martes, 30 de agosto de 2016

ARTÍCULO: RENOVARSE O MORIR


El título que da encabezamiento a este artículo viene como anillo al dedo para expresar la saludable necesidad de hacer cambios a veces fulminantes en el comportamiento, en el trabajo, en la vida personal y/o laboral de los diferentes actores sociales. Y unas veces, esos cambios son voluntarios y otras tienen que ser forzados ante la resistencia de los involucrados. Este puede ser el caso del ex Fiscal de la Nación don José Peláez Bardales, de ingrato recuerdo en Ancash, que al cumplir los 70 años ha sido jubilado reglamentariamente de su puesto de Fiscal Supremo a pesar de su resistencia y solicitud de ampliar su estancia hasta los 75 años. Aunque el involucrado quizá hubiera deseado quiméricamente morir con las botas puestas en su puesto, ha tenido que ser el Ministerio Público el que lo cesara ipso facto para de esa manera renovar el estamento, dando salida al posible aire viciado y entrada a otro nuevo y revitalizador. Y es que a las múltiples interrogantes del tal Bardales se acababa de añadir otra: el posible plagio de su tesis para obtener el título de Magister, en el 2009(casualmente el mismo que Acuña),  en la prestigiosísima universidad Alas Peruanas. En su descargo ha aludido al posible borrado involuntario de las comillas (“ “) en la transcripción del borrador. Como lo leen. Y claro, está la cosa en el Poder Judicial con la que está cayendo,  como para andarse con bromitas de ese calibre. Así que fuera, a la calle, pero eso sí con el agradecimiento por los servicios prestados, sin especificar a quien.
Y es que la ciudadanía, con el objeto de no aplicar con sus propias manos el derecho a la administración de la Justicia, delega en el Poder Judicial su administración, revistiéndole de autoridad para ejercer ese Poder. Así pues son Jueces y Fiscales quienes por delegación deben cumplir con ese deber y de esa manera sustraer al ciudadano de posibles enfrentamientos con sus congéneres y de esa manera evitar que la sangre llegue al río. Pero nos estamos encontrando con un Poder Judicial que lejos de cumplir con su tarea parece promover la impunidad. Puede sonar muy fuerte cuanto digo, pero es la pura realidad. Y para muestra sendos botones: los reiterados casos de violencia de género en los que la sanción al agresor es irrisoria cuando no inexistente, como el caso del fiscal en libertad, agresor de su hermosa y ahora desfigurada pareja. Y ya no digamos cuando es el mismísimo Presidente de la Sala Penal Permanente y miembro de Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia del país Sr. Villa Stein el que con sus sentencias exculpatorias en procesos de casación viene sentando jurisprudencia nefasta y peligrosa para el buen desenvolvimiento de la Justicia al contravenir pronunciamientos emitidos anteriormente por la misma Corte Suprema y ratificados por el Acuerdo Plenario Nº 02/2011 de la misma Corte. Y todo por las luchas intestinas dentro del mismo ente. Sin duda que las sentencias dictadas son consecuentes con su trayectoria conservadora, como haber sido profesor de la Universidad de Navarra(España), propiedad de la recalcitrante “Obra” del Opus Dei, por una parte, y por otra ser simpatizante del fujimorismo como está mostrando reiteradamente. Como digo, sus recientes sentencias casatorias como la de la Municipalidad del Santa Nº 782/2015 y la de la Municipalidad de Ayacucho Nº 841/ 2015 junto a la exculpatoria de Alberto Fujimori en el caso de los diarios chicha están sembrando la alarma no sólo social sino también la fiscal, al sentar jurisprudencia y liberar de carga procesal a delincuentes y corruptos actuales y futuros. Ha tenido que ser el mismísimo Fiscal de la Nación,  don Pablo Sánchez el que se dirija por escrito el pasado día 8 del presente al Presidente del Poder Judicial, don Víctor Ticona, mostrándole su preocupación institucional por esas sentencias que “podrían beneficiar a personas procesadas como cómplices primarios en delitos de corrupción de funcionarios” y también “permitiría la liberación de un gran número de personas implicadas en delitos especiales”. Por todo ello “solicita al Presidente del Poder Judicial disponga la realización de un Pleno Casatorio de Jueces penales de la Corte Suprema para que evalúen este grave problema suscitado en la administración de Justicia”. En el caso del Santa viene a decir que si uno de los acusados como es el caso del tal Agapito, no es funcionario público y no ha contravenido directamente alguna norma de desempeño personal, no puede ser condenado como cómplice. Y en el caso de la alcaldesa al no tener desbalance hay que aplicarle el supuesto de honestidad. Muy bueno, don Javier. El caso de Ayacucho es el de unos trabajadores de su Ayuntamiento que amañaron dos contratos y se demostró en el juicio su ilegal proceder, pero que la sala consideró que no es posible que se produzca el delito de negociación incompatible cuando el Estado contrata en casos de emergencia y las irregularidades se subsanan en el plazo de 10 días. Según esa sentencia y la jurisprudencia que sienta, se ve de color de hormiga la casación presentada por la Fiscalía del Santa que será resuelta por  este mismo Tribunal,  ante la absolución en segunda instancia de la misma alcaldesa y su primer regidor  Julio Cortez por malversación de fondos del programa de saneamiento “Agua para todos” en el que fueron condenados a 4 años de cárcel. Y lo que ya ha sido rizar el rizo es la absolución de Alberto Fujimori en el caso de los diarios chicha. Viene a decirnos que debemos creer que Fujimori que comía en el SIN todos los días con Montesinos, no sabía lo que cocinaba su segundo. Además dice que Fujimori, no tenía responsabilidad en la custodia de los fondos del Estado, cuando en sentencias anteriores se dijo, o mejor dicho se argumentó y condenó por lo contrario. Sin desperdicio todo. A la vista de lo acontecido su abogado ya anuncia el retiro de la solicitud de indulto pues la vía judicial se ve bastante más expedita y directa para mandarlo a su casa. Recordemos las palabras de la congresista Chacón: “Tiene que salir por la puerta grande”, que parecen una premonición de lo que está ocurriendo y se avecina. Con todo esto, más lo que se queda en el tintero, coincidirán conmigo que no es casualidad que el lema más utilizado durante la manifestación “Ni una menos” haya sido “Poder Judicial, vergüenza nacional”. Es por todo lo dicho y muchísimas cosas más que la ciudadanía reclama, en su derecho, una profunda renovación del Poder Judicial ante la desidia y estado lamentable en que se encuentra a pesar de los esfuerzos de probos funcionarios que incluso tienen que soportar los insultos de alguno que dice ser colega.
Moraleja: “Juez que ha sido delincuente, ¡qué fácilmente perdona!”( Pedro Calderón de la Barca).
Así sea.

El Vigía. 

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