VOTO POSITIVO
En política se utiliza el voto para que los
ciudadanos electores elijan a sus representantes para que ocupen los diferentes
cargos públicos. Cada país establece sus normas para el desarrollo de sus
propias elecciones. Hay que dejar claro que las votaciones son una condición
necesaria aunque no suficiente para que un sistema político pueda ser
considerado como democrático pues existen gobiernos autoritarios donde hay
restricciones para los partidos políticos y por lo tanto no se cumplen las condiciones
necesarias para la emisión del voto democrático. Este voto democrático se
caracteriza por ser Universal, Secreto, Directo, Igual y Libre. Estas
condiciones o características que ahora veremos brevemente son propias de la
democracia y la ausencia de una sola de ellas nos lleva a valorar el sufragio
como no democrático.
Es UNIVERSAL cuando el conjunto de la
ciudadanía mayor de edad tiene derecho al voto y no puede excluirse por
condiciones discriminatorias. En el siglo XIX y principios del pasado, el
acceso a los sufragios estaba vetado a bastantes sectores sociales, por ejemplo
a las mujeres, por razón (sin razón) de su sexo; a los trabajadores por motivo
de su clase social; a los no blancos por discriminación de raza. Veamos algún ejemplo:
En Gran Bretaña en 1832 solo podía votar un 4,7% de la población, pues
inicialmente las elecciones cumplían el deseo de la clase burguesa de ostentar
el control del Estado, acaparándolo para sí, sin compartir su poder con el
resto de la sociedad. La primera vez que las mujeres pudieron ejercer su
derecho a votar fue en 1866 en unas elecciones Municipales en Suecia.
Seguidamente lo hicieron algunos Estados de E.E.U.U. al igual que Nueva Zelanda
y Australia en 1902. También cabe resaltar que en países protestantes y judíos
se adelantaron a católicos y musulmanes en lo referente a la participación
libre de la mujer. En cuanto a la edad, ha habido siempre reticencias acerca del
sufragio de los jóvenes por su posible radicalismo y ha sido hace
aproximadamente 50 años cuando se estableció en los 18 años o mayoría de edad.
Es SECRETO para poder garantizar la libre
decisión del votante por lo que esa libertad pueda verse y de hecho lo es
condicionada, si se emite públicamente o a mano alzada, convirtiéndose
posiblemente en condicionado. El secreto del voto debe estar siempre
garantizado y el sufragante podrá elegir o no su publicidad.
Es DIRECTO, pues debe ser emitido por cada
votante de forma directa según su decisión y preferencia. Este derecho no es
transferible.
Es IGUAL cuando implica que cada elector
dispone del mismo número de votos, generalmente uno. Hay que resaltar que la
desigualdad en los recursos económicos con su correspondiente acceso a los
medios de comunicación afectan negativamente a la igualdad de oportunidades y
condicionan la competitividad entre los partidos. De ahí que deba conocerse la
cantidad real y fuentes de financiación de los mismos.
Es LIBRE cuando la persona lo emite sin atender
a las opiniones o sugerencias de
terceros ni aceptando sobornos de partido político alguno, ni de persona
que exija el voto concreto. También la libertad se ve hasta cierto punto
restringida cuando hay obligatoriedad de acudir a votar, pues si bien es
éticamente un deber democrático no puede convertirse en una obligación democrática
en tanto y cuanto esa obligación atenta contra la libertad individual, cosa que
siempre debe primar. Para la mayoría de los países votar es un acto voluntario
aunque algunos como Argentina tienen el voto obligatorio y su incumplimiento se
considera una falta administrativa. En Uruguay su incumplimiento es un delito y
finalmente en nuestro país, Perú, su no cumplimentación implica una multa.
Hasta aquí muy sucintamente las características del voto en un sistema
democrático. Ahora pasamos a ver los tipos de voto en nuestra democracia
atendiendo a las opciones a elegir: Voto POSITIVO, Voto en BLANCO y Voto NULO.
El Voto POSITIVO, también llamado voto A
CANDIDATURA es el que actúa positivamente a la elección de un candidato y no pertenece a la categoría
de voto en blanco ni a la de voto nulo. El voto positivo es fundamental para la
designación de los candidatos ganadores. Sin él las elecciones no sirven para
nada. La Doctrina Democrática nos habla de los “Votos válidamente emitidos”
integrados únicamente por los votos positivos, excluyendo de los mismos tanto a
los en blanco como a los nulos.
El Voto en BLANCO es una opción que consiste en
votar manifestando que ninguna de las opciones presentadas es adecuada. Se
presta a diversas interpretaciones: unos opinan que este voto en blanco está
dando una opinión en contra de los candidatos presentados, al igual que lo que
expresa el voto nulo, y para otros muestra mucha indiferencia ante las diversas
opciones presentadas. Legalmente aceptable pero no así éticamente en quien
antes emitió voto positivo.
El Voto NULO es aquel mal realizado y que por
lo tanto acarrea su nulidad. Cuando se convierte en un acto de masas viene a
ser un sentimiento o resentimiento social hacia el sistema y esto suele ser
mayor en los países en los que el voto es obligatorio ya que en los que no lo
es los descontentos simplemente no acuden a votar. Ahora veamos el caso actual
de Ancash.
Las elecciones Regionales recientes han
demostrado con 18 candidaturas un fraccionamiento y dispersión del voto
bastante lógica, por lo que los dos primeros democráticamente elegidos tienen
una precaria representatividad social, y al no haber llegado al 30% del total
tener que efectuarse una segunda vuelta. A la hora de votar lo que se necesita
en cualquier país democrático son votos positivos, no en blanco ni nulos. Así
pues, quienes votaron positivo deben seguir haciéndolo, aunque su partido no
resultara elegido en aquel momento, pues si no están demostrando aparentemente
revanchismo o manifestando su “pataleta” de malos perdedores. Y los que votaron
en blanco, reflexionar al igual que los anteriores y determinar si se mantiene
así o pasan al voto positivo.
A la vista de lo visto no debemos “dejar en la
estacada” a nuestra joven democracia como en algunas ocasiones se hacía en la
edad media cuando la “estacada” era el campo de enfrentamiento construido con
estacas donde se celebraban los torneos y competiciones entre caballeros. El
caballero derrotado “quedaba en la estacada” y de ahí el dicho que
figuradamente en la actualidad significa dejar o abandonar algo o alguien en un
momento delicado o peligroso. No. No “dejemos en la estacada” a nuestra joven
democracia. Votemos positivo y exijamos y controlemos al que democráticamente
sea elegido.
Moraleja: “Una nación sin elecciones libres es
una nación sin voz, sin ojos y sin brazos” (Octavio Paz)
Así sea
EL VIGÍA
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