viernes, 20 de junio de 2014

ARTÍCULO : OTRA SEMANA MOVIDA




 Días atrás escribía sobre la composición del tejido delictivo de la Centralita haciendo un símil con el entramado de un tejido textil. Vimos que la ”trama” como parte integrante del sistema delictivo tenía un carácter de acompañante secundario y necesario e integrado casi en su totalidad por cuantos están recluidos en Cambio Puente más los treinta y tantos con requisitoria y actualmente prófugos de la justicia. Muy posiblemente  “no sean todos los que allí están ni están todos los que son”, pero lo que sí es bastante claro es que entre los recluidos en Piedras Gordas “no están todos los que son” pues ahí falta gente. Recordando lo escrito días atrás, los ya recluidos más éstos últimos pendientes de incluir y recluir serían los llamados “cabos sueltos” que integrarían la urdimbre, completando el “equipo” delincuencial con al parecer extensas y prolongadas redes mafiosas en Lima y por extensión, muy probablemente en otras regiones.
Esa urdimbre,  es el cerebro o eje central dirigente de cuantos delitos de corrupción se han venido realizando.
Personajes como los que están en la mente de todos, y que andan sueltos, como son empresarios, abogados, parlamentarios y políticos entre otros, deben ser investigados, cada uno en su parcela dados los indicios aparentemente delictivos que un día sí y otro también van apareciendo. La presunción de inocencia de la que están revestidos por la aplicación de nuestro sistema democrático, no lo sería en un estado totalitario en el que sus libertades estarían restringidas. Y esas libertades democráticas de las que disponen son amplísimas pudiendo llegar al extremo de permitirles utilizar torticeramente o no y con subterfugios o no la Ley, para soslayar y burlar la acción de la Justicia. Será ésta, la Justicia, la que tendrá que actuar con suma rectitud y diligencia para evitar la utilización dolosa de los resquicios que en muchos casos permite la Ley y que vienen siendo aprovechados por golfos, ladrones y sinvergüenzas en su propio beneficio. 
Por otra parte, personajes como fiscales y jueces, servidores públicos con cargos muy relevantes, también deben ser investigados, y no sólo políticamente por el Congreso de la Nación. La contestación social existente en su contra debería ser suficiente para que dieran voluntariamente un paso al costado antes de tener que hacerlo forzadamente. Uno no puede mantenerse en estas circunstancias en un cargo público de tal calibre, pues al tener dañada su propia imagen la transmiten a la Institución. Y lo mismo ocurre con otros fiscales y jueces de no tanta relevancia social y que equivocaron su profesión y presumiblemente vendieron su toga. Sus compañeros lo saben, lo dicen en voz baja, y sobre todo lo sufren. Al igual que los ciudadanos. O sea el Estado.

También hay que señalar que la semana que hoy empieza está cargada de actuaciones judiciales cuyos resultados pueden orientarnos acerca de la evolución en un sentido u otro del proceso del caso Centralita. A la vista de lo hasta ahora visto, las acciones tomadas por la fiscalía nacional no son nada alentadoras en cuanto a la independencia inicial local de que gozó el proceso indagatorio. Así, de pronto se evitó de forma abrupta la solicitud de pena preventiva en el caso de la Sra. Asián. ¿Por qué?  Porque había que “replantear”(presumiblemente a la baja) la solicitud de pena.¿ Y por qué había que replantearla? Si no es para cumplimentar nuevas órdenes recibidas no parece caber otra explicación. Es posible que esta misma semana tengamos la contestación. Dependiendo de la pena solicitada podremos ir haciéndonos una idea de la previsible evolución del caso, bien hacia una laxitud o por el contrario hacia la rigurosidad inicial.
Además por orden de Ramos Heredia los colaboradores eficaces van a ser trasladados a Lima aduciendo que es para brindarles una mayor seguridad. Y mientras tanto el  defenestrado fiscal Añanca es recuperado por veinte días, para que en Lima resuelva el geroglífico que para el nuevo fiscal nombrado significa lo hasta ahora actuado. También el cambio de fiscal de la forma intempestiva como se ha hecho, ha originado no solo un retardo en la acción judicial, que parece estar ganando tiempo a la espera de la más que cantada decisión de trasladar el juicio a Lima, sino también para muy posiblemente variar las estrategias a seguir en el caso. La aparición de nuevos hechos y nombres de implicados resultarían en estos momentos de gran incomodidad en ciertos medios, y vendría a demostrar la falta de auténtico interés en resolver a fondo el tema de la corrupción.
Aquí y ahora no deberían aplicarse paños calientes, pues la enfermedad es seria y muy contagiosa, sino aplicar cirugía para extirpar los tumores malignos que han invadido al paciente.  

En un futuro próximo a los casos Nolasco y Centralita se irán añadiendo otros nuevos, como los de sobrevaloración de obras, diezmos, evasión de divisas, lavado de activos y posiblemente el de narcotráfico. Y se apunta este último, porque una red mafiosa del calibre de la aquí desarrollada difícilmente se abstendría con su acción u omisión, en no aprovechar los múltiples “caramelos” de los que podría disponer en una zona geográficamente privilegiada como es Ancash. Al tiempo. 

Moraleja: Donde hay poca justicia es grave tener razón. (Francisco de Quevedo).
Así sea.

EL VIGÍA.

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