sábado, 27 de abril de 2013

ARTÍCULO: DÍA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO


                



El veintiocho de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo y este año 2013 se dedicará a la prevención de las enfermedades profesionales.
También este día es la fecha elegida por el movimiento sindical mundial para rendir homenaje a los trabajadores fallecidos y lesionados gravemente que han sido víctimas de los accidentes y/o enfermedades profesionales.

¿Qué diferencia existe entre el Día Mundial y el Día Internacional?.  El primero es promovido por instituciones especializadas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que, en el caso de hoy es la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el segundo a instancia de los países miembros de la ONU. Tanto uno como otro tienen la  finalidad de sensibilizar a la población acerca de temas sociales, políticos, humanitarios, culturales y en fin, con los derechos del hombre.

En casi todos los países del mundo las autoridades, los sindicatos, las organizaciones de trabajadores y los profesionales de la Seguridad y la Salud organizan actos para la celebración de este día.
Las enfermedades profesionales siguen siendo a nivel mundial las principales causas de absentismo y muertes que tienen relación con el trabajo.

¿Qué se entiende por enfermedad profesional?. Se trata de aquella enfermedad que se contrae como resultado de la exposición del profesional a algún factor de riesgo relacionado con su trabajo y para su reconocimiento legal como tal requiere que se establezca la relación entre esa enfermedad y la exposición del trabajador a agentes peligrosos (polvo, nieblas, humos, gases, vapores, radiaciones, virus, bacterias, y algún otro) en el lugar de trabajo. Para establecer esa relación se contará con la identificación y evaluación cualitativa y cuantitativa de los riesgos, los análisis clínicos y patológicos, el historial profesional y el análisis del puesto de trabajo.

Las enfermedades profesionales son el motivo de grandes sufrimientos y enormes pérdidas en el mundo del trabajo frente a los accidentes laborales, originando aquellas, las enfermedades, seis veces más de muertos anuales que los accidentes, si bien estos últimos son mucho más aparatosos y llamativos que las enfermedades.

Así, según la OIT, de un total de 2´34 millones de fallecimientos cada año, únicamente 321,000 son provocados por accidentes.  El resto, asústense, 2`02 millones de muertos son originados por enfermedades en el trabajo; o lo que es lo mismo: más de 5,000 muertos diarios. Son cifras demoledoras que producen escalofríos. También se calcula en más de 160 millones de personas las que sufren enfermedades no mortales al año relacionadas  con su trabajo. En su mayor parte, enfermedades crónicas.
La ausencia de una prevención adecuada,  daña no sólo a los trabajadores y familiares sino también a la sociedad en general por el elevado coste que origina la pérdida de productividad y la consiguiente  carga económica y personal  a la Seguridad Social, que al fin y a la postre pagamos todos.
Hay que tener muy claro que la prevención es más eficaz y barata que los tratamientos y las rehabilitaciones. Estos conceptos deberían ser entendidos y asumidos tanto por los trabajadores como por los empleadores sin olvidar a los poderes públicos del Estado.

Así, todos los años la OIT ha elaborado un informe sobre el tema en el que llama a los gobiernos y agentes sociales a colaborar en la implementación y desarrollo de políticas y estrategias locales, regionales y nacionales.
En él se hace referencia a los “riesgos emergentes”, originados por los cambios sociales, tecnológicos y organizativos como consecuencia de la mundialización que actualmente vivimos. Entre los riesgos emergentes están: las condiciones ergonómicas deficientes, los riesgos psicosociales y las radiaciones electromagnéticas.
Entre las primeras, los trastornos músculoesqueléticos (TME) son actualmente los más comunes, incluyendo el síndrome del túnel carpiano (originado fundamentalmente por movimientos repetitivos), llegando a la cifra del 59% de todas las enfermedades profesionales en la Unión Europea.

La gran preocupación actual es según dicho informe, el estrés laboral y sus consecuencias. Cada día hay más acoso psicológico, hostigamiento (mobbing), acoso moral (bullying), acoso sexual y otras formas de violencia. A veces el trabajador adopta comportamientos inadecuados ante el estrés como puede ser el abuso del alcohol y/o el consumo de drogas. Se han encontrado lazos o nexos de unión entre el estrés y las patologías cardíacas, digestivas o musculoesqueléticas. Si a todo lo anterior añadimos la recesión económica y la amenaza del paro laboral sin duda aumentarán el estrés, la ansiedad, la depresión y los trastornos mentales provocando situaciones muy graves, pudiéndose llegar al suicidio.
La OIT ha diseñado un programa de formación (SOLVE) para la prevención de los riesgos psicosociales, la promoción de la salud y el bienestar en el trabajo, al mismo tiempo que garantiza la evaluación y control en la gestión de dichos riesgos.

El desarrollo de las nuevas tecnologías como la telefonía móvil y la televisión hacen que la proliferación de antenas emisoras y repetidoras de ondas electromagnéticas se dispare con el consiguiente riesgo, actualmente en estudio, para la población en general.

El informe también hace referencia, como no, al papel fundamental que tienen en todo el tema las organizaciones de empleadores y de trabajadores para la elaboración de políticas y programas preventivos. Los empleadores tienen la obligación de adoptar cuántas medidas de prevención y control de los riesgos sean necesarios, previa elaboración del “mapa de riesgos”, la “evaluación de riesgos” y los “controles de riesgos” y sus consiguientes revisiones.

Así pues, tanto los directivos, como los supervisores, los prevencionistas y como es lógico los trabajadores y sus representantes los sindicatos tienen un papel importantísimo que realizar mediante el diálogo social (no monólogo) y su participación efectiva en la elaboración y desarrollo de esta ingente tarea.
Los trabajadores y sus organizaciones representativas (sindicales) tienen el deber y el derecho a participar activamente en la proposición, elaboración, aplicación y control de las políticas de prevención que se lleven a término en la empresa en la que laboran.

En nuestro caso el  Perú, así se contempla en la reciente, por lo tanto vigente y moderna ley Nº 29783 “LEY DE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO” y su correspondiente Reglamento que la desarrolla.
Otro día hablaremos amplia, profunda y detenidamente del contenido de dicha ley y de la aplicación de su interesantísimo Reglamento.
Así sea.
El Vigía. 
  

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