Pues, que quieren que les diga.
Mientras para unos huele a lavanda, para otros huele a chamusquina y en lo que
a mí se refiere a cuerno quemado. En síntesis, lo que para unos es un excelente
olor, para otros no lo es, y para el que suscribe menos. Y es que en lo que a
olores se refiere la variedad es múltiple. Así que para una mejor comprensión
pasaré a explicarme.
El pasado martes día 12, me desayunaba con una
llamada telefónica que se hacía eco de la información propalada por nuestro
actual Alcalde Sr. Julio Cortez que actuando como aparente vocero de la Corte
Suprema de Justicia en Lima, confirmaba lo que venía anunciando públicamente días
antes acerca de la más que posible absolución en el juicio de casación de su colega
de alcaldía y actualmente prófuga de la Justicia, la señorita Victoria Espinoza:
que había sido absuelta. Inmediatamente quise confirmar la noticia y rastree
las agencias de noticias, los periódicos digitales, así como diferentes medios
judiciales, y nada, no encontré absolutamente nada. Nadie sabía nada. La
primicia la tenía al parecer, el susodicho Cortez. Fue a partir del mediodía
cuando una emisora de radio local emitía la noticia, eso sí, ateniéndose a las
declaraciones del mentado alcalde, que más tarde daría una conferencia de
prensa confirmando lo adelantado e indicando que “a más tardar, el próximo
viernes la tendremos en Chimbote para hacerle el recibimiento que se merece” y
además que “esperamos que venga para hacerle entrega del despacho de Alcaldía”.
Y se daba a conocer que Wuilmer Agapito también había sido absuelto. Hasta aquí
lo noticiable del caso.
Ahora pasemos a los aromas que desprende todo esto y
que fueron percibidos en la calle a las pocas horas de su pronunciamiento,
dando por sentado la veracidad de lo dichopor el alcalde accidental. Por
supuesto que a los seguidores “caudalosos” no les olió a rosas que es un olor
propio de funerales sino a lavanda que es un aroma purificador de los sentidos
y utilizada desde la antigüedad por los romanos como hierba curativa y para
elevar sus plegarias a los Dioses, mientras los griegos la utilizaban como
perfume para sus cuerpos. Y en el Antiguo Egipto, mezclada con miel, aunque
este no es el caso todavía, para los embalsamamientos. También se ha utilizado
para los miedos en general y para encontrar paciencia, calma y tranquilidad en
los momentos más difíciles. Finalmente diré que en el aspecto espiritual de
forma tradicional ha sido utilizada una ramita colocada bajo la almohada para
alejar las pesadillas en las horas de descanso. En fin, un aroma muy adecuado
para los seguidores de la popular Vicky.
Otro aroma percibido en la calle, sobre todo por la
gente independiente, no de la corriente “caudalosa” era el de chamusquina. Olor
a chamusquina. Si, lo habrán oído nombrar. Es un mal olor, bastante
desagradable. De algo quemado, como ropa, cabello o barbas. Propio de aquellas
ocasiones en que se intuyen indicios de sospecha de que algo no va a resultar
según lo previsto. Es un olor que atufa, asqueroso, repugnante y vomitivo
propio de las épocas inquisitoriales en las que los libros eran previamente
quemados para en muchos casos seguirles en la hoguera sus autores. Además el
olor reinante similar al que puede producir la corrupción de un cuerpo
putrefacto se extendió por doquier. Al parecer provenía de la capital de la
república y su centro neurálgico de emanación los aledaños a la Corte Superior
de Justicia. Allí alguien, o algunos se había quemado. Algo había sucedido en
el lugar para que aquel nauseabundo y pestilente olor se propagara tan rápida y
largamente por la geografía nacional. Pasaron las horas y el olor continuaba.
Ha pasado el tiempo y ante la persistencia de las emanaciones es de esperar que
al que le corresponda tome cartas en el asunto y trate al menos de saber lo
ocurrido, y dar una explicación al sufrido, nunca mejor dicho, maloliente
ciudadano.
Hasta mi llegaron también esos malos olores, solo
que aumentados ya que resultaron como a
cuerno quemado, que se caracteriza por la asquerosidad resultante al quemarse el
azufre contenido en las proteínas de la queratina de un cuerno o pezuña de res.
Algo inenarrable. Aquí en nuestra ciudad Chimbote, esto de los malos olores no
es algo inusual, y aunque acostumbrados a ellos por su persistencia, estos
nuevos, son de tan elevada intensidad que resultan insoportables e
irrespirables, como nunca lo fueron los anteriores. ¡Qué pena produce esto!
Pero volvamos al caso. Resulta que lo auténticamente
insólito es que habiendo sido declarada inadmisible la solicitud de casación
por defecto en su planteamiento y castigados los procesados al pago de costas
procesales en el mes de marzo por su ineptitud, el tribunal optó por revisarlo
“para sentar jurisprudencia “. Y ahora el tribunal presidido por el juez Villa
Stein dicta sentencia absolviendo a ambos procesados y diciendo “En consecuencia no hay ningún tipo de
enriquecimiento ilícito y quien alguna vez fue su pareja no es funcionario
público, por eso no se puede aplicar la figura de enriquecimiento. Sería una
aberración jurídica inaceptable. En
consecuencia tuvimos que resolver como corresponde por razones normativas y
legales. Explicamos y aclaramos porque este no es un tema de lucha contra la
corrupción ni nada de esto, es un tema de legalidad”. Y así quedó sentada
la jurisprudencia de D. Javier Villa
Stein. Ver para creer.
Volviendo a los aromas a lavanda cabe recomendarles
a los fieles seguidores de Dña Victoria la utilización de los aceites
esenciales de dicha planta para combatir la ansiedad prolongada, el nerviosismo
crónico, dolores de cabeza, migrañas, palpitaciones y trastornos del sueño,
normalmente originados por el estrés al que pueden verse sometidos por futuros
aconteceres no muy lejanos. Aunque a la vista de lo visto con una suave
valeriana les será suficiente, mientras el resto tendremos que utilizar
máscaras de protección ante la persistente pestilencia.
Moraleja: ”La
absolución del culpable es la condena del juez” (Publio Siro)
Así sea.
El Vigía.
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