lunes, 28 de diciembre de 2015

ARTÍCULO: EL PINOCHO DE ANCASH


A lo largo de nuestra infancia nuestros mayores nos han contado innumerables aventuras, historias, fábulas o cuentos que nos dejaban con la boca abierta y con ganas de seguir escuchando otras nuevas   
 Uno de aquellos cuentos,“ Las aventuras de Pinocho” , en principio publicado en un periódico italiano (1882- 1883) y escrito por Carlo Collodi, seudónimo del escritor Carlo Lorencini, narraba las continuas peripecias de un muñeco de madera, que cobrando vida, se enfrenta a distintas realidades de su entorno. Al parecer su autor no tenía la intención de hacer una obra para niños dadas las reiteradas escenas violentas que aparecen en la versión original. Las versiones posteriores aparecen con bastante menor dramatismo. Diversas investigaciones sobre la obra conducen a pensar que la influencia de la masonería fue real, tanto en el autor que era masón, como en el personaje principal, Pinocho, con sus actitudes basadas alegóricamente en la verdad el honor y la virtud. Lo que trasciende en los lectores infantiles, en los más pequeños, es el hecho de que a Pinocho le fuera  creciendo la nariz según iba mintiendo. Esa es la premisa más destacada que permanece en las mentes infantiles y con la que el bueno de Pinocho pasó a la historia. Los dichos: ”Mientes más que Pinocho” o “Si mientes te crecerá la nariz como a Pinocho” han pasado a la posteridad.
Pues bien, a modo de introducción he hecho mención al Pinocho que todos conocemos para seguidamente dar paso, pues aparece en escena uno nuevo, actual y diferente,  que es muy posible deje pequeño no solo en su tamaño de nariz, sino en el tamaño de sus mentiras  al Pinocho original. Y digo esto pues recientemente al ver su nueva imagen,º se puede apreciar como su apéndice nasal se ha desarrollado y dado lugar a una nariz diferente, más larga, puntiaguda, y que parece más propia de un payaso que de un representante de la soberanía popular. Tamaño, sin duda alguna, originado por sus mentiras que resultan abultadas y fáciles de comprobar. El nuevo Pinocho, muy modesto él, y cuyo nombre no hace falta mencionar, por hallarse en la mente de todos, pretendió justificar sus públicas acciones mintiendo descaradamente ante la población. Así, en una votación congresal en la que se debía determinar el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de dos congresistas ancashinos, a petición del Poder Judicial, acusados por el Ministerio Público de los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir, receptación, violencia contra la autoridad y encubrimiento real, uno de ellos, y el otro con los mismos delitos excepto el último, resultó que nos dijo que él se había abstenido en la votación por motivos de “Estar haciendo una jugada política” y “por motivos de estrategia”. Más tarde se supo que no había sido tal su votación pues en un caso votó en contra del levantamiento de la inmunidad parlamentaria y en el otro se abstuvo. O sea mintió, como lo hacía el Pinocho original, pero con la diferencia de que la desfachatez de éste llegó al extremo de la insensatez, la incongruencia y la impertinencia. Y los calificativos aplicados son fácilmente comprensibles pues de insensato es decir algo que no se ajusta a la veracidad de la realidad y que resulta fácilmente comprobable, como así fue; de incongruente es decir que se trataba de” una jugada política”, a lo que hay que preguntar: cuál era esa jugada? y qué fin tenía?. Sin proporcionar respuesta. Y finalmente lo impertinente que resulta la actuación de un señor que deja a la libre interpretación de la gente, sus representados, su auténtica y real actuación, haciendo que más de uno, no solo se sienta defraudado sino simple y llanamente “chuleado”.
Lo más grave se produce al final, cuando al nuevo Pinocho, volvió a crecerle la nariz un palmo, y pretendió atribuirse la solicitud de Reconsideración de la votación efectuada en la que ambos congresistas habían sido “inmunizados”. En realidad habían sido otros dos congresistas los que habían hecho la solicitud por escrito para levantarles su inmerecida inmunidad. Cosa muy diferente a su adhesión posterior al carro de los reclamantes.  
Y para colmo de los colmos uno de ellos una vez “inmunizado” ha visto reforzada su posición al ser nombrado, y esto ya mueve a la carcajada, a la Presidencia de la Comisión de Educación del Congreso, en sustitución del anterior Presidente, actualmente cesante y padre legislativo de la nueva Ley Universitaria. Así, con este nuevo ejemplar al frente no es de extrañar el sentido en el que podrá evolucionar nuestra Educación. Lamentable.
A la vista de lo visto, habrá que esperar a la Reconsideración de una nueva votación para ver nuevo resultado. Aunque las esperanzas quedan bastante disminuidas ante las expectativas de lo que pueda acontecer, pues el espíritu de cuerpo, vergonzosamente sigue vigente. Lo más razonable aunque sin duda quimérico será pensar que habrá que esperar a la finalización de la legislatura para que los señores congresistas imputados queden convertidos en simples civiles sin revestimiento ni protección especial alguna y puedan afrontar los serios cargos que se les imputan en el caso Centralita. Sin lugar a duda alguna, ambos, tarde o temprano tendrán que rendir cuentas ante la Justicia, aunque por ahora vayan sorteándola. Inexorablemente tendrán que afrontarla.
En lo que se refiere al protagonista de este artículo lo único que me queda es vaticinarle el fin de su estancia parlamentaria al menos por la circunscripción de Ancash. No hará falta recordar que la mentira está considerada como una de las faltas políticas más graves en democracia. Y el alto precio que se paga por llevarla como compañera es la destitución o la no reelección. Lo mismo que traicionar los principios que persiguen la corruptela y el amiguismo. Bastantes errores se han cometido recientemente en la elección de nuestros representantes para continuar reincidiendo. Es hora de empezar a corregir.
Moraleja: “ La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema. (Woody Allen)
Así sea.
EL VIGÍA.      

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario