Como cada día a las seis de la mañana nuestro pequeño
hijo nos despierta, pero esta vez con gritos de alegría. Sólo que es domingo,
cinco de octubre, día para alargar ese sueño reparador que a primera hora de la
mañana es como si las sábanas se hubieran pegado y nos acompañan dulcemente.
¡Mamá, mamá, papá, papá,
arriba que ya es de día! ¡Que ya es hora! ¡Qué hemos de ir a votar! Una vez, y
otra, y otra más. Y es que está entusiasmado con ir a votar pues tiene un
compañero de colegio cuyo papá es candidato y de ahí le viene su interés.
El pasado jueves, último día
de campaña electoral me hizo que le llevara a ver a Biceño (sin r), a la tía
Vicky, al del Bingo, y a La Peña, que terminaban su campaña. Fue una tarde
noche repleta de sorpresas para él. Globos, bolígrafos, caramelos, música y un
sinfín de imágenes visuales que llamaron poderosamente su atención.
Fuimos pasando por cada uno
de los escenarios y parándonos a ser testigos de los vítores, aplausos y
cánticos de los numerosos asistentes. De vez en cuando me estiraba de mi
pantalón, llamando mi atención, para decirme algo al oído pues el ruido era
ensordecedor. “Papá me gusta ese corazoncito, es muy bonito” haciendo
referencia al símbolo de “Somos Perú”. “Pues si hijo, es muy hermoso”. Aunque
mi mirada estaba puesta en la hermosísima Leisy Suarez, que con su belleza
elevaba todo, hasta los corazones. Continuamos nuestra andanza y paramos ante
la A de “Alianza para el progreso”. ¡Papá el Biceño (sin r) está un poco gordo!
“Si hijo, es que está repleto de satisfacción” Tengo que confesarles que quedé
impresionado tanto de la facilidad dialéctica de Roberto como de su carisma
arrebatador. “Oye papá, esa señora es la que vende jarabe para la tos, ¿qué
hace aquí?. No pude evitar sonreir.
Continuamos la marcha y
llegamos ante el “Río Santa caudaloso”. ¡Papá, papá la tía Vicky se ha quitado
la peluca! “Que no hijo, que no, que se ha cortado el pelo” Y continuamos la
marcha. A todo esto el crío estaba más fresco que una lechuga, debía ser por la
temperatura que hacía. Por fin llegamos al del Bingo. Pero, ¡Oh sorpresa! No
había bingo. Con la ilusión que tenía en los números que ahora precisamente
está aprendiendo. ¡Papá ese señor de la W, parece un payasete! “Vamos hijo,
vamos que es tarde”. Y así fue como mi hijo y yo cerramos la campaña electoral.
Todos ellos “tiraron la casa por la ventana”. Este dicho hace referencia a la
utilización de un derroche o gasto sin medida ni control, y tiene su origen en
el establecimiento del juego de la Lotería en España instaurado en el año 1763
por el Rey Carlos III que lo trajo de Nápoles y estaba organizado por el Estado
que era quien pagaba los premios. Fue tanta la alegría de los primeros
afortunados que extendieron la costumbre de arrojar las cosas inservibles por
las ventanas de la casa.
Como les decía, el domingo,
tras sacarnos de la cama con urgencia pues dice que hay que ir a votar,
desayunamos mientras charlamos y trato
de convencerle de que los que pueden votar son los mayores, que los niños
pueden acompañar a los adultos para ver en qué consiste e ir aprendiendo. No
queda muy convencido.
Mientras lo van alistando,
aprovecho ese ratito para sentado en el sofá ir visualizando mentalmente cosas
que acontecieron durante el proceso electoral. Me vino a la mente el
oportunismo tardío del Presidente Regional, cesando repentinamente ante lo que
se le venía encima, su interés en postular. Posteriormente ampliado a todo
“Cuenta conmigo”. Las detenciones sonadas de Álvarez y Arroyo Rojas, así como
las prisiones preventivas dictadas y mal ejecutadas contra otro montón de
presuntos delincuentes. La profesional y correctísima actuación de su señoría
Magistrado Carhuancho. El traslado de la carpeta fiscal del caso Centralita a
Lima para entorpecerlo, perdón para
“aligerar” el proceso. La tardía sentencia preventiva dictada a la Sra. Asián y
su cantada desaparición, así como las anteriores de los Señores Belaunde y
Orellana de los que nunca más supimos. También me viene a la mente el ex
comando Juan Calderón Altamirano, creador “Juntos por el cambio”, hoy en
prisión preventiva y apartado de la contienda electoral. Rememoro la gran
humanidad, por el volumen, del Decano que quiso meterse en política, Sr.
Richard Villavicencio, en apoyo del anterior y que también fue apeado de la
contienda por el JEE. Después me vino la imagen de Linda del Valle, la abogada
de Fiorela Nolasco abandonando intempestivamente su defensa para unirse a
“Unión por el Perú”. Al igual que la que pudo ser la Doncella de Ancash y se
quedó en una simple aspirante a Regidora por el partido anteriormente citado.
Finalmente la soberbia, e
inigualable actuación de todo un Vicepresidente Regional, Sr. Florencio Román,
intentando por la brava ejecutar la sentencia de prisión preventiva a su
manera, “armando la marimorena”. O lo que es lo mismo, provocando el
consiguiente enfrentamiento. Al parecer este término de “armar la marimorena”
tuvo su origen en una trifulca que se organizó en una taberna del Madrid de los
Austrias en el siglo XVI regentada por una Señora llamada María Morena. Se hizo
famosa por un proceso judicial iniciado contra ella tras negarse a servir su
mejor vino a unos soldados. Vino que tenía reservado para los miembros de la
Corte y funcionarios importantes que solían visitar la cantina. Tras negarse a
servirlo, comenzó una trifulca que por lo que cuentan los escritos de la época
fue la misma tabernera Mari Morena quién más “leña” repartió. Cosa que solía
hacer habitualmente con quienes bebían más de la cuenta o pretendían irse sin
pagar. De ahí viene lo de “Armar la Marimorena”.
¡Papá, papá, vamos a votar!
“Ya hijo, ya vamos”.
Primero acompañamos a mamá a
votar y después me acompañaron a otro Colegio para que yo lo hiciera. Eso sí,
mi hijo fue quién depositó las papeletas y todo orgulloso se lo contó a sus
abuelos. Al salir de emitir el voto preguntó: ¿Ha ganado Biceño (sin r)? ¿O la
tía Vicky? “Ha ganado la Democracia”.
“¿Y quién es esa señora?”. “Más tarde te lo explicaré hijo”.
El lunes al igual que tu,
querido lector que éstas leyendo estas líneas, yo estaré contándole con todo
lujo de detalles a mi queridísimo hijo, quién realmente ganó.
Moraleja: “Sin democracia la
libertad es una quimera” (Octavio Paz)
Así sea.
EL VIGÍA.
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