domingo, 17 de julio de 2016

ARTÍCULO: ABERRANTE ABERRACIÓN


Sin duda que pasar del todo a la nada debe resultar bastante difícil. No ocurre lo mismo al pasar de la nada al todo. Me explicaré. Cuando alguien ha gozado de todos los poderes y parabienes  y de pronto los pierde y se queda sin ellos el shock sufrido debe ser de campeonato. En cambio quien quedó huérfano de todo y de pronto se encuentra acomodado en la abundancia del poder debe sentirse pletórico. Este caso, en un sentido y otro puede aplicarse a la señorita Victoria Espinoza García, convicta y repentinamente absuelta, que ha vivido en sus propias carnes experiencias de ese tipo. Así, de encumbrarse por segunda vez como máxima autoridad local, pasó a la clandestinidad al ser condenada según repetidas sentencias, y ser considerada como un vulgar chorizo al igual que su ex amancebado señor Wuilmer Agapito por el delito de enriquecimiento ilícito. Feas y traumáticas vivencias las suyas. Sin duda que vivir a salto de mata endurece y mortifica por lo que conlleva el hecho en sí mismo. Por otra parte, a la inversa, pasar de la nada al todo también requiere acomodación, y de ser un proscrito delincuente con recompensa por su captura a una solemne autoridad hay un largo trecho que superar, si bien todo se hace mucho más dulce y llevadero. Y en esas está la doña, por ahora a la espera de su pública reincorporación.
Todo cuanto acontece a la señorita Espinoza es producto de una vida dedicada a ocupar cargos públicos en la administración local. Según ella, para laborar en beneficio del pueblo, y según gran parte de éste para el suyo propio. La verdad sea cual sea es que su vida ha sido aporreada por los vaivenes a los que se ha visto sometida. Desde el encumbramiento a los más altos lugares sociales como es la representación de todo un pueblo, al ocultamiento propio,  como es tener que declararse prófuga de la justicia y esconderse para no terminar con sus huesos en la cárcel. Y la vida continúa. Y con gran fortuna por su parte. Y no me refiero a la económica, pues según el más alto tribunal de justicia del país no se ha enriquecido, ya que en sus cuentas no se le ha detectado incremento patrimonial sustancial. Y si ese tribunal lo dice, así queda escrito a todos los efectos, aunque la gente de criterio no se lo crea. La fortuna a la que me refiero es la de la diosa fortuna,  la de la suerte. Porque nadie podrá negar que encontrar en su camino al brillante magistrado Villa Stein ha sido una gran suerte. Una grandísima suerte para ella. Por poco no lo pilla, pues pronto se jubilará para entre otras cosas disfrutar de la paz y tranquilidad del retiro que le proporcionarán sus cuantiosos bienes, como son sus apartamentos en zonas exclusivas de Lima y Miami (EEUU) ganados tras años de esfuerzo y dedicación, además de sus negocios hoteleros. Claro que con la sentencia dictada la suerte no le afecta únicamente a la señorita Espinoza y a su ex pareja, al quedar nada menos que absueltos de las condenas dictadas anteriormente, sino que al sentar jurisprudencia, beneficiará a otros muchos presuntos golfos sinvergüenzas que podrán acogerse a aquello de que si no me lo encuentran es que no me he enriquecido, aunque lo tengan mis allegados, que al no ser funcionarios no se les puede aplicar la tipificación de enriquecimiento ilícito. Como digo, encontrar en su camino procesal a D. Javier ha resultado de gran efectividad para los dos condenados, repito, ya absueltos y libres de polvo y paja, pues encontraron ampliamente lo que ellos buscaban. Ya en los juicios iniciales manifestaron su exagerado afán denigratorio hacia el Ministerio Público, así como las falsedades documentales ante los Registros Públicos al aparecer como casados, cuando sólo estaban amancebados. Para finalmente, acudir a un juicio de casación en el que la solicitud presentada por los condenados fue declarada inadmisible por  sus defectos de forma, pero aceptada de oficio por la “benevolencia” del Tribunal en la necesidad de sentar unos principios doctrinales y de jurisprudencia, y finalmente resultar una inesperada absolución de los procesados. Cuando lo más lógico, pienso, es que una vez detectados los posibles errores procesales, sentar doctrina, y devolver el juicio a sus originarios para su continuación y posterior finalización.  Insisto, suertuda esta Vicky y brillantísimo D.Javier y sus ecuánimes colegas, al dar por válida entre otras cosas la nueva teoría económica denominada  ”Pollada financiera” , que como el lector recordará fue dada a conocer en este juicio por dos trabajadores sancionados de la Corte, que emitieron el nunca mejor dicho y “cacareado” informe “pericial”, que resultó no ser tal, según el cual en una contabilidad financiera sólo deben contabilizarse las ventas pero nunca los gastos. Como lo leen.
No me dirán ustedes que no es para sentirse eufórica ante los resultados obtenidos teniendo en ciernes sendos juicios, el primero hoy lunes 18, el del caso “Nehalem”, hasta ahora suspendido cuatro veces, quizá esperando su (por algunos conocida) absolución. Seguidamente el de los ”Semáforos inteligentes” y a los que por estar en libertad debe asistir. Que sin duda hará, pues es el momento óptimo para hacerlo y sentir el refuerzo de la proximidad de sus seguidores. Aunque bien pensado, lo acontecido quizá le aconseje el máximo recato en sus celebraciones y manifestaciones públicas pues la prudencia en estos momentos sería lo más recomendable.  
Por otra parte quedan los jueces que anteriormente realizaron su función jurisdiccional con dedicación, profesionalidad y bien hacer, diga lo que diga esta nueva sentencia que acataremos en todos sus extremos, faltaría más, y que dados los tintes y olores que presenta no puede ni debe afectarles profesionalmente. Y digo tintes porque no se la ve con claridad, y con olores porque resultan demasiado fuertes. Y es que sobre colores y olores está todo por escribir. Como también sobre las aberrantes aberraciones que se cometen en algunas sentencias. Así de sencillo.
Finalmente, rectificando una explicación dada por la señorita Espinoza en su presentación pública del pasado viernes tarde, aludiendo a Dios como único hacedor de su inocencia, decirle que de mayor humildad hubiera sido achacarlo a la notoria destreza desarrollada en este caso por los patrones de las causas perdidas: Santa Rita de Casia, San Judas Tadeo, Santa Filomena y San Gregorio Taumaturgo, sin cuya intercesión masiva hubiera sido imposible lo conseguido, que cabe calificar casi como milagroso. Amén.
Para una mejor asimilación y comprensión esperamos  poder leer el contenido completo de esta sentencia en su próxima publicación.
Moraleja: “Nunca segundas partes fueron buenas”( Miguel de Cervantes)
Así sea.

El Vigía

No hay comentarios:

Publicar un comentario