Recientemente escribía sobre la Corrupción y sus
orígenes, y confirmando lo dicho, en fechas recientes la Primera Ministra Ana
Jara en su intervención en la V Conferencia Anticorrupción Internacional organizada por la
Contraloría General de la República, nos dice que según la
Procuraduría Anticorrupción, de los 25 líderes regionales, 22 de ellos están
actualmente siendo investigados por el Ministerio Público por presuntos delitos
de colusión, peculado, malversación de fondos y negociación incompatible entre
otros varios. O sea corrupción.
De ese total, 4 están en
prisión preventiva por delitos contra la Administración Pública, como son los
de Ancash, Pasco, Cajamarca y el de Tumbes que anda, nunca mejor dicho, prófugo
de la Justicia. Esa lista está encabezada por César Álvarez con 26 procesos, 22
en la Fiscalía y 4 en el Poder Judicial, seguido de Gerardo Viñas, titular de Tumbes
y como ya hemos dicho prófugo de la justicia con 20 investigaciones fiscales y
5 procesos judiciales. Y no se quedan muy atrás los también procesados Gregorio
santos de Cajamarca, Kléver Meléndez de Pasco,
Wilfredo Oscorima de Ayacucho,
René Concha de Cuzco, Vladimir Cerrón de Junín, Jorge Velasques de Ucayali, y
finalmente con 45 casos de presunta corrupción de funcionarios el Gobierno
Regional del Callao. Ahí es nada.
Repito, todos estos datos
proporcionados por la Procuraduría Anticorrupción de la Nación.
La Primera Ministra
cuantificó el importe de las pérdidas atribuibles a la corrupción durante el
año en unos 10 mil millones de nuevos soles que vienen a ser el 2% del Producto
Bruto Interno (PBI) y que al no disponer de ellos no pueden invertirse en
mejorar la salud, educación o nuevos puestos de trabajo. Esas pérdidas
equivalen a unos 28 millones de nuevos soles diarios o lo que es lo mismo, algo
más de un millón a la hora. Cifras escalofriantes. Según la misma Ministra ”Con
dicha suma podrían haberse construido 72
hospitales, o 360 colegios modernos, o creado más de 200 mil nuevos puestos de
trabajo”. Hasta aquí la situación actual.
Como señal de la voluntad
política del Ejecutivo de combatir la
corrupción existente, dijo que para el
año próximo se incrementará en 4 millones de nuevos soles el presupuesto de la
Procuraduría Anticorrupción y la
presentación de un proyecto de Ley para la ampliación del tiempo de prescripción de los delitos de
corrupción. También aludió a la creación de un Registro de Deudores de
reparaciones civiles por los delitos contra el Estado y de esta manera evitar
su postulación u ostentación de cargo público alguno.
Creo que las medidas tomadas
son plausibles y dignas de ser tenidas en cuenta, aunque totalmente
insuficientes. No todo consiste en perseguir, descubrir y denunciar al
corrupto, no, eso es sólo parte del trabajo. Mucho trabajo, es verdad, pero
tiene que verse complementado con otras acciones. La corrupción no nace por
generación espontánea, como las setas en el bosque, no, nace por el excesivo mercantilismo
existente en nuestra sociedad. Ahí, en ese mercantilismo es donde hay que
incidir. Para empezar, la enseñanza de valores sociales tales como la honradez
y el trabajo, y unos sueldos que cubran
las necesidades mínimas vitales son imprescindibles. Para mayor aclaración
recomiendo la lectura del artículo “Corrupción. Orígenes” publicado en este
mismo diario el próximo pasado día 15. Al final del artículo decía “Hoy en día
muchos estudiosos políticos parecen sorprendidos ante la ingente proliferación
de la corrupción en la vida política cuando ellos mismos son los que propugnan
el crecimiento y desarrollo desaforado de los Mercados en todos y cada uno de
los ámbitos de nuestras vidas. Y así nos va”. Y lamentablemente es el caso de nuestros
actuales dirigentes, con sus persistentes y continuistas estrategias
económicas.
