casi un 9%, cosa que no ocurría desde 2008 y el dólar descendía
sensiblemente su cotización pasando de 3,41 a 3,29. En pocas palabras, se
evidenció el pánico inversionista sufrido, que quedó fulminado por lo que
significaba la garantía continuista de
la política económica neoliberal salvaje de los vencedores. Y es que el
capital, con gran parte de sus empresarios, antepuso el conservadurismo y continuismo
a la renovación y la ruptura con el
pasado reciente. A estas primeras reacciones triunfalistas hay que añadir las
de sendos congresistas vencedores y actualmente en activo que dejaron entrever su
deficiente asimilación del triunfo al hacer manifestaciones altisonantes ante
las que tuvo que salir al paso su lideresa, iniciando en su propia casa y con
su propia gente el consenso previamente anunciado. No es de recibo decir que “Alberto
Fujimori debe salir de la prisión por la puerta grande” y que el Poder Judicial
“debe reconocer que el juicio anterior fue nulo”, a escasas fechas de la celebración
de la vista del hábeas corpus presentado por Fujimori contra la Sala Penal
Especial de la Corte Suprema que lo condenó a 25 años de prisión por delitos de
homicidio, lesiones graves y secuestro agravado, aduciendo violación del debido
proceso. Y no lo es, por lo que pudiera interpretarse como velada amenaza, dadas
las atribuciones conferidas al legislativo, para ejercer la acusación
constitucional contra diversos poderes del Estado, incluidos todos los
estamentos judiciales. Además, flaco favor se le hace al preso con el símil
taurino de “su salida por la puerta grande”, ya que por ella salen a hombros
los matadores, blandiendo en sus manos como trofeos las dos orejas y/o el rabo
de su enemigo abatido. Realmente patético.
Moraleja:” Gobernar no es mandar por mucha mayoría que se tenga” (J.L.Cebrián)
Así
sea.
EL
VIGIA
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