lunes, 28 de diciembre de 2015

ARTÍCULO: PROBLEMAS JUDICIALES.


Los problemas a que pretende hacer referencia este artículo no solo van en la dirección de los que se refieren a los casos emblemáticos en los que se ven reflejados por activa o por pasiva nuestras primeras autoridades locales o regionales, léase Centralita, Samanco, Municipalidad del Santa etc, etc a las que más tarde haré referencia, y que por lo tanto afectan a los ciudadanos,  sino también a los que directamente se refieren a la propia Institución de la Justicia. Empezaré por esta última.
Según datos oficiales proporcionados por el propio Poder Judicial, mediante su Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), se adelantan unos datos alarmantes sobre la realidad de las conductas funcionales de sus mismos empleados , jueces y auxiliares. En el presente año 2015 se sancionaron a 2.326 Servidores Judiciales, de los que 669 eran jueces y el resto 1.657 auxiliares. De ese total de jueces, 378 fueron amonestados, 222 multados, 26 con propuesta de destitución y 43 suspendidos. Entre los auxiliares, 1.119 amonestados, 476 multados, 46 con propuesta de destitución y 16 suspendidos. Para hacernos una idea de la magnitud del problema bastará decir que en la actualidad el Poder Judicial cuenta con un total de unos 2.700 jueces, por lo que una cuarta parte de sus miembros son los afectados, siendo sus faltas más repetidas los retardos  y los actos de corrupción. En el año anterior, 2014, se sancionaron a 1.055 magistrados y 2.140 auxiliares lo que hace un total de 3.195 funcionarios. Estos datos reflejan bastante fielmente la calidad de algunos jueces  y los subalternos que les asisten. Voces muy autorizadas resaltan lo muy preocupante que resulta que tantos funcionarios hayan sido sancionados ya que afecta a la imagen y credibilidad de la Institución. Si a estos datos se añadieran los correspondientes al Ministerio Público y a la Policía Nacional obtendríamos una fotografía bastante exacta del sistema de Administración de Justicia del que disponemos. Y todo lo dicho anteriormente sin haber nombrado la reciente huelga de auxiliares que ha paralizado prácticamente la vida judicial con sus correspondientes miles de expedientes atrasados en su resolución. Con todo lo dicho anteriormente el lector podrá hacerse una idea bastante aproximada de la situación real que atravesamos y a la que convendrán habrá que poner coto con urgencia.
Como decía al principio, independientemente de los problemas internos que arrastra la Judicatura, están los que llegan al ciudadano mediante los juicios que están por celebrarse y que por su relevancia hacen que aquel esté pendiente de su resolución en uno u otro sentido. Así el ciudadano se pregunta cómo van evolucionando casos emblemáticos como el de la Centralita. Sin duda, caso muy complejo, más bien complejísimo, no solo por su envergadura sino también por la alarma social originada. A estas alturas decir o insinuar que la Centralita se cae o que no hay nada delictivo en ella es lo mismo que decir que el asesinato de Nolasco es mentira, que el sicariato apareció por generación espontánea, que el diezmo era una “propina” voluntaria, que los seudo periodistas “adoraban al César” y que los millones y millones de soles del contribuyente estafados y desaparecidos de las arcas de Ancash se “volatilizaron” sin saber cómo. Hace falta ser muy deficientes para intentar hacer comulgar con ruedas de molino al hombre de la calle, que sabe perfectamente que el hecho de que se haya archivado el presunto cohecho del caso del primer atentado contra Nolasco no tiene ninguna relevancia en el caso Centralita donde se dilucidan por ahora, la presunta asociación ilícita para delinquir, el peculado y el lavado de activos de una colección de presuntos delincuentes, unos de altos vuelos y otros de vuelo corto. Se hace circular la versión de que los principales implicados pasarán las Navidades en casa, pero se guardan mucho de decir las de qué año. Y es que lamentablemente para los afectados la estancia en prisión, puede ser bastante larga. Muy larga. Así que, aun contando con la presunción de inocencia, no conviene minimizar el caso y crear falsas expectativas que además sirven para incrementar las dudas ya de por si elevadas del siempre incrédulo contribuyente.
Lo mismo ocurre con el caso por malversación de fondos del actual alcalde y anterior alcaldesa junto a dos empleados en la primera gestión de la llamada “tía Vicky”, en la que utilizaron indebidamente 20 millones de soles destinados  a una obra de pistas y veredas del programa “Mi barrio” en financiar obras de saneamiento del programa “Agua para todos”. El caso lleva ya seis meses de proceso con parones e interferencias continuadas y con una sentencia incierta para muchos, cuando la realidad es clara. Se cometió delito pues se transgredió la ley, aunque aparentemente no se causó daño, pues finalmente la obra original se cumplimentó. Pero aquí lo que se juzga es si pueden utilizarse los dineros de una cosa en otra. Y la Ley dice que no. Rotundamente no. Otra cosa es que la sentencia contemple atenuantes y/o sea suspendida hasta su revisión, cosa que parece haberse puesto de moda ultimamamente. Por lo que me hace pensar  que difícilmente el alcalde actual pueda quedar libre de ocupar futuros cargos públicos municipales. Y de no ser así, felicidades. En mi opinión aquí nadie está queriendo lavarse la cara, frase repetidamente mentada por el Ilmo Sr. Alcalde.
Finalmente el caso Samanco ha hecho estremecer a la opinión pública no sólo por la barbarie cometida con autoridades inocentes sino por el contenido y desenlace presumible, en el que aparecen presuntamente involucradas otras autoridades. Me ha llamado poderosamente la atención las vivencias anteriores y posteriores a la consecución del asesinato confesadas por el autor, menor de edad. Sus problemas escolares, sus problemas paterno filiales, su huida de casa por conflictos internos, el engaño que sufre en su contratación, los dineros del “contrato”, su posterior huida a Tumbes al enterarse que han puesto precio a su cabeza sus contratantes, y su posterior entrega, que no captura, tras ser convencido por un policía familiar que lo lleva ante la PNP. Es verdaderamente alucinante. Aquí habría que pararse a reflexionar ampliamente en aspectos como la educación, el poder, la familia, y en la ausencia de valores sociales éticos y morales.
Moraleja: “ Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía” (Séneca)
Así sea.

EL VIGÍA.           

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