Cualquier observador imparcial desconocedor de lo
ocurrido recientemente en el ámbito político local con la incipiente
desarticulación de la red mafiosa existente y de la realidad social de la
Región, a la vista de la proliferación de aspirantes a la presidencia Regional
y Municipalidades diría: ¡Cuánto amor y desprendimiento hay en tanto candidato!
¡Qué altruismo y humildad en tanto aspirante! Nada menos que 19 aspirantes a
suplir al depuesto Presidente Regional anterior, por otra parte 18 aspirantes a
la Alcaldía Provincial del Santa y otros 22 a la de Nuevo Chimbote. Número muy
elevado.
Llegamos al final del período
y entramos de lleno en el corto tramo de reflexión donde cada uno de nosotros
deberemos calibrar los pros y contras de lo visto, leído y oído a los
diferentes y numerosos aspirantes. Todos ellos sin diferencias, con las
aparentes mejores intenciones de laborar y esforzarse por el bien de la Región
o municipalidad por la que se presentan. Tanto en la seguridad ciudadana, el
empleo, la corrupción, la educación, la sanidad, la modernización, la
agricultura, la industrialización, etc. etc. son ámbitos en los que presentan
similares alternativas. Entonces se nos plantean unos auténticos dilemas: ¿Cuál
escojo?, ¿Cuál será el mejor?, ¿Cuál el más apropiado?. Ante esta tesitura a la
que nos avocan los candidatos con sus, reitero, similares y superficiales
propuestas, lo único que podemos hacer es votar en conciencia a quien más
confianza por su trayectoria anterior, su formación gestora y de liderazgo, su
experiencia y sobre todo honestidad y humildad nos muestre. En pocas palabras
hemos de evitar por una parte “más de lo mismo” y por otra que no nos den “gato
por liebre”.
A la vista de lo
recientemente visto, deberemos evitar y de nosotros depende que nos den “más de
lo mismo”, es decir, más corrupción, más mentiras, más diezmos, más
enriquecimientos ilícitos, más amiguismo, etc. etc. Y para ello convendrá
hurgar en la trayectoria de los
aspirantes. Analicemos los antecedentes que por acción o inacción han tenido
los postulantes de las diferentes agrupaciones
o partidos políticos. Por ejemplo el Sr. Waldo Ríos de “Puro Ancash”.
Veremos que al que podría llamarse el “Sr. de los Bingos” por su aparente
ludopatía, además de sus antecedentes penales utiliza la demagogia electoral
con sus incumplibles promesas monetarias y con una actuación bordeando la Ley
durante toda la campaña electoral, sin que hasta ahora, y es lamentable, haya
intervenido la Fiscalía. ¿Queremos más de lo mismo? Si decimos que sí, no tenemos
más que votarle. Y lo mismo pregunto de esos que a la vista de su poca o escasa
aceptación están agrupándose o uniéndose con las promesas de las subsiguientes
repartijas de “honores” en el caso de que su falseada actuación triunfe. Este
podría ser el caso de los nuevos paladines anticorrupción de Restauración
Nacional, Acción Popular, Somos Perú, Siempre Juntos y Apra, que ante su
posible falta de liderazgo numérico en las votaciones pretenden contrarrestar
la fortaleza de otras opciones políticas sensiblemente superiores, uniéndose.
Solo que el electorado parece no querer “más de lo mismo”. Cosa que también
podría ser en el caso de de la “caudalosa”, dicho con todo mi afecto, Sra. de
los Semáforos, Dña. Vicky, con sendas sentencias judiciales pendientes de
dictar. Y, ¿saben cómo se evita a los que han tenido experiencias nefastas,
insisto, por acción u omisión? Pues sencillamente no votándoles. Hay que votar
a gente que ofrezca garantía de seriedad, profesionalidad, confianza, liderazgo
y gestión.
Hay otro aspecto importante
que he nombrado antes y es que no nos den “gato por liebre”. Este es un dicho
que data de los siglos XVI y XVII, que indica que nos han engañado ante nuestra
solicitud. En las obras del genial Francisco de Quevedo aparecen variadas y
simpáticas alusiones al fraude muy extendido en los mesones de la época de dar
a los clientes carne de gato en vez de la suculenta carne de liebre muy
apreciada desde tiempos de los Romanos. A simple vista, una vez despellejados,
sin cabeza y patas traseras, ambos, gato y liebre tienen morfologías similares.
De ahí el engaño. Era tanta la desconfianza ante los platos que se servían que
se dudaba de lo que se tenía delante, si era conejo, liebre, cabrito o gato. Y
llegó al extremo real de que los comensales antes de sentarse a la mesa,
puestos de pie ante las viandas servidas, recitaban todos a coro: “Si eres
cabrito mantente frito y si eres gato salta del plato”. Incluso los ambulantes
que ofrecían sus “pasteles” callejeros, similares a las actuales empanadas,
daban una cosa por otra. Este dicho ha llegado hasta nosotros pero actualmente
con un significado diferente pues ya no se refiere a la comida, sino a los
engaños o fraudes que sufrimos. Aunque todo hay que decirlo, también podría ser
que alguna que otra empanada actual tampoco fuera de pollo como dicen. Pero
continuemos.
No nos dejemos llevar por las
apariencias superficiales y las grandes manifestaciones festivas que no son más
que eso, apariencias. No hay que dejarse influir por la bondad de un candidato
urbanista , ni un boticario, ni un ingeniero, ni un abogado, sino por su
capacidad de liderazgo, gestión y honradez. Tenemos a quienes menos
parafernalias han ofrecido y en cambio son trabajadores, honestos, serios y
auténticos candidatos de lujo, como ese del que dicen que está en la Luna y no
saben que ya está de vuelta de todo y es de los únicos que con su
profesionalidad, honestidad y valentía denunció una y otra vez las
malversaciones anteriores. ¿Cómo va a figurar destacado en los sondeos de opinión
si apenas ha dispuesto de apoyo económico detrás? Por lo que se adivina, el
capital prefiere otro tipo de candidato, quizá más versátil. Otro que tal, es
el candidato de apellido jocoso, que si hubiera colocado una simple coma tras
él, se hubiera evitado el follón y las amenazas soportadas. Este candidato
lleva años denunciando públicamente la corrupción existente y no solo es
decente sino también un buen gestor.
El llamado “Gato”, Narváez,
tiene hasta ahora la honestidad de no hacerse pasar por “liebre” y únicamente
habrá que vigilar no nos aturda con tantos huainos. Pero al menos sabemos que
gato es, y no liebre.
El del “Maicito”,Torres, es
otro que si bien no es gato ni liebre podría ser un “cuy” de muy buen ver, pues
dispone de amplia capacidad de gestión y equipo adecuado. Lo mismo ocurre con
Mautino “el Nuclear” con buena capacidad de acción y gestión.
De todas las maneras y aunque
el voto es secreto les diré que el mío irá al de la Luna, Luis Luna y al del apellido cachondo, Carlos Cacha. Y
si viviera en Nuevo Chimbote le diría a D. Valentín que además de drones
pusiera a sus amigos moto taxistas refrigeración y calefacción en sus
vehículos.
Moraleja: “Dime con quién
andas y te diré quién eres”.
Así sea
EL VIGÍA.
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