viernes, 11 de diciembre de 2015

ARTÍCULO: SITUACIONES INUSUALES.

SITUACIONES INUSUALES
En algunas ocasiones nos toca vivir o ser testigos de acontecimientos que resultan inusuales por no decir extraños, jocosos y a veces hasta disparatados. Y en algunos casos provocan hilaridad, en otros perplejidad, y  llegando incluso a provocar molestia y desconcierto.
Todo esto junto es lo le provocó a un padre de familia que acompañó junto a su esposa a su pequeño hijo de seis años, a la consulta del otorrino del Hospital III de Laderas del EsSalud. Al intentar explicar al Doctor el motivo de la visita (reiterado sangrado nasal del pequeño), el galeno de forma cortante indicó al padre que en esa consulta el papá sobraba y que se retirara para que fuera la madre, que según dijo, era la que cría a los hijos, la que explicara lo que ocurría con el pequeño. Aquel padre explicó que su esposa, por diferentes motivos no conocía todos los antecedentes médicos del pequeño, a lo que haciendo oídos sordos volvió a insistir en que el padre se retirara, y que eso no lo decía él sino que era una norma del hospital. Recalcó, que era una norma del hospital. Tras rebatirle tal afirmación el padre permaneció firme, de pie, ante la mesa de aquel elemento, y pensó que debía tener un mal día, diciéndole claramente que no iba a retirarse sino a explicarle minuciosamente los males que aquejaban al pequeño y que ahora ya no solicitaba sino exigía  su diagnóstico y pronostico correspondiente. El padre explicó minuciosamente los antecedentes del niño. El médico a regañadientes y tras hacer reiteradas recomendaciones matrimoniales que no venían al caso, examinó al niño, y dio su dictamen: cirugía. Los padres salieron anonadados de aquel consultorio donde habían sido maltratados, pensando en denunciar al impresentable que les había atendido. Ni que decir tiene que el niño no volvió a ser visitado por aquel elemento .Más tarde los papás supieron que era de dominio público el mal carácter de aquel hombre y la continuada pérdida de pacientes que tras una primera consulta no repetían. Casos como este existen, sin duda son conocidos por su reiteración. Su existencia es responsabilidad del Centro, y no debe ser necesaria la denuncia de parte para que la Dirección actúe responsablemente ante el mal servicio proporcionado por personas agriadas y maleducadas, repito, sin duda conocidas, y que desprestigian a la Institución. Institución que no es benéfica sino  que pagamos todos los afiliados. Para terminar les diré que aquel papá era el mismo que les escribe estas líneas.
Otra situación inusual que en principio produce hilaridad, pero sobre todo el resto de lo dicho en un principio, es el de la señora diagnosticada por el mismo hospital anterior con “una dilatación de la próstata”. Eso al menos es lo que aparece en el informe emitido y recibido en otro hospital de Lima, que es donde se ha dado la señal de alarma. Imagínense ustedes a la paciente, nunca mejor dicho, aquejada realmente de un cáncer de tiroides, buscando su próstata por todas partes y ella sin encontrarla, por mucho que se miraba y se pudo hacer  mirar. Pero lo más grave se ha evitado casualmente  gracias a que el diagnóstico emitido corresponde a un hombre y no puede ser el de una mujer. Pensemos por un momento que el paciente hubiera sido un hombre. El desaguisado hubiera sido mayúsculo. Pero eso sí, dicen que ha sido un error de “TIpeo”. Pues la recomendación es que reciclen al  susodicho ”tipo”, que lo ha originado, ya que las cosas no suceden solas. Que subsanen el error que continúa sin arreglarse, que está complicando la vida y el tratamiento de la señora. Ahora dejemos por un ratito al EsSalud, que se oxigene, que buena falta le hace y pasemos a otra cosa, por ejemplo a la Justicia.
Ahora parece ser que los trabajadores judiciales, que están de huelga por problemas ajenos al ministerio de Justicia, como son sus reivindicaciones laborales y económicas, se arrogan el determinar quién entra y quién puede o no actuar en la sede judicial. Sede que muy a su pesar debe permanecer abierta a cuantos ciudadanos deseen entrar en sus instalaciones, y ya no digamos si son abogados, litigantes, fiscales o jueces. Este problema, cual es el de cerrar e impedir la entrada a ciudadano, a juicios públicos que se están celebrando por las tardes, aduciendo que el horario es hasta las 16,30h viene a reflejar una situación deplorable y permitida por la Corte, que no habilita las medidas adecuadas para su subsanación. O sea que ahora son unos ciudadanos, que haciendo uso torticero de su derecho a la huelga, los que dicen qué juicio se lleva a término y cuál no, cuando la sociedad en su conjunto está demandando agilidad y prontitud en la resolución de unos casos emblemáticos que se hallan en riesgo de volver a fojas cero. Y también insólito resulta ver a la máxima autoridad de la Corte desfilando en la manifestación con los huelguistas. No por la mayor o menor solidaridad personal que es muy libre de tener y manifestar sino por la imagen pública de acompañamiento mostrada que viene a ser similar a la realizada no hace mucho tiempo por un coronel de la PNP que para congraciarse con los huelguistas que interceptaban un puente se puso de su parte y departió con ellos amigablemente. La prudencia siempre es un grado pero a veces puede confundirse con la debilidad.
También resulta inusual y aparentemente oportunista que un padre de la patria, por más señas representante de esta región, haya solicitado la intervención del Gobierno Regional de Ancash por su “baja ejecución presupuestal “ y formar un” Consejo de Administración Transitorio”. El congresista sabe perfectamente que adoptar tal medida además de antidemocrática es inconstitucional y por lo tanto abocada al fracaso. Como también lo era la solicitud del estado de emergencia o excepción de la semana pasada.
Y finalmente resulta muy pero que muy inusual, más bien insólito, que una pistola metida en un sobre lacrado se convierta en una llave de ruedas, pues no parece muy creíble que el cañón se haya estirado tanto y la culata encogido, para dar lugar a una nueva herramienta. Da la impresión que una de dos o la fiscal nos está tomando el pelo o se lo están tomando a ella, que es la responsable de la guarda y custodia de la teórica arma. Arma que si no aparece no hay delito y por lo tanto delincuente. Y no hago más comentario.
En fin, demasiadas situaciones inusuales.
Moraleja:” Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió”.
Así sea
EL VIGÍA.


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