Pues
la verdad es que no pensaba escribir nada más sobre el enrevesado juicio por “Enriquecimiento
Ilícito” de la pareja formada por Dña Victoria Espinoza y Don Wuilmer Agapito.
Por una parte digo enrevesado pues las declaraciones y actuaciones de unos y
otros implicados han enmarañado un proceso en principio sentenciado y ahora
revisado, que podía haberse desarrollado con mayor sosiego y tranquilidad
procesal y ya no digamos social. Y por otra parte digo pareja, con todos mis
respetos para ellos pues todavía está
por aclarar cuál es su verdadero parentesco si es que existe y así proceder a
nombrarlos según familiaridad existente. Por su puesto, parentesco privado en
lo que se refiere al varón, no por su sexo sino por la privacidad de la que se
halla revestido como ciudadano común y corriente, pero no así en lo referente a
la mujer, que al tratarse de una funcionaria pública, nada menos que alcaldesa,
está en el deber de explicitar sin tapujos y con verdad su estado civil. Otra
cosa diferente es la privacidad de la que también está revestido, al igual que
Don Agapito, usted querido lector o yo, para en la intimidad de nuestros
hogares mantener la relación que nos parezca sin intromisión ni interferencias
de los demás, y sin que debamos dar explicaciones de nuestra vida privada. Así
de claro.
Como
digo al principio, no pensaba escribir nada más sobre los preludios del juicio,
pues consideraba que ante su próxima celebración estaba prácticamente todo
dicho. Pero veo que me equivocaba.
Hay
una serie de cosas que me gustaría resaltar. La primera, que hay que felicitar
al Presidente de la Corte Superior de Justicia del Santa Don Williams Vizcarra
Tinedo, por su diligente actuación ante la revelación periodística de este
DIARIO DE CHIMBOTE, respecto a la aparición de dos nuevos “informes” que
involucran a dos laborantes a tiempo completo de esa sede judicial. También al
Jefe de la ODECMA Don José Manzo Villanueva y al Gerente de Administración Don José
González Escudero que intervinieron puntualmente junto a su Presidente en el
inicio de las pesquisas sobre el caso. Aquellos dos empleados son los mismos
que vienen sustentando un “informe” al que titulan “peritaje” en el caso de
“Enriquecimiento Ilícito” seguido contra los aludidos anteriormente, Alcaldesa
y pareja. Los nuevos “informes” localizados son también, uno para la misma
alcaldesa en el caso que se le sigue por “Malversación de fondos” y otro para Don
Luis Arroyo Guevara, antiguo abogado del
anterior alcalde, presentado en el juicio que se le viene siguiendo y en el que
ambos “peritos” tendrían que intervenir para confrontar la pericia realizada
por el Ministerio Público. Hasta la fecha son tres los “informes” localizados. Reitero
que ambos trabajadores de la Corte, Richard Luciano Aguilar y Gerardo Azabache
Hervias, son Contadores Públicos y al parecer no están registrados como Peritos
Contables, lo que hace inviable a todos los efectos su actuación pericial. O
sea, carecen de autenticidad jurídica para emitir y/o debatir pericias. Otra
cosa podría ser que el Tribunal admita simplemente el “informe” como una
alegación de la defensa, pero no para debatirlo con la pericia oficial, pues si
así se hiciera se estaría sentando, a mi modo de ver, un precedente nefasto que
podría sentar jurisprudencia.
Otra
cosa que en este caso debe desvelar el tribunal, es cuál es el valor pericial
de ese “informe”, cuando la misma encausada lo ha venido considerando como tal,
reiterada y públicamente. En otras palabras, si la buena fe del tribunal se ha
visto sorprendida o no.
También
la actuación de los, por ahora solo dos servidores judiciales, (lo pongo en
condicional, por si aparecieran más) ha defraudado muy posiblemente la
confianza laboral depositada en ellos, pues si bien en sus horas libres y según
mi criterio pueden emitir cuantos “informes técnicos contables” quieran o
puedan, no deberían utilizarse en el juzgado en el que laboran. Y además auto
titularse como perito cuando no lo eres entraña una seria responsabilidad. Una
corte de Justicia es algo de gran valor para la sociedad y más en momentos en
los que por diversos motivos su credibilidad anda “haciendo aguas” por lo que
su honestidad debe ser preservada de advenedizos, oportunistas y tahúres que
tanto abundan por estos lares, a pesar de las distancias con el Mississippi.
Otra
verdad, y esta real, verdadera e irreversible, es que la autoría de que aflore
a la luz pública lo que está ocurriendo
en el desarrollo del proceso aludido es gracias a la actuación de este medio de
comunicación “DIARIO DE CHIMBOTE” y concretamente de su departamento de
investigación. Nuestros lectores pueden estar seguros que este medio permanece siempre
alerta ante los casos de corruptela que puedan aparecer y de que serán
denunciados a la luz pública como siempre se ha hecho, siguiendo como no podría
ser de otra manera, las directrices del fundador Don Wilfredo Peláez Gularte cuyo
legado continúa perenne en nuestra Dirección y sobre todo en la filosofía de
este Diario.
Y
la última verdad hace alusión a esa filosofía
que impregna la actuación de este Diario de Chimbote, en el que nunca se nos
ocurriría, a diferencia de otros, actuar con sutilezas y oportunismo para
aprovechando la coyuntura, intentar matar al mensajero, e ir en detrimento de la realidad
y la transparencia del mensaje a pesar de criterios contrapuestos. Nuestro
mensaje siempre se halla sustentado en la verdad y la honestidad, pese a quien
pese, siendo capaces de rectificar cuando la situación así lo amerita, pues la
altura de miras mostrada día tras día lo atestigua. Nunca nos hemos sentido
propietarios de la noticia, pues esta es siempre patrimonio universal, pero sí
un colaborador eficaz para que el lector pueda discernir una cosa de otra. Y en
el caso que nos ocupa nos cabe la satisfacción de haber colaborado con la
Justicia haciendo todo lo posible en aras de que resplandezca la verdad y de
que sea conocida. Desde estas líneas animo a nuestros colegas de otros medios
para que continúen con su labor informativa de denuncia de la corrupción en la
seguridad de que sus destinatarios lo agradecerán.
Moraleja:
Poseer información es una cosa. Otra muy diferente es saber lo que significa y
cómo utilizarla. (Jeff Lindsay)
Así
sea
EL
VIGÍA
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