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Son las
22,30h del sábado 6 de junio, en la ciudad de Barcelona (España), cuando aquí
en Perú son las 15,30h. Allí es noche cerrada cuando riadas de catalanes, miles
y miles de aficionados y seguidores “culés”, salen de sus casas en la parte
alta y señorial de Pedralbes, o en el Ensanche, centro de la ciudad, o en los
numerosos barrios aledaños, como
Hospitalet o Sans y ataviados con sus camisetas, gorras, bufandas ,
pancartas y enseñas del Barsa, con sus cánticos inconfundibles y sus bocinas y
pitos se dirigen a la parte baja y originaria de la antigua Barcino, para ir
afluyendo paulatinamente a Canaletas centro de reunión y festejos culés, junto
a la Plaza de Catalunya , en el principio de la Ramblas, que conduce hasta el
mar donde la estatua de Cristóbal Colón nos señala con su mano extendida la
dirección de las nuevas tierras de América. El hormiguero humano, acompañado por un sin fin de vehículos
que hacen sonar acompasadamente sus claxon con sus ocupantes enarbolando
banderas catalanas y barcelonistas, junto a numerosas y luminosas bengalas iluminan
la noche produciendo una algarabía multitudinaria, festiva y alegre que promete
ser tan bullanguera como larga. Y es que
el que es considerado como “més que un club” (más que un club) acaba de, a
miles de kilómetros de allí, en Berlin (Alemania), en la otra punta de Europa,
proclamarse brillantemente campeón de la UEFA Champion Ligue (Liga de
Campeones) por quinta vez y de esta manera quedarse la preciada orejera en
propiedad, además de obtener el tan anhelado Triplete en este año 2015, y
convertirse en el primer club del mundo que lo consigue por segunda vez.
Triplete formado por ser el campeón de la Liga española, la Copa del Rey y la
Champión. Y todavía le quedan otros tres trofeos que muy posiblemente acaben
también en sus repletas vitrinas, cuales
son el de la Supercopa de España, enfrentándose al AT. de Bilbao, la Supercopa
de Europa, enfrentándose al Sevilla F.C. y finalmente la Copa Mundial de Clubs.
Proeza ya realizada en el 2011, bajo la dirección técnica de Pep Guardiola y
que tiene visos de volver a repetirse ahora con Luis Enrique. Y digo esto
porque el equipo culé pacticante de ese tiqui-taca tan peculiar y propio de
quienes han salido de la Masía, están hoy por hoy tan por encima de cualquier
otro equipo,que les hace insuperables en los resultados, envidiables en su
juego e insufribles para sus contrarios. Sin olvidar, que su juego basado en el
mimo, caricias, dulzura, amor y toque,
del tantas veces en otros casos, maltratado balón, resultan maravillosos para el sufrido y pagano
espectador más bien acostumbrado a
verlo patear sin contemplaciones. Hay
momentos en los partidos del Barsa, en los que sus jugadores dan la sensación de apatía, de cómo si el resultado
que les favorece fuera suficiente, de que le están dando un respiro al
contrario, y no es eso. Es simplemente que son mortales, que son de carne y
hueso, de que no es posible mantener durante noventa minutos ese ritmo
endiablado, y vuelven a la carga cuando ven peligrar su resultado. Es que
simplemente son humanos. Imaginen ustedes por un momento que mantuvieran
durante todo el tiempo el ritmo y brillantez ejercido durante los cinco minutos
iniciales del partido del sábado. Imposible de imaginar. Sería francamente
agotador, para ellos como atletas, y para nosotros como atentos espectadores.
El
objeto de esta crónica no es narrarles a ustedes, el partido jugado este pasado
sábado en Berlín, y en el que todos los pronósticos acertaron, sino el
acercarles, si cabe, a conceptos tales como “Culé”, “Canaletas” y “Més que un
Club” tan mentados en el ámbito barcelonista. Conceptos que un buen seguidor
del F.C. Barcelona debe conocer. Empezaremos por el término Culé. Entre los
años 1909 y 1922 el F.C. Barcelona
celebró sus partidos en un campo situado en la calle Industria de la ciudad que
tenía una capacidad limitada de 6.000 espectadores que se sentaban agrupados en
una gradería de dos pisos, llenándose hasta los topes, llegando los aficionados
a sentarse encima del muro perimetral, de tal manera que sus posaderas
sobresalían por la parte del muro que daba con la calle Industria y originando las risas de quienes transitaban
por aquella calle al ver expuestos tantos traseros juntos. El trasero en
catalán se denomina Cul , y Culés equivale a culones. Desde entonces perdura la
costumbre de llamar Culé al aficionado del Barsa.
La
fuente de Canaletas está ubicada en la parte norte de la Ramblas de Barcelona,
paseo que une la Plaza de Catalunya y el Puerto de Barcelona.
Si
nos retrotraemos a los años 30 del siglo pasado allí estaba ubicada la
redacción del diario deportivo Rambla, que cada domingo fijaba en una gran
pizarra los resultados de la jornada deportiva tras recibirlos por teletipo.
Los aficionados carentes en aquellos años de otros medios de información solían
acercarse, sobre todo cuando el Barsa jugaba fuera de casa para enterarse del
resultado y celebrar la victoria de su
equipo. Mas tarde y ya en los tiempos del transistor era frecuente ver a
seguidores con sus radios pegadas a los oídos acercarse hasta Canaletas para
todos juntos celebrar las victorias. Y así llegamos hasta nuestros días en que
perdura como una tradición celebrar allí, en Canaletas, las victorias del
Barsa. Este pasado sábado se estima en más de 50.000 personas las que allí
acudieron y celebraron por todo lo alto el triunfo conseguido.
El
término “Més que un Club”( Más que un Club) quiere expresar el compromiso del
F.C. Barcelona que ha mantenido y mantiene con la sociedad por encima de su
estricta condición deportiva. El Barsa estuvo siempre defendiendo los
sentimientos catalanistas, así como la lengua catalana, la cultura propia y la
democracia. Durante la dictadura de Primo de Rivera el club fue clausurado seis
meses por sus afanes defensores de la pluralidad. En los inicios de la guerra
civil española de 1936, el F.C. Barcelona fue un fiel defensor de la República,
llegando a su máximo compromiso en la gira a principios del año siguiente por
México y Estados Unidos. Posteriormente la dictadura franquista obligó a
retirar de su escudo las cuatro barras de la bandera catalana y pretendió
acabar con la significación social del club. Cosa que no logró.
Actualmente
el Barsa sigue siendo “Més que un club” tanto en Catalunya como en todo el
mundo defendiendo su ideario basado en sus principios fundamentales: Catalanidad, Universalidad, Compromiso social
y Democracia, implicándose en múltiples iniciativas de tipo cultural, social y
de solidaridad como fue en el 2006 su acuerdo con UNICEF.
Moraleja:
F. C. Barcelona, pasión y sentimiento.
Así
sea
EL
VIGÍA
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