jueves, 2 de octubre de 2014

ARTÍCULO: DESREGULACIÓN.




Recientemente escribía sobre la Corrupción y sus orígenes, y confirmando lo dicho, en fechas recientes la Primera Ministra Ana Jara en su intervención en la V Conferencia Anticorrupción  Internacional organizada por la Contraloría  General  de la República, nos dice que según la Procuraduría Anticorrupción, de los 25 líderes regionales, 22 de ellos están actualmente siendo investigados por el Ministerio Público por presuntos delitos de colusión, peculado, malversación de fondos y negociación incompatible entre otros varios. O sea corrupción.
De ese total, 4 están en prisión preventiva por delitos contra la Administración Pública, como son los de Ancash, Pasco, Cajamarca y el de Tumbes que anda, nunca mejor dicho, prófugo de la Justicia. Esa lista está encabezada por César Álvarez con 26 procesos, 22 en la Fiscalía y 4 en el Poder Judicial, seguido de Gerardo Viñas, titular de Tumbes y como ya hemos dicho prófugo de la justicia con 20 investigaciones fiscales y 5 procesos judiciales. Y no se quedan muy atrás los también procesados Gregorio santos de Cajamarca, Kléver Meléndez de Pasco,  Wilfredo Oscorima  de Ayacucho, René Concha de Cuzco, Vladimir Cerrón de Junín, Jorge Velasques de Ucayali, y finalmente con 45 casos de presunta corrupción de funcionarios el Gobierno Regional del Callao. Ahí es nada.
Repito, todos estos datos proporcionados por la Procuraduría Anticorrupción de la Nación.
La Primera Ministra cuantificó el importe de las pérdidas atribuibles a la corrupción durante el año en unos 10 mil millones de nuevos soles que vienen a ser el 2% del Producto Bruto Interno (PBI) y que al no disponer de ellos no pueden invertirse en mejorar la salud, educación o nuevos puestos de trabajo. Esas pérdidas equivalen a unos 28 millones de nuevos soles diarios o lo que es lo mismo, algo más de un millón a la hora. Cifras escalofriantes. Según la misma Ministra ”Con dicha suma podrían haberse construido  72 hospitales, o 360 colegios modernos, o creado más de 200 mil nuevos puestos de trabajo”. Hasta aquí la situación actual.
Como señal de la voluntad política del Ejecutivo de combatir  la corrupción existente,  dijo que para el año próximo se incrementará en 4 millones de nuevos soles el presupuesto de la Procuraduría Anticorrupción  y la presentación de un proyecto de Ley para la ampliación del  tiempo de prescripción de los delitos de corrupción. También aludió a la creación de un Registro de Deudores de reparaciones civiles por los delitos contra el Estado y de esta manera evitar su postulación u ostentación de cargo público alguno.
Creo que las medidas tomadas son plausibles y dignas de ser tenidas en cuenta, aunque totalmente insuficientes. No todo consiste en perseguir, descubrir y denunciar al corrupto, no, eso es sólo parte del trabajo. Mucho trabajo, es verdad, pero tiene que verse complementado con otras acciones. La corrupción no nace por generación espontánea, como las setas en el bosque, no, nace por el excesivo mercantilismo existente en nuestra sociedad. Ahí, en ese mercantilismo es donde hay que incidir. Para empezar, la enseñanza de valores sociales tales como la honradez y el trabajo,  y unos sueldos que cubran las necesidades mínimas vitales son imprescindibles. Para mayor aclaración recomiendo la lectura del artículo “Corrupción. Orígenes” publicado en este mismo diario el próximo pasado día 15. Al final del artículo decía “Hoy en día muchos estudiosos políticos parecen sorprendidos ante la ingente proliferación de la corrupción en la vida política cuando ellos mismos son los que propugnan el crecimiento y desarrollo desaforado de los Mercados en todos y cada uno de los ámbitos de nuestras vidas. Y así nos va”.  Y lamentablemente es el caso de nuestros actuales dirigentes, con sus persistentes y continuistas estrategias económicas.
No nos engañemos, esa corrupción es propiciada por una parte por la desregulación de nuestras Instituciones y por otra por la de los Mercados, que no tiene otro fin que el puro y duro mercantilismo. Es fundamental y básico regular las Instituciones del Estado y seguidamente hacerlo con los Mercados.
Para mejor entendimiento pondré algún ejemplo. Las Instituciones del Estado como por ejemplo el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), la Fiscalía, la Policía Nacional del Perú (PNP), el Poder Judicial, el Congreso, la Procuraduría Anticorrupción y la Contraloría no tienen claras sus funciones y atribuciones. Ahí tenemos cómo los integrantes del Máximo Organismo de la Judicatura, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), representan todo un espectáculo vergonzoso ante la ciudadanía enfrentándose sus miembros entre sí. Los mandos de la Policía Nacional del Perú (PNP) “ninguneando” al Congreso en su solicitud del listado de profesionales sancionados. A la Judicatura entrometiéndose y desautorizando descaradamente las atribuciones fiscalizadoras del Legislativo. Al mismo Congreso solicitando investigar a Jueces y Fiscales y entre ellos al Jefe actual de la Fiscalía y a su predecesor. A la Procuraduría Anticorrupción realizando el trabajo que por omisión o negligencia corresponde hacer a la Fiscalía. Y podría seguir poniendo un montón más de ejemplos. Todos ellos conducen a la corrupción.
A cerca de la desregulación de los Mercados, lo mismo. Cada uno actúa a su antojo. Descendamos al ámbito local. El transporte Municipal está prácticamente desregulado y no es por falta de reglamento, pues lo hay, aunque incompleto. Es simplemente que no se cumple pues se hace la vista gorda sobre los trasportistas, colectivos o taxis. La regulación a grandes rasgos va desde la conformación del trayecto, características del vehículo, higiene del conductor y vehículo, seguro del vehículo y tarifas de los trayectos. Y al que no esté de acuerdo o no cumpla con lo acordado, que no es más que la cumplimentación de las ordenanzas Municipales no se le expide la tarjeta de circulación o se le retira. Hay que tener claro que una cosa es la economía libre de mercado y otra es “Aquí hago lo que me da la gana”. El transporte público es eso, público y como tal es un servicio promovido y ofertado a la comunidad por la autoridad competente, en este caso el Municipio. No deberían engañarse los “comités”, pues ellos ni promueven ni ofertan nada, son simples servidores a disposición del Municipio y de sus habitantes. Y cuando hablo del transporte como ejemplo, lo mismo debería ser con servicios como el de la energía eléctrica, aguas, minería, combustibles, telefonía, brevetes, etc. etc.
La regulación de los Mercados, no su intervención, consiste en eso, en marcar unas pautas mínimas por parte del Estado para que las cosas funcionen con regularidad. La auto regulación del Mercado en muchos casos es aplicable pero difícilmente lo es en los servicios públicos y que nadie confunda esa regulación  propuesta con lo que verdaderamente es, pues otra cosa completamente diferente y antagónica es la Estatalización del Estado. Cosa nada más lejos de mi pensamiento pues sabido es que el totalitarismo con el autoritarismo que le acompaña no  conduce a ninguna parte.
Aquí y ahora tanto nuestras Instituciones como los Mercados están altamente desregulados  y mercantilizados en demasía por lo que sería conveniente regularlos y humanizarlos a la mayor brevedad posible.

Moraleja: “Algunos Jueces son incorruptibles pues nadie puede inducirlos a hacer Justicia” (Bertolt Brecht).
Así sea.

EL VIGÍA.

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