Sin
duda que pasar del todo a la nada debe resultar bastante difícil. No ocurre lo
mismo al pasar de la nada al todo. Me explicaré. Cuando alguien ha gozado de
todos los poderes y parabienes y de
pronto los pierde y se queda sin ellos el shock sufrido debe ser de campeonato.
En cambio quien quedó huérfano de todo y de pronto se encuentra acomodado en la
abundancia del poder debe sentirse pletórico. Este caso, en un sentido y otro
puede aplicarse a la señorita Victoria Espinoza García, convicta y repentinamente
absuelta, que ha vivido en sus propias carnes experiencias de ese tipo. Así, de
encumbrarse por segunda vez como máxima autoridad local, pasó a la
clandestinidad al ser condenada según repetidas sentencias, y ser considerada como
un vulgar chorizo al igual que su ex amancebado señor Wuilmer Agapito por el
delito de enriquecimiento ilícito. Feas y traumáticas vivencias las suyas. Sin
duda que vivir a salto de mata endurece y mortifica por lo que conlleva el
hecho en sí mismo. Por otra parte, a la inversa, pasar de la nada al todo
también requiere acomodación, y de ser un proscrito delincuente con recompensa
por su captura a una solemne autoridad hay un largo trecho que superar, si bien
todo se hace mucho más dulce y llevadero. Y en esas está la doña, por ahora a
la espera de su pública reincorporación.
Todo
cuanto acontece a la señorita Espinoza es producto de una vida dedicada a
ocupar cargos públicos en la administración local. Según ella, para laborar en
beneficio del pueblo, y según gran parte de éste para el suyo propio. La verdad
sea cual sea es que su vida ha sido aporreada por los vaivenes a los que se ha
visto sometida. Desde el encumbramiento a los más altos lugares sociales como
es la representación de todo un pueblo, al ocultamiento propio, como es tener que declararse prófuga de la
justicia y esconderse para no terminar con sus huesos en la cárcel. Y la vida
continúa. Y con gran fortuna por su parte. Y no me refiero a la económica, pues
según el más alto tribunal de justicia del país no se ha enriquecido, ya que en
sus cuentas no se le ha detectado incremento patrimonial sustancial. Y si ese
tribunal lo dice, así queda escrito a todos los efectos, aunque la gente de
criterio no se lo crea. La fortuna a la que me refiero es la de la diosa
fortuna, la de la suerte. Porque nadie
podrá negar que encontrar en su camino al brillante magistrado Villa Stein ha
sido una gran suerte. Una grandísima suerte para ella. Por poco no lo pilla,
pues pronto se jubilará para entre otras cosas disfrutar de la paz y
tranquilidad del retiro que le proporcionarán sus cuantiosos bienes, como son
sus apartamentos en zonas exclusivas de Lima y Miami (EEUU) ganados tras años
de esfuerzo y dedicación, además de sus negocios hoteleros. Claro que con la
sentencia dictada la suerte no le afecta únicamente a la señorita Espinoza y a
su ex pareja, al quedar nada menos que absueltos de las condenas dictadas
anteriormente, sino que al sentar jurisprudencia, beneficiará a otros muchos presuntos
golfos sinvergüenzas que podrán acogerse a aquello de que si no me lo
encuentran es que no me he enriquecido, aunque lo tengan mis allegados, que al
no ser funcionarios no se les puede aplicar la tipificación de enriquecimiento
ilícito. Como digo, encontrar en su camino procesal a D. Javier ha resultado de
gran efectividad para los dos condenados, repito, ya absueltos y libres de
polvo y paja, pues encontraron ampliamente lo que ellos buscaban. Ya en los
juicios iniciales manifestaron su exagerado afán denigratorio hacia el
Ministerio Público, así como las falsedades documentales ante los Registros
Públicos al aparecer como casados, cuando sólo estaban amancebados. Para
finalmente, acudir a un juicio de casación en el que la solicitud presentada
por los condenados fue declarada inadmisible por sus defectos de forma, pero aceptada de
oficio por la “benevolencia” del Tribunal en la necesidad de sentar unos
principios doctrinales y de jurisprudencia, y finalmente resultar una
inesperada absolución de los procesados. Cuando lo más lógico, pienso, es que
una vez detectados los posibles errores procesales, sentar doctrina, y devolver
el juicio a sus originarios para su continuación y posterior finalización. Insisto, suertuda esta Vicky y brillantísimo D.Javier
y sus ecuánimes colegas, al dar por válida entre otras cosas la nueva teoría
económica denominada ”Pollada
financiera” , que como el lector recordará fue dada a conocer en este juicio
por dos trabajadores sancionados de la Corte, que emitieron el nunca mejor
dicho y “cacareado” informe “pericial”, que resultó no ser tal, según el cual en
una contabilidad financiera sólo deben contabilizarse las ventas pero nunca los
gastos. Como lo leen.
No
me dirán ustedes que no es para sentirse eufórica ante los resultados obtenidos
teniendo en ciernes sendos juicios, el primero hoy lunes 18, el del caso “Nehalem”,
hasta ahora suspendido cuatro veces, quizá esperando su (por algunos conocida)
absolución. Seguidamente el de los ”Semáforos inteligentes” y a los que por
estar en libertad debe asistir. Que sin duda hará, pues es el momento óptimo
para hacerlo y sentir el refuerzo de la proximidad de sus seguidores. Aunque
bien pensado, lo acontecido quizá le aconseje el máximo recato en sus
celebraciones y manifestaciones públicas pues la prudencia en estos momentos
sería lo más recomendable.
Por
otra parte quedan los jueces que anteriormente realizaron su función
jurisdiccional con dedicación, profesionalidad y bien hacer, diga lo que diga
esta nueva sentencia que acataremos en todos sus extremos, faltaría más, y que dados
los tintes y olores que presenta no puede ni debe afectarles profesionalmente. Y
digo tintes porque no se la ve con claridad, y con olores porque resultan
demasiado fuertes. Y es que sobre colores y olores está todo por escribir. Como
también sobre las aberrantes aberraciones que se cometen en algunas sentencias.
Así de sencillo.
Finalmente,
rectificando una explicación dada por la señorita Espinoza en su presentación pública
del pasado viernes tarde, aludiendo a Dios como único hacedor de su inocencia, decirle
que de mayor humildad hubiera sido achacarlo a la notoria destreza desarrollada
en este caso por los patrones de las causas perdidas: Santa Rita de Casia, San
Judas Tadeo, Santa Filomena y San Gregorio Taumaturgo, sin cuya intercesión
masiva hubiera sido imposible lo conseguido, que cabe calificar casi como
milagroso. Amén.
Para
una mejor asimilación y comprensión esperamos
poder leer el contenido completo de esta sentencia en su próxima
publicación.
Moraleja:
“Nunca segundas partes fueron buenas”( Miguel de Cervantes)
Así
sea.
El
Vigía
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