Tras las Votaciones Regionales del pasado día 5 y
después de dos semanas transcurridas se confirman los datos de los que
dispusimos los ciudadanos cuarenta y
ocho horas después de terminar los comicios. Es decir ninguno de los candidatos
obtuvieron el mínimo (30%) necesario para proclamarse vencedor absoluto. El
primero sumó por encima del 18% y el segundo sobre el 17%. Resultados
escuálidos, de los más bajos obtenidos ese día en las diversas votaciones de
todo el Perú, y lógicos dado el elevado número (18) de aspirantes y su general
falta de liderazgo. Liderazgo, como digo, muy limitado pues en general salvo
raras excepciones, se trata de agrupaciones o movimientos “políticos”, creados
ex profeso para acudir a las urnas, sin contenido ni trayectoria y arraigo en
el tiempo, alrededor de un personaje que en muchos casos representa el
egocentrismo y las ansias de poder desmedidas. O sea, nada que ver con los
partidos políticos tradicionales con sus idearios y líderes que tanto se
necesitan en momentos decisivos.
Con estos resultados se ha propiciado el acceso
obligatorio a una segunda vuelta de los dos primeros candidatos calificados, de
los que ahora sin necesidad de ese 30% del total de votos saldrá el nuevo
Presidente Regional. Presidencia al parecer, y al número de candidatos me
remito, bastante apetecible. ¿Será porque su amor y desprendimiento hacia los
habitantes de esta Región prima sobre todas las cosas? ¿Será que quienes tan
desinteresadamente se presentan son unos masoquistas que tienen ganas de sobresaltos,
problemas, críticas, insomnio, quebraderos de cabeza, y mucho trabajo un día sí
y otro también? ¿O quizá será por su desconocimiento de la realidad que pisan y
creen que las cosas pueden continuar como hasta hora en la que todo iba manga
por hombro y cada gestor ha hecho lo que le ha dado la gana?¿O acaso su
participación es para, si hay suertecilla, medrar, aparentar, presumir y a poco
que pueda enriquecerse como han hecho los que les han precedido?. Sea lo que
fuere su falta de liderazgo está fuera de toda duda.
Nuestra región, Ancash, ha sufrido y continúa en
estado de shock, convulsionada por la actuación presuntamente delictiva de unos
desaprensivos e inútiles y con la
inquietud y desasosiego lógico propiciado por todo lo acontecido
recientemente. A esta sociedad, poco formada y concienciada políticamente sólo
le faltaba ser testigo de las tropelías y barbaridades sufridas. De ahí esa
resignación que expresa el lamentable “roba pero hace obras”. Esta sociedad
está saturada, harta de ver cosas y actos funestos y necesita un cambio, o para
que mejor se entienda, necesita ir empezando a pensar en POSITIVO. Aunque la
realidad es oscura, necesita que se le vaya diciendo que al fondo de vislumbra
luz; que hay soluciones; que unidos podemos encontrar el camino; que hay que
confiar en el trabajo, el esfuerzo y la dignidad de todos; que el nuevo
Presidente de la Región va a ser controlado y apoyado, al mismo tiempo que exigido
y ayudado por todos. En fin, es fundamental ir trasladando el mensaje de que
hay que ir pensando en POSITIVO. Si no lo hacemos así no hay salida, ninguna
salida. En los momentos delicados como el que atravesamos no cabe inhibirse ni
dormirse. Y menos todavía pensar en negativo. Quienes tienen que empezar a cambiar sus formas son esos agoreros que
dicen: “W es peor que G” o también “Si G es malo, W es peor”, cundo pensando en
POSITIVO deberían decir “G posiblemente sea mejor que W” o viceversa. Es así de
sencillo. Lamentablemente esos agoreros son los que han participado
democráticamente en las elecciones y tras no haberse clasificado, continúan
mirándose al ombligo, perdiendo su sentido democrático e invitando al
electorado a manifestar su contrariedad ejerciendo el voto viciado. Es hora de
que dejen de mirar tan bajo, levanten sus cabezas, eleven sus miras, recuperen
su sentido democrático y empiecen a pensar en POSITIVO. Pensar, que disgregando
fuerzas se pierde energía y ahora es cuando más unido debe estar el electorado
para no perderla al empezar esta nueva travesía.
Pensar en POSITIVO es ahora imprescindible. Y quien
así piense emitirá su Voto POSITIVO, inclinándose por una u otra opción. Hay
que dejar muy claro que el voto viciado, aunque admitido, no es Institucional
pues la democracia se basa en el Voto POSITIVO ya que sin él la sociedad no
puede avanzar. Y más cuando se trata de una segunda vuelta electoral, en la que
quienes no fueron elegidos, deben como buenos demócratas que anteriormente
emitieron su voto positivo, volver a hacerlo, solo que ahora por otro
candidato.
El voto viciado es negativo, o de castigo. Y creo
que a los que hay que castigar, es a otros, precisamente a los que están
entrando en las cárceles y no al sistema democrático cuya grandeza de miras es de
tal magnitud que hasta permite que el voto se emita en su contra, como es el
viciado.
Además hay que pensar que quien salga elegido, sea
quien sea, va a disponer de muy pocos regidores propios lo que hará que tenga
que apoyarse en otros que lógicamente ejercerán un elevado control. Esto hace suponer
que el elegido, sería bueno, mejor buenísimo, tuviera el refrendo mayoritario
del electorado, para que al mismo tiempo que se sienta fuerte se sienta
controlado por quienes confiaron en él, la mayoría. El Voto POSITIVO
mayoritario, en este caso equivale a decirle, te damos nuestro voto, estamos
desinteresadamente a tu lado, pero te vamos
a controlar, a fiscalizar y no nos defraudes pues si lo hicieras serás
severamente censurado.
Los buenos capitanes no abandonan la nave cuando
ésta se halla en peligro sino que dando
ejemplo colaboran activamente en su salvamento, junto a tripulantes y
pasajeros. Y nuestra nave está en peligro, en grave peligro de naufragar.
Moraleja: “Quien no mira derrotero, es majadero”
Así sea.
EL VIGÍA.