Como recordarán los asiduos
lectores de esta columna semanal de los lunes, recientemente les hablaba de
Poli, la chica de servicio que nos ayuda en la casa, y que debido a su afecto y
buen hacer se ha convertido en un miembro más de la familia. Primero nos
sorprendió con su conato de huelga imitando a la que estaban realizando los
jueces y fiscales, y que resolvimos amigablemente como no podía ser de otra
manera, y después con su intención que ya ha iniciado de convertirse en un
futuro en Fiscal o Juez, recibiendo nuestra más efusiva felicitación por la
decisión adoptada. Como les decía, ya reinició sus clases de secundaria y lleva
un seguimiento muy cercano de las vicisitudes por las que atraviesa el proceso
reivindicativo de la Judicatura, leyendo todos los días la prensa local y
nacional. Poli es una ferviente admiradora y seguidora de Dña. Nancy Moreno,
Fiscal Anticorrupción, a la que en la distancia reverencia por su demostrada
honestidad, valentía y profesionalidad. La admira por su donaire, en su forma
de conducirse, en sus ademanes, en su cortesía, en su educación, en fin en
todo. No pudiendo decir lo mismo en lo referente a otras personas integrantes
de la Fiscalía, que no terminan de gustarle. A mi pregunta de por qué no le
gustan, me contesta: “Pues simplemente Vigía, es que no me caen nada bien”. Y
no consigo sacarle motivación alguna más. O sea que nuestra querida Poli tiene muy claro a quién
seguir y a quién no, aunque sólo sea por su muy desarrollado instinto femenino. Ahora se han levantado
algunas voces quejosas, unas en origen y otras en coro vergonzante, contra la
correcta y profesional actitud de su admirada heroína y no vean ustedes como se
ha puesto Poli. Los ha puesto a todos a caer de un burro que es lo mismo que
decirles a los interfectos que no llevan razón y algo más.
Como recordarán, las
motivaciones de la decisión de Poli de iniciar su preparación para llegar a ser
“Fiscal o mejor…..Juez” han sido el afán
de colaborar en la mejora de la administración de la Justicia Social y así
contribuir a la renovación de la imagen actualmente bastante deteriorada de la
Judicatura. Además, al conocer las cuantías de las reivindicaciones salariales
de sus señorías, se le abrieron los ojos como platos y terminó de decidirse por
conseguir y ejercer esa profesión. Aunque hay que dejar claro que su afán
principal es el de llegar a ser otra Nancy, aunque con algunos añitos menos y,
lo del salario es para repartirlo con su larga y necesitada familia. Si no
cambia, puedo asegurarles que dejará pequeña a su actual heroína.
Al enterarse del acuerdo
inicial al que ha llegado el Poder Judicial con el Ejecutivo, por el cual no se
cumplimentan totalmente las reivindicaciones del primero, pero sí se consigue
unos aumentos retributivos sustanciosos, abandonando su posición de fuerza
mostrada, dejando a un lado sus huelgas blancas, sus salas plenas, sus juntas
plenas, sus plantones y sus marchas por las calles, pero pendientes de
posiblemente acudir a instancias internacionales, Poli, al igual que sus
colegas con las que coincide en el mercado, junto con sus compañeros de
formación, más este Vigía que les escribe somos de la opinión de que hay que
felicitar a sus señorías por lo conseguido, al mismo tiempo que con todo el
respeto se les indica que han mostrado con su egoísmo lucrativo, sus
“ausencias” laborales y, sus “marchas” por las calles una falta de sensibilidad
social absoluta y total, dada la falta de reparto del bienestar que adolece la
sociedad en la que todos vivimos.
Ustedes, como no, respetadísimas
señorías, sabían perfectamente que sus reivindicaciones económicas eran
imposibles de alcanzar en su totalidad, por lo que significaría en estos
momentos la quiebra del Estado de Derecho, pues eran y son total y
absolutamente inasumibles.
Y en un futuro la consecución
de sus planteamientos económicos significará tener que detraer cantidades
importantes en las asignaciones de los ministerios de Educación, Sanidad,
Bienestar Social, Agricultura y otros. Y el país, mejor dicho sus hombres,
mujeres y niños, no creo se merezcan esas disminuciones presupuestarias, sino
más bien al contrario.
Es un auténtico clamor social
de desaprobación la actuación de sus señorías cuando su función se ve
ralentizada y con grandes lagunas en sus decisiones jurisdiccionales, pues
todos deseamos mayor celeridad en los procesos, y castigos ejemplares a quienes
se hagan acreedores a ellos.
Por otra parte, todos
conocemos que la Judicatura, como tercer Poder del Estado no contempla entablar
contenciosos con los otros poderes y en especial con el Ejecutivo. Sabido es
que ese tercer poder nace para “controlar” los desmanes y atropellos que el
Ejecutivo pudiera realizar en sus
acciones, cosa que no ha lugar en el caso actual con la Ley Nº 30125 en la que
el Ejecutivo trata de asumir en la medida de lo posible las reivindicaciones del
Poder Judicial, sin duda ajustadas a la sentencia del Tribunal Constitucional,
pero no asumibles en este momento por todo lo anteriormente expuesto. Tras ello
y de fuentes de toda solvencia (La
República del 17/12/13) el actual Presidente
del Poder judicial tuvo que conminar por escrito a los titulares de las
diversas Cortes del país “a adoptar las medidas necesarias destinadas a evitar
cualquier acción que perturbe o impida el normal funcionamiento del servicio”.
Escrito más tarde eliminado y trasladado verbalmente en la Sala Plena Ampliada
de Lima.
Sus señorías, con todos los
respetos, son unos auténticos privilegiados económicos pues sus honorarios
están junto a los de los señores congresistas y altos cargos de la
Administración por las nubes, o mejor por la estratosfera, con relación a
cualquier otro profesional mortal de este país. Aprovéchenlos y disfrútenlos
largamente, pero por favor mejoren en todos los aspectos la administración de
la Justicia, que es su trabajo y responsabilidad, en la seguridad que les
quedaremos todos muy reconocidos y agradecidos.
Viene Poli y me dice: “Pues
el sábado me comentaron en el mercado, que unos setecientos mil (700,000)
productores pertenecientes a la Asociación Peruana de productores de Arroz (APEAR) saldrán a las
calles en señal de protesta en caso de que se confirme esa subida, según ellos,
“aberrante e inconcebible”, ya que hay otros muchos sectores, entre otros el
agrícola con grandes necesidades sin cumplimentar”.
Finalmente le pregunté: “¿Y
tú qué opinas Poli?”. Contestó: “Yo soy una arrocera más”.
Moraleja: Antes se decía
“ganas más que un Ministro”. Ahora ya no, pues ha cambiado.
Así sea.
EL VIGÍA