Recuerdo
que en la niñez nuestra querida madre nos reprendía diciéndonos: “¿Pero
vosotros creéis que vivís en la República de Andorra, donde cada cual hace lo
que le da la gana, o en Jauja donde todo lo regalan?. ¡No hijos no, vivís en
España, donde hay orden y respeto y hay que trabajar!” Estas palabras, bastante
extendidas en aquellos años, hacían alusión en un tiempo en el que imperaba la
dictadura fascista de Franco, a otro pequeño país, Andorra, limítrofe y fronterizo
con Francia, oficialmente republicano para más señas, y en el que la
presidencia del país era y es alternativamente compartida semestralmente por el
Obispo español de La Seo de Urgel (Lérida) y el Presidente de Francia. Su Gobierno no puede ser
considerado ni como república ni como monarquía pues consiste en un Consejo de
24 miembros, elegidos por los jefes de las familias terratenientes. Y muy a
pesar de mi madre y de cuantos tenían el mismo prejuicio de que aquello no
podía funcionar, aquel país continúa haciéndolo y además con prosperidad. Y es
que en aquellos años hablar de República en un país donde había sido derrocada
por dos veces era tabú. Andorra continúa adelante, con proyección y prosperidad
gracias a la unidad y perseverancia de sus habitantes en aspectos como el laboral
y el social. En lo referente a Jauja, era y continúa siendo una alusión también
bastante extendida, con la que se hacía referencia a las grandes riquezas en
minerales, hermosas nativas de esa población y fértil valle peruano con las que
se prometía resarcir a los navegantes en sus momentos depresivos durante la larga
travesía. Todo ello real en su existencia pero no así en su obtención.
Pues bien,
ni Jauja es lo que decían, ni tampoco Andorra. Ni en jauja regalan nada ni en
Andorra hace cada uno lo que le da la gana. Al contrario, tanto en uno como en
otro lugar, su éxito radica en la unidad de esfuerzo y trabajo de la población.
Y eso es lo que entre otras cosas ha dicho textualmente en su discurso de toma
de posesión el nuevo Presidente Pedro Pablo Kuczynski : “Pido unidad para
conseguir un país más justo y moderno”. Y en esa petición hay tres componentes
clave, unidad, justicia y modernidad.
Cuando hace
referencia a la unidad se está refiriendo a la unidad de criterio y de acción
que debe emanar de las altas instituciones del Estado. Poner palos en las
ruedas u obstáculos en el camino hace el camino emprendido difícil y a veces
hasta intransitable. Es evidente que los poderes fácticos, siempre al acecho
pueden hacer su aparición en cualquier momento, pero tratándose de quien se
trata es más difícil. Este no es Ollanta, ni dice lo que aquel. Es de esperar
que el berrinche fujimorista vaya cediendo aunque solo sea para evitar la
imagen obstruccionista y negativa que pueden dar con su cerril (no he dicho
Becerril) accionar. Accionar que debe ir en consonancia con los intereses del
país. Que no son otros que seguridad, trabajo, educación y salud.
Cuando hace
referencia a la Justicia, se infiere que lo hace ante las múltiples carencias de
que adolece el sistema judicial. Premura desesperante, con una lentitud agónica
espantosa, sentencias desproporcionadas, prevaricaciones, archivamientos
dolosos, permisividad absoluta ante actuaciones dudosas de actores judiciales,
etc. etc. En fin y sin ir más lejos tener que “comulgar con ruedas de molino”
como ha sido la reciente “doctrina “ y “jurisprudencia” emanada del Alto
Tribunal presidido por el Ilmo Sr, Villa Stein. Sentencia que todos acataremos
y ninguno (honrado) entenderá. Es necesario abordar cuanto antes las reformas
convenientes pues sin ellas continuara reinando
lo no justo, o sea lo que es injusto, la injusticia. Y aquí entra la
laboral, con despidos improcedentes, indemnizaciones incumplidas o inadecuadas,
bajas por enfermedad sancionadas, derechos insatisfechos, etc, etc.
Y en tercer
lugar su referencia a la modernidad. Perú será moderno, cuando tenga unas vías
de comunicación que sirvan para eso, para acercarse, no para matarse. Cuando el
agua corriente llegue a todas las casas para higienizarse y no enfermarse.
Cuando la educación empiece en casa y no en la calle. Cuando toda mujer sea
respetada y no acorralada, vejada o discriminada. Cuando el brevete deje de ser
tan “breve” y los conductores se conduzcan con civismo. Cuando………………….pueden
seguir ustedes.
También
anunció “una revolución social en el país” y “una reforma profunda del sistema
judicial” así como “una autoridad independiente y autónoma para combatir la
corrupción”. Un discurso de llegada y presentación en el que como era de
esperar no caben concreciones sobre cómo, y de qué manera se obtendrán los
logros, pues esa tarea explicativa atañe al presidente del Gobierno en una
próxima presentación ante el Congreso. Se trató de un corto discurso de escasos
cuarenta minutos en el que el nuevo
mandatario lanzó un guante blanco a la mayoría fujimorista, invitándola a la
distensión, pero por lo que se vio ésta continúa con mucha sangre en el ojo a
pesar del tiempo transcurrido. Y es que el áspero comportamiento hacia el nuevo
Presidente por parte de los que ostentan la mayoría parlamentaria, se patentizó
durante todo el acto de investidura. Es de esperar que la herida cicatrice y se
cumpla la palabra dada por la Presidenta del Congreso de que no serán
obstruccionistas. Aunque el ideal para obtener aquello de la “unidad para
conseguir un país más justo y moderno” pasa ineludiblemente, como no podría ser
de otra manera, por la inclusión sumatoria de los restantes representantes del
casi cincuenta por ciento de los votantes peruanos. Legisladores a los que
hacia el final de su alocución volvió a solicitar su apoyo a las propuestas
legislativas que su gobierno presentará en breves días. Y que ya alguna voz
discordante, llamada Chacón, ha negado incluso sin oír a los ministros.
El centro
sustantivo de su discurso, la “revolución social en el país” vino sustentado en
al acceso generalizado de la población a servicios como agua potable y
saneamientos que generarán puestos de trabajo; educación pública gratuita y de
calidad con la obligatoriedad del deporte y las artes; mejoras en los servicios
de salud evitando la masificación; infraestructuras para el desarrollo de las
regiones con la consiguiente creación de empleo; reducción del IGB en un punto
a partir de Enero del 2017, con tributación especial para las medianas y
pequeñas empresas y finalmente transparencia absoluta en la lucha total contra
la corrupción, discriminación e inseguridad ciudadana.
Ese “país
más justo y moderno” también significa “ser honesto y no corrupto” e hizo
referencia a la “recuperación de mucho dinero para el presupuesto de todos” haciendo
clara referencia a los cerca de cincuenta millones de Dólares, congelados en
bancos suizos, robados y depositados por Montesinos. Se comprometió a liderar
la lucha anticorrupción y no permitir a sus funcionarios caer en la indignidad
de la corrupción y “quién falle acabará ante la Justicia, la cual debe ser
profundamente reformada”. Esta alusión de pasada a la reforma de la Justicia es
la contemplada en su programa electoral en el que se hace referencia a la
reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, pieza clave de la judicatura.
Finalmente
hay que destacar la buena forma física y excelente humor mostrado por el nuevo
presidente en su jornada inaugural en la que sus pasos de baile durante su
recorrido, su concierto con flauta dulce, y sus atenciones con su esposa e
hijas sin olvidar el besamanos a la presidenta Salgado, nos mostraron a un
caballero en toda regla, que se ha permitido soñar por un día en cómo quiere
ver al Perú en el Bicentenario del 2021:”Un país unido justo y moderno”. ¡Que
se cumplan sus sueños y todos lo veamos!
Moraleja:
“Gustan más los sueños del futuro que las historia del pasado”
(Thomas
Jefferson)
Así sea
El Vigía
No hay comentarios:
Publicar un comentario