No nos engañemos, esa
corrupción es propiciada por una parte por la desregulación de nuestras
Instituciones y por otra por la de los Mercados, que no tiene otro fin que el
puro y duro mercantilismo. Es fundamental y básico regular las Instituciones
del Estado y seguidamente hacerlo con los Mercados.
Para mejor entendimiento
pondré algún ejemplo. Las Instituciones del Estado como por ejemplo el Consejo
Nacional de la Magistratura (CNM), la Fiscalía, la Policía Nacional del Perú
(PNP), el Poder Judicial, el Congreso, la Procuraduría Anticorrupción y la
Contraloría no tienen claras sus funciones y atribuciones. Ahí tenemos cómo los
integrantes del Máximo Organismo de la Judicatura, el Consejo Nacional de la
Magistratura (CNM), representan todo un espectáculo vergonzoso ante la
ciudadanía enfrentándose sus miembros entre sí. Los mandos de la Policía
Nacional del Perú (PNP) “ninguneando” al Congreso en su solicitud del listado
de profesionales sancionados. A la Judicatura entrometiéndose y desautorizando descaradamente
las atribuciones fiscalizadoras del Legislativo. Al mismo Congreso solicitando
investigar a Jueces y Fiscales y entre ellos al Jefe actual de la Fiscalía y a
su predecesor. A la Procuraduría Anticorrupción realizando el trabajo que por
omisión o negligencia corresponde hacer a la Fiscalía. Y podría seguir poniendo
un montón más de ejemplos. Todos ellos conducen a la corrupción.
A cerca de la desregulación
de los Mercados, lo mismo. Cada uno actúa a su antojo. Descendamos al ámbito
local. El transporte Municipal está prácticamente desregulado y no es por falta
de reglamento, pues lo hay, aunque incompleto. Es simplemente que no se cumple
pues se hace la vista gorda sobre los trasportistas, colectivos o taxis. La
regulación a grandes rasgos va desde la conformación del trayecto,
características del vehículo, higiene del conductor y vehículo, seguro del
vehículo y tarifas de los trayectos. Y al que no esté de acuerdo o no cumpla
con lo acordado, que no es más que la cumplimentación de las ordenanzas
Municipales no se le expide la tarjeta de circulación o se le retira. Hay que
tener claro que una cosa es la economía libre de mercado y otra es “Aquí hago
lo que me da la gana”. El transporte público es eso, público y como tal es un servicio
promovido y ofertado a la comunidad por la autoridad competente, en este caso
el Municipio. No deberían engañarse los “comités”, pues ellos ni promueven ni
ofertan nada, son simples servidores a disposición del Municipio y de sus
habitantes. Y cuando hablo del transporte como ejemplo, lo mismo debería ser
con servicios como el de la energía eléctrica, aguas, minería, combustibles,
telefonía, brevetes, etc. etc.
La regulación de los Mercados,
no su intervención, consiste en eso, en marcar unas pautas mínimas por parte
del Estado para que las cosas funcionen con regularidad. La auto regulación del
Mercado en muchos casos es aplicable pero difícilmente lo es en los servicios
públicos y que nadie confunda esa regulación propuesta con lo que verdaderamente es, pues otra
cosa completamente diferente y antagónica es la Estatalización del Estado. Cosa
nada más lejos de mi pensamiento pues sabido es que el totalitarismo con el autoritarismo
que le acompaña no conduce a ninguna
parte.
Aquí y ahora tanto nuestras
Instituciones como los Mercados están altamente desregulados y mercantilizados en demasía por lo que sería
conveniente regularlos y humanizarlos a la mayor brevedad posible.
Moraleja: “Algunos Jueces son
incorruptibles pues nadie puede inducirlos a hacer Justicia” (Bertolt Brecht).
Así sea.
EL VIGÍA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario