lunes, 20 de octubre de 2014

ARTÍCULO :VOTO POSITIVO

VOTO POSITIVO
En política se utiliza el voto para que los ciudadanos electores elijan a sus representantes para que ocupen los diferentes cargos públicos. Cada país establece sus normas para el desarrollo de sus propias elecciones. Hay que dejar claro que las votaciones son una condición necesaria aunque no suficiente para que un sistema político pueda ser considerado como democrático pues existen gobiernos autoritarios donde hay restricciones para los partidos políticos y por lo tanto no se cumplen las condiciones necesarias para la emisión del voto democrático. Este voto democrático se caracteriza por ser Universal, Secreto, Directo, Igual y Libre. Estas condiciones o características que ahora veremos brevemente son propias de la democracia y la ausencia de una sola de ellas nos lleva a valorar el sufragio como no democrático.
Es UNIVERSAL cuando el conjunto de la ciudadanía mayor de edad tiene derecho al voto y no puede excluirse por condiciones discriminatorias. En el siglo XIX y principios del pasado, el acceso a los sufragios estaba vetado a bastantes sectores sociales, por ejemplo a las mujeres, por razón (sin razón) de su sexo; a los trabajadores por motivo de su clase social; a los no blancos por discriminación de raza. Veamos algún ejemplo: En Gran Bretaña en 1832 solo podía votar un 4,7% de la población, pues inicialmente las elecciones cumplían el deseo de la clase burguesa de ostentar el control del Estado, acaparándolo para sí, sin compartir su poder con el resto de la sociedad. La primera vez que las mujeres pudieron ejercer su derecho a votar fue en 1866 en unas elecciones Municipales en Suecia. Seguidamente lo hicieron algunos Estados de E.E.U.U. al igual que Nueva Zelanda y Australia en 1902. También cabe resaltar que en países protestantes y judíos se adelantaron a católicos y musulmanes en lo referente a la participación libre de la mujer. En cuanto a la edad, ha habido siempre reticencias acerca del sufragio de los jóvenes por su posible radicalismo y ha sido hace aproximadamente 50 años cuando se estableció en los 18 años o mayoría de edad.
Es SECRETO para poder garantizar la libre decisión del votante por lo que esa libertad pueda verse y de hecho lo es condicionada, si se emite públicamente o a mano alzada, convirtiéndose posiblemente en condicionado. El secreto del voto debe estar siempre garantizado y el sufragante podrá elegir o no su publicidad.
Es DIRECTO, pues debe ser emitido por cada votante de forma directa según su decisión y preferencia. Este derecho no es transferible.
Es IGUAL cuando implica que cada elector dispone del mismo número de votos, generalmente uno. Hay que resaltar que la desigualdad en los recursos económicos con su correspondiente acceso a los medios de comunicación afectan negativamente a la igualdad de oportunidades y condicionan la competitividad entre los partidos. De ahí que deba conocerse la cantidad real y fuentes de financiación de los mismos.
Es LIBRE cuando la persona lo emite sin atender a las opiniones o sugerencias de  terceros ni aceptando sobornos de partido político alguno, ni de persona que exija el voto concreto. También la libertad se ve hasta cierto punto restringida cuando hay obligatoriedad de acudir a votar, pues si bien es éticamente un deber democrático no puede convertirse en una obligación democrática en tanto y cuanto esa obligación atenta contra la libertad individual, cosa que siempre debe primar. Para la mayoría de los países votar es un acto voluntario aunque algunos como Argentina tienen el voto obligatorio y su incumplimiento se considera una falta administrativa. En Uruguay su incumplimiento es un delito y finalmente en nuestro país, Perú, su no cumplimentación implica una multa. Hasta aquí muy sucintamente las características del voto en un sistema democrático. Ahora pasamos a ver los tipos de voto en nuestra democracia atendiendo a las opciones a elegir: Voto POSITIVO, Voto en BLANCO y Voto NULO.
El Voto POSITIVO, también llamado voto A CANDIDATURA es el que actúa positivamente a la elección  de un candidato y no pertenece a la categoría de voto en blanco ni a la de voto nulo. El voto positivo es fundamental para la designación de los candidatos ganadores. Sin él las elecciones no sirven para nada. La Doctrina Democrática nos habla de los “Votos válidamente emitidos” integrados únicamente por los votos positivos, excluyendo de los mismos tanto a los en blanco como a los nulos.
El Voto en BLANCO es una opción que consiste en votar manifestando que ninguna de las opciones presentadas es adecuada. Se presta a diversas interpretaciones: unos opinan que este voto en blanco está dando una opinión en contra de los candidatos presentados, al igual que lo que expresa el voto nulo, y para otros muestra mucha indiferencia ante las diversas opciones presentadas. Legalmente aceptable pero no así éticamente en quien antes emitió voto positivo.
El Voto NULO es aquel mal realizado y que por lo tanto acarrea su nulidad. Cuando se convierte en un acto de masas viene a ser un sentimiento o resentimiento social hacia el sistema y esto suele ser mayor en los países en los que el voto es obligatorio ya que en los que no lo es los descontentos simplemente no acuden a votar. Ahora veamos el caso actual de Ancash.
Las elecciones Regionales recientes han demostrado con 18 candidaturas un fraccionamiento y dispersión del voto bastante lógica, por lo que los dos primeros democráticamente elegidos tienen una precaria representatividad social, y al no haber llegado al 30% del total tener que efectuarse una segunda vuelta. A la hora de votar lo que se necesita en cualquier país democrático son votos positivos, no en blanco ni nulos. Así pues, quienes votaron positivo deben seguir haciéndolo, aunque su partido no resultara elegido en aquel momento, pues si no están demostrando aparentemente revanchismo o manifestando su “pataleta” de malos perdedores. Y los que votaron en blanco, reflexionar al igual que los anteriores y determinar si se mantiene así o pasan al voto positivo.
A la vista de lo visto no debemos “dejar en la estacada” a nuestra joven democracia como en algunas ocasiones se hacía en la edad media cuando la “estacada” era el campo de enfrentamiento construido con estacas donde se celebraban los torneos y competiciones entre caballeros. El caballero derrotado “quedaba en la estacada” y de ahí el dicho que figuradamente en la actualidad significa dejar o abandonar algo o alguien en un momento delicado o peligroso. No. No “dejemos en la estacada” a nuestra joven democracia. Votemos positivo y exijamos y controlemos al que democráticamente sea elegido.
Moraleja: “Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos” (Octavio Paz)
Así sea

EL VIGÍA

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